Tal vez, la frase más común, abusivamente frecuente, insistente, repetitiva que se escucha en este país. A nivel de amigos, parientes, en la radio, la tele. Es casi automática.
Sujeto A dice, por ejemplo.: Creo que estás equivocado en esto o aquello.
Sujeto B responde, casi seguro: Lo que pasa es que…
Analicemos un poco lo que esta respuesta significa y llegaremos a la siguiente conclusión: Sujeto B no responde a lo que A le dijo. El diálogo no avanza, se estanca. Cuando B responde de esa manera, no acusa recibo del mensaje. No dice por cuales razones, reales o no, cree estar en lo cierto. Lo que hace, en cambio, es re describir el escenario inicial. Es como decir: Mira, no has entendido la situación, por lo tanto, tu aserto no es válido. Y después de la pedante frase de marras, procede a esbozar las premisas. Lo que equivale a decir: No has comprendido nada, yo te voy a explicar la pauta que define los hechos o circunstancias que determinan mi acción. O sea, trata a su interlocutor no como tal sino como alguien desinformado, en el mejor de los casos o directamente estúpido.
Más de alguien dirá que estoy exagerando al proyectar una simple frase, un modismo que nos inoculó alguien, o muchos, o todos los que aparecen en la tele como un rasgo de nuestra capacidad de discusión.
Más de alguien dirá que estoy exagerando al proyectar una simple frase, un modismo que nos inoculó alguien, o muchos, o todos los que aparecen en la tele como un rasgo de nuestra capacidad de discusión. De acuerdo, puede ser una exageración. Pero también es justo afirmar que el pensamiento ocurre en el lenguaje. Aunque sea en el más profundo de los silencios. Cuando decimos mesa, pensamos en algo concreto que suele tener cuatro patas y un plano horizontal que sirve para depositar en él los objetos.
Ante lo dicho, Sujeto B seguramente diría: Lo que pasa es que hay mesas de tres patas, o de seis, y no todas sirven para depositar objetos, también las hay que sirven para comer, para escribir, para operar un apéndice inflamado . De acuerdo, eso se llama adjetivo. Mesa grande, redonda, de pie circular, de operaciones y mil características que hacen de una determinada mesa un objeto único. Pero el término mesa se refiere a un arquetipo que define lo principal y permite cualquiera descripción adjetiva .
O sea, el diálogo no avanza. En vez de comunicar, el Sujeto A, que esa mesa era cara, o barata, útil o firme , se bloquea la idea con aportes distractivos y absurdos.
Una manera ( demasiado) simple para no entrar en el fondo de las cosas. En vez de expresar las razones por las cuales B cree no estar equivocado, cuestiona las premisas que ni siquiera se han expresado.
Un diálogo más asertivo y fecundo podría ser:
Sujeto A: Creo que estás equivocado en esto o aquello.
Sujeto B: Creo que estoy en lo cierto por tales y cuales motivos.
Eso permite que nazca un diálogo, invita a exponer razones adicionales, corregir errores de uno u otro lado. Eso sirve, eso conduce a la verdad, al crecimiento de las personas.
Si alguien desea corregir lo que estoy diciendo, bienvenido será aquel debate.
Espero, sí , que no empiece con :Lo que pasa …, es que.
En cuyo caso no perderé el tiempo en responder.
Comentarios