Son días de profundos cambios en educación, con el Ministro y la Subsecretaria trabajando a tiempo completo en la aprobación del proyecto sobre inclusión. En la imagen pública el Ministerio de Educación aparece como desenfocado en su misión esencial que es dirigir y orientar las escuelas para que mejoren los aprendizajes. Más aún, la reforma es un fantasma que recorre sus dependencias sin que las jefaturas operativas, a cargo de implementar la política educacional logren reaccionar y definan su quehacer en pro de potenciar este nuevo escenario.
A todas luces, contrasta el entusiasmo desplegado por el Ministro con la poca claridad en las iniciativas de algunas autoridades intermedias y me recuerda una anécdota del ámbito gremial:El Ministerio de Educación está obligado a rendir cuenta permanente ante la opinión pública de cuanto está haciendo por el mejoramiento de la calidad educativa en las escuelas, principalmente en el sector municipal, tema por el cual la autoridad es interpelada permanentemente pero no logra invadir los medios de comunicación con una respuesta convincente.
En plena década del 80 la Asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH) convocó a un acto político con el desafío de llenar el Caupolicán, lo logramos pero la masividad nos desbordó. Mientras en el escenario un impecable conjunto folclórico del magisterio interpretaba un baile y canto tradicional los miles de asistentes tronaban “y va a caer, y va a caer, y va a caer…. “. Los llamados a la cordura no prosperaron y el acto debió darse por terminado porque los manifestantes abandonaron el recinto.
Corresponde a las Jefaturas de División (vaya nombre) especialmente a los equipos de la División de Educación General, dar a conocer qué ha estado haciendo el Ministerio de Educación en este tiempo y cuáles son sus propuestas para el 2015. Si los directivos encargados de bajar la política educativa a las escuelas no se constituyen en el estado mayor de la REFORMA y no son capaces de operacionalizar sus avances y siguen con la tonada tradicional, el cántico “y va a caer, y va a caer” se hará cada vez más melodioso y audible.
La entidad rectora de la educación chilena está obligada a rendir cuenta permanente ante la opinión pública de cuanto está haciendo por el mejoramiento de la calidad educativa en las escuelas, principalmente en el sector municipal, tema por el cual la autoridad es interpelada permanentemente pero no logra invadir los medios de comunicación con una respuesta convincente.
Es urgente difundir el plan ministerial orientado a mejorar los establecimientos con mayores deficiencias en materias técnico-pedagógicas y recuperar matrícula en la educación pública en conjunto con las comunidades locales.
Que lo impúdico suele ser más real que lo real se comprueba leyendo los calendarios escolares regionales elaborados en diciembre y que organizan la acción educativa en cada región. Un instrumento como este debe elaborarse a partir de las peculiaridades locales, pero sus redactores no tienen ningún derecho a ignorar que en Chile estamos viviendo un proceso de reforma tan profundo que implicará la retoma de las escuelas por parte del Ministerio de Educación, hecho simbólico del cual no puede estar ajena una programación anual que pretende guiar el rumbo de las escuelas.
Al carecer las regiones de una carta de navegación que defina su accionar para la mejora de las escuelas, el calendario escolar es concebido como una mera guía administrativa que fija fechas, propone efemérides, transcribe definiciones, reitera Decretos y no como debiera ser: un instrumento político a través del cual el Estado de Chile proclama su soberanía sobre los establecimientos educacionales del país.
El presente año viene más duro aún para la autoridad educacional, se debatirán importantes proyectos como la carrera docente, la desmunicipalización y probablemente la gratuidad de la educación superior. Estas iniciativas podrían provocar la movilización de sectores bien organizados, con una amplia capacidad de convocatoria, en cuanto comprometerán el destino profesional de los maestros y el interés de miles de estudiantes y familias endeudadas, lo que exige fortalecer la musculatura del Ministerio de Educación y una mayor sintonía con los actores principales del sistema educativo.
Comentarios
29 de enero
Que bueno Carlos que des opinión sobre cambios tan importantes.
Creo que hay un evidente déficit informativo, pero acompañado de un mensaje demasiado optimista sobre propuestas que se sostienen sobre el andamiaje educacional que se construyo en las ultimas décadas y eso hay que sincrrarlo.
+1
09 de febrero
que alegría Carlos , leer una opinión de alguien que sabe de que se habla, es alentador ya que quiere decir amigo que sigues vigente y aportando a este gran paso que estamos dando » LA REFORMA» un abrazo y espero seguir en contacto.
+1
27 de febrero
Saludos fraternos.
Se valora tu escrito. Efectivamente, nos falta colocar «el foco» en lo central…. es decir en los Fines y características Sociopolíticas que deben tener todos los procesos de cambio estructurales …. ¿ estamos en ese camino en Chile ?. Debo decir que en Curicó, algunos-as hacemos empeño en ese sentido.
Un abrazo.