La decisión tomada por los honorables diputados desconoce la labor fundacional que nuestras carreras han tenido en pro de mejorar la calidad de la salud pública en Chile. Esta labor fundacional ciertamente no habría sido posible si estas carreras no hubieran nacido al alero de Universidades.
Casi inadvertida a ojos de la opinión pública fue la votación realizada en la Cámara de Diputados hace algunos días dónde se aprobó exigir sólo título universitario a las carreras de Enfermería y Obstetricia y Puericultura, las cuales se suman a la carrera de Medicina en relación a esta exigencia. Esta decisión excluye a las carreras de Fonoaudiología, Kinesiología, Nutrición y Dietética, Tecnología Médica y Terapia Ocupacional, en las cuales vemos con preocupación cómo los diputados de nuestro país abren la puerta para que instituciones educativas como institutos profesionales y centros de formación técnica impartan carreras de la salud sin regulación, ofreciendo sólo título profesional y lucrando de manera legal.
La decisión tomada por los honorables diputados desconoce la labor fundacional que nuestras carreras han tenido en pro de mejorar la calidad de la salud pública en Chile. Esta labor fundacional ciertamente no habría sido posible si estas carreras no hubieran nacido al alero de universidades.
Varios argumentos fueron esgrimidos a favor y en contra de este proyecto, sin embargo causaron especial sorpresa los expuestos por el diputado Giorgio Jackson, quien no apoyó el proyecto justificando que éste resultaba ser «una aspirina» que no solucionaba el tema de fondo, los que a su juicio son la desregulación de la oferta educacional y su financiamiento. Si bien comparto esta apreciación con el diputado Jackson, lamento informarle que su decisión no hace más que profundizar el problema, ya que da la posibilidad de un aumento explosivo de la oferta de carreras de la salud, en instituciones de naturaleza eminentemente docente. Es previsible entonces la profundización de las diferencias en uniformidad curricular y los problemas en la disponibilidad de campos clínicos fundamentales para el desarrollo de las prácticas de los estudiantes.
El diputado Jackson le da la espalda a los miles de estudiantes universitarios de carreras de la salud que marcharon junto a él en las movilizaciones del año 2011 y falta el respeto a los profesionales de la salud al desconocer el valor del trabajo que durante décadas hemos realizado por mejorar el nivel de las prestaciones de salud entregadas en Chile.
Este tema no es simplemente un problema de egos o «status», como el diputado Jackson argumenta. Se trata de reconocer la importancia que tiene el poseer el grado de licenciado para el ejercicio de profesiones de la salud, el desarrollo de investigación disciplinar en el área de desempeño y la actualización continua de los profesionales a través de programas de postítulo y postgrado.
Las escuelas formadoras trabajamos incansablemente en pro de la mejora en la calidad de nuestros programas de formación y la actualización de nuestros egresados, a través de procesos de reforma curricular hacia un modelo basado en competencias y ampliando la oferta de programas de postgrado, postítulo y capacitación, abiertos a egresados de todas las universidades. Sin ir más lejos, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile ofrece un amplio listado de programas en áreas tan diversas como investigación científica, asistencial, gestión y bioética. La posibilidad de acceder a muchas de éstas especializaciones solo es posible si el egresado posee el grado de licenciado, el cual es entregado por universidades.
Es cierto que hoy la oferta educacional en universidades está desregulada y existen diferencias entre los egresados de distintos planteles. Esta realidad no es desconocida para las escuelas formadoras de profesionales de la salud, las cuales hacemos esfuerzos desde nuestra propia organización para regular este escenario. En nuestro caso particular, la Asociación de Escuelas de Tecnología Médica está formada exclusivamente por aquellas que se encuentran acreditadas y trabaja en proyectos tan importantes como la planificación del examen nacional de conocimientos en Tecnología Médica, el cual resulta ser una medida concreta para uniformar los conocimientos de los profesionales tecnólogos médicos que salen al mundo laboral una vez concluidos sus estudios de pregrado.
El hecho que hoy Chile tenga los indicadores de salud que nos enorgullecen a nivel internacional no se debe al azar, es fruto de la profesionalización que las carreras de la salud han tenido en nuestro país, nivel que no tiene símil en la región.
Ahora la decisión cae en manos del Senado de la República, por lo que hago un llamado a los señores senadores a considerar la labor que nuestras carreras tienen en el aseguramiento y mantención de la calidad de las prestaciones de salud entregadas en nuestro país, así como también otorguen el merecido reconocimiento al trabajo que tanto las escuelas formadoras como sus egresados hemos hecho durante años, trabajo que hoy se ve reflejado en cifras que nos indican que hoy Chile goza de mejor salud que hace medio siglo atrás.
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