He recordado con mucho énfasis estos días, mis años de enseñanza básica y media, gracias al poco debate que se ha generado en torno a la disminución de las horas pedagógicas a la asignatura de Historia, que pretende ser hasta segundo medio.
Soy estudiante de ciencia política, rama muy apegada a las ciencias sociales. Y este tema reaviva una constante pugna entre los matemáticos, científicos, artistas y las ciencias sociales. Esta rivalidad, si bien es absurda, nos muestra las distintas aptitudes que posee cada alumno y cómo según ellas, se desenvolverá mejor en la escuela. Asimismo, determina las afinidades de algunos que entienden mejor una rama que la otra y las oportunidades de jóvenes que buscan su vocación académica en estos paralelos.
El plan del MINEDUC es aumentar horas de lenguaje, matemáticas e inglés, sacrificando historia, entendiéndose que para un correcto desempeño en historia, es primordial que primero sepan leer y comprender, que la lógica pueda ser incentivo para la memoria y que por los tiempos de futuro que se nos avecinan a pasos de gigante, el inglés cumple una mayor y mejor función que las ciencias sociales.
Me parece poco serio y de compromiso, primero pasar a una P.A.A opcional de Historia que se mantuvo en la PSU, y luego, además de no contar con un ramo de educación cívica de calidad en las escuelas, disminuir horas de historia, con lo difícil que es, cumplir con las unidades impuestas por el mismo MINEDUC en un año.
Crearemos personas carentes de responsabilidades, profesionales de baja categoría, debido a que no cuentan con la integralidad que nosotros sí tenemos. Sabrán cada vez menos sobre actualidad y cultura general. Y para qué nombrar la calidad de democracia con personas que no se incentivan y no saben lo que significa vivir un autoritarismo que conllevó una guerra mundial; o lo que costó conseguir una democratización en el mundo, a manos de grupos y movimientos sociales que a lo largo de muchos siglos fueron perseguidos y asesinados. No conocerán la importancia de la historia, para no volver a cometer los mismos errores del pasado, mejorar el presente y escribir el futuro.
Un país sin historia, es un país sin memoria.
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