#Educación

La educación, ¿función pública o privada?

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Señor José Goñi

Estimado Pepe,

No soy especialista pero desde mi sentido común opino: si concebimos a la educación como una función pública, entonces, las universidades que usan recursos privados y públicos están utilizando recursos privados para una finalidad pública. Es decir,  podemos visualizar el proceso desde el ángulo exactamente contrario al que tú has expuesto.
 
Es lo mismo que las vías de transporte que se construyen con recursos privados para cumplir una función pública, como lo es el transporte por el territorio nacional. O los puertos, o las vías de electrificación.
 
Todo depende del color del cristal con que miremos, o desde el ángulo que enfoquemos el problema.
 
Si definimos el lucro o renta o utilidad como lo que queda en un proceso productivo luego de pagar todos los factores productivos, incluyendo mano de obra, insumos, sueldos, derechos, servicios, etc., tendremos, en el caso que el valor de venta supere al precio de costo, una renta, utilidad o lucro (antes de impuestos). En el caso de que sea menor, tendremos una pérdida.
 
El lucro permite que se perpetúe el proceso productivo en cuestión, que haya inversión privada, que haya estabilidad de empleos, que el Fisco pueda recaudar el impuesto  a la Renta, el impuesto al consumo, el impuesto territorial, etc. Con esos impuestos se constituye el erario nacional, los recursos públicos que, como son de todos, debemos utilizar bien y eficientemente, para que no se esfumen. En consecuencia, ¡sin lucro no habrá recursos públicos que cuidar!
 
Tanto los recursos privados como públicos buscan obtener una rentabilidad, sea social o privada. Cuando asignamos recursos públicos a un proyecto estatal o mixto (público-privado), queremos que sea rentable, tanto pública como privadamente. Es de racionalidad este comportamiento.
 
Cuando varios proyectos alternativos compiten por fondos públicos, hay un equipo de profesionales que rankean estos proyectos alternativos y seleccionan aquellos que son más rentables. Normalmente, se busca obtener el máximo beneficio social, de lo cual se destaca siempre aquellos cambios permanentes producidos por el proyecto y que alcance al mayor número de beneficiarios posibles. Los proyectos educativos persiguen, por definición, un cambio permanente en los beneficiarios, cual es, que adquieran nuevas habilidades para desempeñarse en la vida en forma más satisfactoria.
 
Por tanto, el lucro, renta o utilidad en sí no tiene nada de perverso ni de indigno.
 
Es más, los recursos públicos deben ser usados lo más eficientemente posible, lo más rentablemente posible. Una autoridad que utiliza inversión pública en forma ineficiente o para solventar gastos corrientes, es mal evaluada
 
Como el Estado no tiene los recursos necesarios para cumplir ciertas funciones, se auxilia de los recursos privados. Si vamos a prescindir de los recursos privados en todo el quehacer nacional, entonces tenemos que irnos a la Unión Soviética del siglo pasado, ¿no es verdad?
 
Pero ellos trataron de que funcionara por 90 años y no quedaron satisfechos y ahí vino la "perestroika". Por algo lo hicieron. Harto sacrificio hicieron, a altos costos en vidas humanas y muchos esfuerzos, pero no resultó.
 
Ahora bien, volviendo a la calidad en la educación, hay problemas gigantescos que superar, los cuales ni siquiera hemos empezado a enfrentar, sumidos, en mi opinión, en una discusión inconducente y basada en premisas falsas. Tenemos que derrotar:
 
– Los prejuicios en contra de los profesores y su función. Tenemos que dignificar la función educativa, mejorar su valoración social (como lo fue en el tiempo de las escuelas nornmalistas, por ejemplo).
– Mejorar la renta de los profesores.
– Capacitar a los profesores. Producir nuevos profesores actualizados y con una buena base didáctica. Los conocimientos no bastan.
– Vencer el prejuicio que existe contra las profesiones técnicas. En Estados Unidos, Europa, Australia, Asia, Canadá, etc. los técnicos son bien valorados y bien pagados. El prejuicio en Chile es tan extendido que llega hasta el Mineduc: basta mirar como los liceos técnicos están sin recursos.
– Reorientar (como tú dices) a las carreras ofrecidas hacia las reales necesidades del país y no hacia aquellas que están de moda. En consecuencia:
– Hacer un catastro nacional del mercado del trabajo.
– Hacer un análisis de las tendencias mundiales, hacia donde va la micro en trabajo y educación.
– Poner los incentivos correctos para provocar inversión privada donde el país lo necesita, en materia de educación.
– Velar por la calidad de la educación, a nivel primario, secundario, técnico profesional y universitario con los debidos procesos de acreditación de verdad. Fiscalizar aquello.
– Combatir la venta de ilusiones en carreras de mentira, o carreras de puro pizarrón porque son más baratas (parte de la fiscalización).
– Incorporar una disciplina de "Métodos efectivos de estudio" como obligatorio a todo nivel.
– Igualmente establecer una disciplina de "Métodos efectivos de enseñanza" para cada ramo (por razones que desconozco, eso que parece obvio nadie te lo enseña).
– Acortar las carreras. Debido al prejuicio existente, se alargaron las carreras para subir su "prestigio", lo que aumenta el costo de estudiar y hace perder tiempo precioso a los jóvenes. En Suecia un ingeniero forestal se forma en 4 años y en Chile en 5 años. Ejemplos así hay muchos.
 
Resumiendo: La educación es tanto una función pública como privada aunque probablemente el Estado no necesita solventarla completamente ni tampoco producirla completamente, sino velar por su calidad y porque haya acceso a ella.
 
Y la calidad en la educación se logra en el aula, con un trabajo docente de calidad. 
 
Un abrazo,
Eugenio de la Maza
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Comentarios

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24 de octubre

Pienso que el problema más que ser quien financia y quien no, es que fallo a todo nivel la regulación, la fiscalización. Y esto lo vemos tanto en la banca, como en el retail, en las AFP, las Isapres y en la Educación.

Estamos insertos en un modelo que esta construido a propósito para no fiscalizas nada, se crean los Sernac y es posible que se creen más de estas instituciones; como un Sernac financiero o uno para la Salud y otro dirigido a la Educación. Pero son solo saludos a la bandera y para dejar contenta a la gente, cuando en realidad serán solo perros, pero sin dientes.

25 de octubre

Estimado Eugenio,

Muchas gracias por tu reflexión y qué bueno saber de ti.

Te quiero señalar que no nos confundamos en la argumentación. Yo no estoy condenando el lucro en sí, el que es imprescindible en muchas actividades humanas. Tampoco pretendo que se levante un sistema completamente estatal. Creo que hay espacios para distintas formas de propiedad en el sistema educativo y, en particular, en el tema que conversamos ahora, en la Educación Universitaria.

Mi punto es otro: que no se usen recursos públicos para financiar el lucro en el caso de la educación. Ésta es un bien público muy particular y yo no compararía no con una carretera u otras actividades. La educación, su calidad y su nivel, la dedicación que la sociedad le entregue es la clave fundamental del progreso y del bienestar general, es lo que nos permite vincularnos con el futuro y con la calidad de vida que deseamos para todos.

Lo que planteo es generar un sistema de criterios cualitativos y conceptuales por un lado, y objetivos, cuantificables y operativos, por otro, que ayuden a las autoridades a exigir calidad en la educación (a través de sistemas de acreditación adecuados y objetivos); con debidos controles a los que reciben los recursos públicos; con profesores de nivel (tanto en formación como en capacidad docente), para lograr lo que ambos pretendemos y que muy bien enumeras en tu carta cuando mencionas “lo que debemos derrotar”.

Lo que es insostenible es que sigamos con la farsa de que tenemos universidades sin fines de lucro, y que lucran de manera ilegal; ni que los recursos que todos aportamos por medio de nuestros impuestos no se destinen en las Universidades a la docencia, a la investigación, a la difusión, a la innovación y desarrollo que hacen grandes da los países. La Universidades deben serlo “en serio” para que realmente hagan su aporte que el país necesita. Si nos vamos al otro extremo y confundimos que todas la Universidades puedan lucrar en todo lo que deseen, vamos a eliminar la capacidad de investigación, innovación, desarrollo y difusión, ya que son actividades “poco rentables”. En el mejor de los casos, nos vamos a quedar con centros de docencia (de dudosa calidad si de lo que se trata, nuevamente, es reducir costos) en todas las carreras en que exista demanda.

El país ha progresado lo suficiente como para entender que está en el momento oportuno para tomar las decisiones que n os orienten hacia la calidad de la Educación y a relevar el carácter de bien público en estos ámbitos.

Un afectuoso saludo a Coné, esperando que estés muy bien
José Goñi

25 de octubre

Estimado y destacado Pepe,

Me parece que estamos de acuerdo en un 90% de nuestras posiciones. El 10% restante sirve como base para que este tema tan importante siga en el debate.

Pienso que la educación es una forma honesta por excelencia de progresar en la vida y que en ello radica su importancia para el individuo, pues permite la movilidad social. Pero también cumple las otras funciones que tu bien señalaste, como es producir cuadros humanos que son necesarios para el desarrollo de un País.

Podemos definir que las Universidades para llamarse tales, debieran incluir en sus funciones la Docencia, Investigación y la Extensión, entendiendo que ellas incluirán a la innovación y desarrollo. Las entidades educativas que sólo imparten educación podrían llamarse Institutos de Formación, por ejemplo.
Pero también podemos tener Instituciones dedicadas 100% a la investigación.
Es cosa de ver que es lo que mejor funciona en la práctica.

No estoy de acuerdo en que la mera obtención de lucro implique la disminución a ultranza de todos los costos y sería la causa de que algunas universidades no investiguen o sean malas. Yo pienso que la Investigación es rentable también, sólo que a más largo plazo al igual que algunas otras inversiones, como por ejemplo, los proyectos forestales. Para ello se requiere el apoyo del Estado, sobre todo en países en vías de desarrollo.

Si definimos la Renta o Lucro como la diferencia entre Costos y Beneficios, entonces su máximo se logra por la máxima diferencia entre ambos y no por el mínimo costo, ¿no es verdad?. La universidad venderá bien sus servicios si logra ofrecerlos a una buena relación precio/calidad.

Una forma de valorizar la calidad es por el prestigio de una universidad y éste se obtiene no sólo por la calidad de los profesionales que produce sino también por la calidad de su investigación y de su extensión, esta última por medio de las adecuadas publicaciones, seminarios, textos, videos educativos, etc. Y es el prestigio de las universidades el que captura a los buenos estudiantes, nacionales e internacionales.

Sin embargo, una mala gestión, prolongada en el tiempo, de una universidad puede provocar un desbalance entre beneficios y costos y su fracaso, sea pública o privada. Incluso aunque mantenga de alguna manera su prestigio. As ahí donde también el uso eficiente de los recursos públicos y privados debe ser cautelado. No queremos subvencionar, con recursos de todos e indefinidamente, a universidades de calidad dudosa y de manejo ineficiente de los recursos.

Resumiendo, es un tremendo problema, bastante complejo, donde concuerdo en que muchos pueden aportar y no sobra nadie. En mi opinión los que más saben del tema aún no entran a la cancha y eso me preocupa. No podemos seguir así.

Espero igualmente que te encuentres al 100% y me alegra saber que estás en Chile.

06 de noviembre

Estimados José y Eugenio:
El problema del lucro en la educación no se puede discutir desde una mirada estrictamente económica y micro. Así como los presentas, estimado Eugenio, tus argumentos son impecables. Pero ocurre que el problema del lucro está en otra parte. Para empezar, las instituciones pueden tener tener o no tener «fines de lucro». Si no tienen fines de lucro, su ganancia o rentabilidad no va a pasar a formar parte del patrimonio de sus dueños, sino que se reinvertirá en la institución para que ésta mejore el cumplimiento de sus fines. Una universidad sin fines de lucro no aumentará el patrimonio de sus socios, sino que mejorará las remuneraciones de sus docentes, mejorará los laboratorios, etc etc. Un liceo técnico con fines de lucro deberá entregar una rentabilidad a sus dueños. Lo usual es que contraten profesores a honorarios y solo por diez meses, que no inviertan en infraestructura y que los baños sean un asco, y que les de lo mismo el destino de sus estudiantes. Son inversionistas y lo que buscan son ganancias y no buena educación.
Los que trabajmos en educación sabemos que una cuestión decisiva para la calidad es el «clima escolar». Lo dicen todas las investigaciones. También sabemos que no son posibles climas escolares favorables al aprendizaje allí donde las lógicas de rentabilidad conducen a inestabilidad laboral y bajos sueldos originando el resentimiento de profesores malpagados y maltratados. Siguiendo tu lógica, dado ese comportamiento del mercado laboral docente, nunca vas a tener profesores bien pagados y con alto status y respetabilidad social. Para tu información, ello ocurre solamente en países en los cuales la educación de calidad es un derecho y se ofrece a través de sistemas públicos.

08 de agosto

Estimado Alfredo,

Tu argumento también está impecable, pero sólo en la teoría. Si tu conversaras con sostenedores de colegios particulares subvencionados, verías que es eso precisamente lo que hacen con los dineros que reciben: los invierten en el colegio, salvo una parte menor para poder vivir. Y los baños te aseguro están más limpios que en los colegios municipales.

¿Que pasa? Su hubieras visto el programa «Tolerancia Cero» hace cosa de 3 semanas atrás, donde entrevistaron a un sostenedor, verías que en la práctica ellos tienen que pagar el edificio, invertir en útiles educativos, pagar el personal, pagar los servicios.

En cambio, los municipales reciben el edificio gratis, su mantención gratis, y reciben el mismo bono educativo del Ministerio. Pero además, reciben fondos regionales y otras donaciones de equipos de parte del Ministerio. En total, reciben más recursos que un particular subvencionado en cifras promedio. Obviamente hay excepciones para arriba y para abajo. Pero sin embargo, con menos recursos, los particulares subvencionados obtienen mejores resultados educativos.

Se equivoca entonces mi estimado ministro Eyzaguirre pues los que van en patines son los municipalizados y liceos. Lo que les falta es engrasar los patines porque van más lentos que los privados que van a pié.

Ahora bien, el motivo por el cual el Gobierno creó el sistema mixto fué para que los privados asumieran el costo de comprar terrenos y construir, o en su defecto, arrendar los locales educativos, ahorrándose el Estado una fortuna. Es decir, la cosa es al revés de como se está planteando. La educación que es una función pública, se está beneficiando de los aportes privados. Y se hizo así porque el Estado no tiene los recursos.

Con el sistema mixto el Estado concentra su aporte estrictamente en lo educativo y no en lo inmobiliario y les traspasó ese cacho a los privados. El problema, en mi opinión, es uno de mala gestión de la educación pública (siempre hablando en promedio) y de falta de recursos, es decir, el bono educativo del Gobierno es muy exiguo, para ambos, públicos como mixtos.

Obviamente no nos olvidemos de los profesores. Sólo toco los aspectos de tu comentario.

Saludos.

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