Una niña de 11 años, Marina Ascencio provocó conmoción en muchos actores sociales tras solicitar ingresar al Instituto Nacional, mediante una carta a la presidenta Bachelet, la alcaldesa Carolina Tohá y el rector del liceo, Fernando Soto. Ante esto la actual alcaldesa y candidata de la Nueva Mayoría para la reelección da una respuesta muy propia de la campaña electoral, dice que está de acuerdo pero que debe ser gradual. Así lo cita radio Cooperativa:
“Yo creo que le haría muy bien al colegio, sería un estímulo para la etapa que viene, para pensarse como el Instituto Nacional del siglo XXI, de lo que Chile necesita hacia adelante, en abrir paso a este cambio, que tiene que ser gradual, requiere una serie de medidas de infraestructura, pero en la medida que se tome la decisión esas medidas se van a poder empezar a implementar”.
Antes de emitir una opinión al respecto quisiera señalar dos cosas.
Cuando era estudiante del instituto Nacional, en la década del 90, esta discusión se tuvo en las aulas, recuerdo que más de algún profesor nos planteó aquello en clases, que existía una discusión sobre si se podía convertir el liceo de varones a uno de carácter mixto. Por supuesto, nosotros (algunos de mis compañeros de curso y yo), adolescentes en ese entonces, estábamos fascinados con la idea y el alumnado en general pensaba inmediatamente en una fusión entre el Instituto Nacional José Miguel Carrera y el Liceo N°1 de niñas Javiera Carrera. Nuestra imaginación daba para mucho. La comunidad educativa Institutana siempre estará abierta de brazos a una idea como esa, pues en la interna del Instituto Nacional el machismo no ha sido nunca una forma de aprendizaje ni una forma de reproducción social, así que no se puede pensar que es una comunidad educativa machista, nunca lo ha sido, por lo menos en mi experiencia no lo fue.
En segundo lugar, cuidado con el falso discurso feminista que trate de plantear que el I.N. es reflejo del machismo, porque eso es despreciar la existencia del Liceo N°1 Javiera Carrera. Ambas instituciones son del siglo XIX y la creación del Liceo 1 a fines de ese siglo, pero por sobre todo su trayectoria en el siglo XX, hasta hoy fue y ha sido la respuesta contra una sociedad machista, ya que es el homólogo del Instituto Nacional pero en versión femenina, ambas instituciones son vistas como liceos de alta exigencia y nivel académico destacado. Este no es el caso de Eloiza Díaz, la primera mujer que estudio medicina en la Universidad de Chile, que no se confundan con aquello.
Habiendo hecho estas dos apreciaciones quiero comentar la respuesta políticamente correcta pero falsa de Carolina Tohá. Sí, estoy de acuerdo que sería bueno que ambos liceos (y también el Liceo de Aplicación) fuesen liceos mixtos, pero hay un gigantesco PERO.
El problema no es de género, ni tampoco cultural, es de dinero. Las nuevas generaciones son siempre más adelantadas y adaptables a los cambios culturales, por ello el estudiantado y los maestros recibirían a las niñas en el Instituto Nacional casi sin problemas, de hecho muchos profesores trabajan o trabajaron una jornada en el I.N y la otra en el Liceo 1. Así que esa no sería la complicación, de hecho el rector del Nacional está abierto a la posibilidad. Este es un problema netamente de plata, y explico porque.
Muchas personas no conocen las dimensiones de estos liceos (Instituto Nacional, Liceo n° 1, Liceo de Aplicación). Son verdaderos colosos educativos, de hecho las dimensiones del edificio de Arturo Prat es tal que la casa central de la Universidad de Chile parece la casita del árbol del Liceo. De sus 40.000 m2, el block más grande tiene 6 pisos para arriba y tres subterráneos (gimnasios y camarines) los otros bloques tienen dos pisos y zócalos, a eso sumemos el gigantesco teatro que incluye un aula magna y dos auditorios (ex catacumbas para nuestra generación). De hecho el Instituto Nacional podría convertirse rápidamente en un completo Hospital. Recuerdo incluso que un profesor nos contó una vez que un importante banco internacional quería comprar el edificio para colocar su sede central allí (su emplazamiento también es envidiable al lado del metro U de Chile y a media cuadra de la Alameda y el Paseo Ahumada). Dicho esto adaptarlo gradualmente sería un trabajo de nunca acabar, los institutanos ya tenemos experiencia con ello y no podemos aceptar cambios graduales que después no llegan. Por lo menos a mi generación se le prometió terminar y dejar a punto todos los laboratorios y el teatro, cosa que nunca ocurrió. Si se plantea transformar la infraestructura, eso debe ser total, pero para que se entienda voy a dar un ejemplo.
El municipio de Santiago no tiene la capacidad de realizar tal transformación, que de realizarse debe ser en todos sus liceos.
El Instituto Alonso de Ercilla, de la congregación marista (que está a una cuadra de mi casa en el barrio Brasil) se transformó de ser un colegio de hombres a uno mixto. El proceso no fue gradual, por lo menos no como lo plantea Tohá para el I.N., fue más bien rápido, de un año a otro aparecieron las niñas. Ellos invirtieron una cantidad de recursos impresionante, prácticamente hicieron otro colegio al frente del mismo por calle Maturana entre Rosas y Santo Domingo (con amplios estacionamientos) y con eso pudieron hacer la transformación. Si Tohá se refiere a una transformación gradual para que en un año entren la mitad de niñas y niños a 7 básico y así empezar año a año a aumentar la matrícula de niñas nos demoraríamos 6 años y nos deja en la incertidumbre ya que puede ser beneficioso o todo lo contrario, y en este tipo de políticas educativas solo debe existir la certeza de que resultara. Otra opción sería sacar a la mitad de los alumnos del Nacional e inyectarle una mitad de alumnas pero sería injusto con quienes ya están en él. Tercera opción, la que pensábamos cuando adolescentes producir la fusión con el Liceo 1, pero eso implicaría transformar dos colegios.
Como ven el problema no es de voluntad sino de recursos y en este sentido dudo que el municipio invierta tanto dinero en infraestructura: Este tipo de políticas solo puede ser posible desde el gobierno central y además debe ser vista como una política nacional de educación en la cual la transformación a liceos mixtos debería ser en todos los liceos, escuelas y colegios laicos y de congregaciones religiosas, no solo en el Instituto Nacional.
Por último también nos falta el factor pedagógico. No olvidemos que estos liceos tienen una forma de educación tradicionalista, bastante academicista. Transformarlo en liceo mixto implica cambiar el paradigma educativo y eso implica una inyección de recursos adicionales enorme para este tipo de mega liceos y que deberán provenir del gobierno central más que del municipio.
El tema es sensible pero Carolina Tohá ha dado una respuesta propia de campaña para caer bien y ocultar la verdad. En mi caso solo diré que por ahora eso es imposible pero si logramos que el país cambie de rumbo y recupere sus riquezas básicas, entonces si será posible y necesario. El municipio de Santiago no tiene la capacidad de realizar tal transformación, que de realizarse debe ser en todos sus liceos. Además de las inmediatas necesidades que tenemos en el área salud, seguridad, espacios urbanos, etc.
Solo para dejarles un último dato: El edificio es de la década del 60 del siglo XX y solo hace pocos años se terminó de construir el teatro, al menos eso me contaron alumnos que hoy están en el colegio y defienden la educación pública.
En definitiva, esta vieja discusión no tiene que ver con el problema de género, sino de dinero necesario para realizar la transformación, por su parte la actual edil solo plantea frases para la galería.
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Marcelo
Comparto que ningún establecimiento debiera excluir por sexo fenotipico (ni por ninguna otra variable. En el caso del in su fin es dar a la patria ciudadanos que la dirijan, la hagan florecer, y le den honor como decía en la libreta, lo Cuál no es incompatible. Ademas hay muchos colegios que antes fueron de hombres y que actualmente son mixtos y la experiencia es positiva (Abate Molina de Talca, Oscar Castro de Rancagua). Sólo tengo dos preguntas: ¿Cuál sería el problema de dinero si ingresa el 50% de mujeres a 7 básico el 2017 y se mantiene ese ingreso durante los años siguientes? ¿Es el dinero más importante que el derecho de las mujeres a optar a un establecimiento de calidad sea cual sea el que elija?
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No amigo, el dinero no es más importante. El problema es que es una infraestrutura gigantezca, sus bancos si se le pueden llamar asi no estan diseñados para mujeres (incluso diria que ni para los hombres) los baños tampoco, camarines y el Estadio que esta en Las Condes. Si el gobierno central ayuda a la transformación seria excelente, pero el municipio no tiene esa capacidad y si lo hiciera dejaría de lado otras áreas y colegios. Si entra el 50% de niñas a 7 básico tengo mis dudas de su efectividad, me preocupa el bullyng, imagina que son cursos de la A a la O en 7mo, 8o y 1 medio en la jornada de la tarde y la desproporción sería muy alta en una etapa de explosión de hormonas importante (dos niveles completos de hombres y un nivel con la mitad de mujeres), que inluso podría generar personas misógenas en el peor de los casos. Por eso insisto que la comunidad educativa del IN y los ex Institutanos estan a favor de que sea mixto, solo que se necesita mucho aporte fiscal para lograrlo.
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FE de Erratas: Donde dice que el bloque más grande tiene 6 pisos para arriba y tres subterraneos hay que gragar que son dos torres, los bloques restantes son de 3 pisos no de dos.