Muchos especialistas en educación han dado recetas para mejorar el sistema. Algunos políticos de diferentes sectores han intentado dar una que otra solución a esta misma situación, pero poco se nos ha consultado a nosotros los profesores, quienes constituimos uno de los principales agentes del sistema educacional.
Consideramos que para cambiar y mejorar este sistema educacional una de las piedras de toque tiene que ver con los tiempos destinados a la preparación y evaluación de la educación, como también para generar una serie de cambios profundos en la estructura de cada una de nuestras escuelas, pero a la vez en las condiciones laborales de los docentes de todo el país. Esta demanda propone aumentar las horas no lectivas del actual 25% del total de nuestra jornada laboral a un 50%, lo cual traería una serie de cambios positivos a la educación y a la vida de los docentes.En términos generales, la propuesta 50/50 tendría un impacto muy positivo en los futuros docentes, ya que la angustia de no tener trabajo disminuye las posibilidades de que éstos puedan ingresar a las carreras de Pedagogía, llegando incluso a doblar la dotación de docentes en nuestro país.
Primeramente, tendríamos más tiempo para el trabajo pedagógico, que entre sus tareas está el planificar y desarrollar clases más efectivas, que cumplan con los objetivos esperados por la escuela, lo cual evidentemente iría en función de la mejora de los aprendizajes de los estudiantes, puesto que el profesor podría conocer nuevas metodologías de aprendizaje y los diferentes insumos existentes para la mejora educativa en el aula.
En segundo lugar, se podrían preparar mejores y diferentes evaluaciones centradas más en la realidad propia de cada uno de los cursos que impartimos, saliendo de la lógica de la estandarización, con lo cual se podrían impulsar nuevas habilidades y conocimientos en el estudiantado.
A la vez las, los profesores tendríamos más tiempo para dedicárselo a los estudiantes en entrevistas o actividades escolares. La misma situación se generaría con relación a los apoderados, a quienes muchas veces no podemos entrevistar por falta de tiempo. Esto es de absoluta importancia en el sistema educacional actual, en el que la comunicación constante y fluida entre estos actores es absolutamente necesaria para mejorar el funcionamiento de dicho sistema.
Otro punto de esta propuesta tiene que ver con los tiempos para un trabajo interdisciplinario con los demás docentes, puesto que en la actualidad no existe comunicación entre las diferentes asignaturas, lo cual traería cambios significativos en el aprendizaje del estudiantado y en los cambios pedagógicos, impulsando un curriculum más pertinente. El docente, al disponer de más tiempo fuera de la sala de clases, podría impulsar una serie de proyectos con su comunidad escolar, participando en espacios internos como también fuera de la misma.
En términos generales, la propuesta 50/50 tendría un impacto muy positivo en los futuros docentes, ya que la angustia de no tener trabajo disminuye las posibilidades de que éstos puedan ingresar a las carreras de Pedagogía, llegando incluso a doblar la dotación de docentes en nuestro país. Finalmente, comprendemos que esta propuesta no es la panacea en la materia, pues para cambiar nuestro sistema debemos ir al corazón del mismo, es decir, al sistema de administración, de financiamiento, pero también a un cambio de la Constitución. De lo contrario, sólo se produciría un mero cambio de forma en la educación chilena.
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