Es preciso entender el acceso como la posibilidad de utilizar las tecnologías de manera efectiva, reconociendo sus limitaciones y posibilidades para cada contexto de uso, apropiándolas para la consecución de objetivos individuales y colectivos, adaptándolas crítica y participativamente al conjunto de prácticas comunicativas que hacen a la sociabilidad, y utilizándolas como recursos para la creación, expresión, producción e intercambio cultural. Sólo cuando el uso de nuevas tecnologías nos permite avanzar en una de las dimensiones anteriores, podemos afirmar que estamos apropiándonos efectivamente de ellas. Este portal es un ejemplo de ello.
Pero ¿qué sucede con los demás ámbitos de nuestra sociedad (el sistema educativo formal por ejemplo), en los cuáles las nuevas tecnologías mantienen pendiente su tremendo potencial?
El proceso de apropiación efectivo de las NTIC, requiere instrumentar estrategias de capacitación que tiendan a favorecer el tipo de acceso antes esbozado, y consideramos que esa capacitación debe fundarse sobre un conocimiento sustantivo de las diferencias culturales (considerado el término en su amplio espectro) que favorecen y dificultan los procesos de apropiación positiva de las NTIC en las diferentes comunidades.
En la actualidad, alfabetización digital y brecha digital parecen representar dos caras de la misma moneda. La brecha digital reproduce desigualdades en infraestructura, conocimiento y poder, ya existentes entre países y grupos sociales. Y si bien la alfabetización se propone como un intento eficaz para disminuir esa brecha, conviene tener en cuenta que las tres esferas que la componen son:
* Brecha económica o la posibilidad de acceso a las nuevas tecnologías.
* Brecha de usabilidad o la posibilidad de interactuar con las nuevas tecnologías.
* Brecha de uso significativo o la posibilidad de apropiarse de manera significativa y crítica de las nuevas tecnologías.
Razón por la cual, este panorama debieran indicar a quienes definen las políticas de acceso y diseñan los procesos de capacitación, vale decir, las estrategias de habilitación para que los ciudadanos, y muy especialmente los egresados del sistema escolar, participen y se beneficien de la sociedad de la información y el conocimiento, que dichas estrategias deben abarcar, al menos los aspectos más críticos del desequilibrio que ya existe producto de la difusión explosiva de los dispositivos tecnológicos.
En consecuencia, acceder no se reduce solamente a adquirir destrezas básicas en computación, sino que comprende un proceso integrado de alfabetización digital que desarrolle capacidades para comprender las posibilidades y limitaciones de las NTIC, para explotarlas, obtener información de utilidad, desarrollar destrezas de pensamiento y actitudes propias de la cíber sociedad que no se obtienen a través de la conexión a un módem.
Es fundamental entonces, que las propuestas de capacitación que lleguen a las instituciones educativas, adopten y adapten este enfoque, permitiendo que la comunidad en su conjunto ingrese a esta era digital desde sus propios y particulares contextos socio/culturales; conozcan sus rasgos más característicos; la comprendan, intervengan y participen de ella, e infieran las oportunidades que presenta para el fortalecimiento de sus intervenciones pedagógicas, protagonismo social, creación de información y conocimiento desde sus particulares contextos sociales, culturales e idiosincráticos. Sólo así estaremos generando las condiciones de apropiación activa y participativa de estos nuevos agentes.
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