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Gratuidad en la Educación Superior

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En 2018, al menos el 50% de estudiantes con menores ingresos del país, podrá estudiar libre de hipotecar su futuro, por la duración formal de la carrera (arancel + matrícula). Los demás podrán estudiar con becas (condicionados a un rendimiento académico muy razonable) y créditos (para bien o para mal)

Para ello deberán matricularse en las Instituciones de Educación Superior, tales como: Centros de Formación Técnica, Institutos Profesionales y Universidades, que cumplan requisitos mínimos para que aseguren decencia e integridad en el buen uso y cuidado de los recursos públicos

Las instituciones elegibles de gratuidad, deberán ser del CRUCH (Estatales y Privadas Tradicionales) o bien, podrán ser Privadas no Tradicionales, que estén acreditadas por al menos cuatro años, y además que estén constituidas como personas jurídicas sin fines de lucro. Respecto a la calidad, siempre fue voluntario someterse al proceso de acreditación institucional por la Comisión Nacional de Acreditación, la lógica me dice que si no lo hicieron antes y/o tienen resultados insuficientes, por algo será. Mucho se ha hablado del lucro en las universidades, pero lo veo como algo más sencillo: Es cuando una universidad mediante empresas de papel subarrienda terrenos e infraestructura propia a sí misma, para beneficiarse financieramente. Muy ingenioso para el mundo bursátil y de los negocios, pero no es decente, ni tolerable para la Educación. Quizás es hilar muy fino, pero hay que observar también, cuando los planteles educativos conociendo los aranceles de referencia que financiarán las becas, ostentan una diferencia grotesca con el arancel real (el costo final).

Además, en los inicios del proyecto, dentro de los requisitos se hablaba de Ley de Transparencia y Ley de Compras Públicas, aunque me imagino que en las Comisiones de Educación del Poder Legislativo en conjunto con el Gobierno, se tuvo que negociar y ceder en varias iniciativas. Incluso, se apuntaban elementos asociados a triestamentalidad (una instancia donde pudieran conversar estudiantes, trabajadores y directivos universitarios) como prerrequisito, afortunadamente nuestro Tribunal Constitucional nos salvó de aquel feroz ideologismo, que hubiera significado ese intento de cohesión social.

"Respecto a la calidad, siempre fue voluntario someterse al proceso de acreditación institucional por la Comisión Nacional de Acreditación, la lógica me dice que si no lo hicieron antes y/o tienen resultados insuficientes, por algo será."

Más allá de las sensibilidades ideológicas personales, y si es “desmercantilización” o no, me pregunto ¿Cómo la gratuidad va a ser algo tan malo, para pensar que es un retroceso, y querer desmantelarla? Me cuesta creerlo. Ni siquiera la idea es patrimonio exclusivo de laboristas, socialdemócratas y socialistas democráticos. Incluso, parte importante de conservadores y nuevos liberales del hemisferio norte, con sus reparos y todo, entienden la relevancia y conveniencia del derecho social, al tener una población más educada y asegurar el futuro de las próximas generaciones.

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6 Comentarios

Jose Luis Silva Larrain

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Pero por supuesto que puede ser retroceso, ¿Por qué es un avance persé?. De partida habría que evaluar bien el beneficio social de esta gratuidad parcial actual versus el beneficio social de financiar la educación en forma de becas parciales y totales que había porque muchos miles estudiaban sin pagar un peso gracias a eso también y la discriminación de a quien beneficiar por talento o por falta de plata es mucho mas sano que discriminar según se estudie en determinado tipo de universidades, o sea discriminar segun la fracasada ideología de estos seres limítrofes.

    ricardoparrach

    ricardoparrach

    Gracias por su comentario, le cuento: Solamente una beca tradicional de arancel del Mineduc (Bicentenario) financia una gran parte del arancel de referencia, sin embargo, en muchas carreras, quedan diferencias (algunas tristemente obscenas) con los aranceles reales, que deben ser cubiertas por créditos (solidarios o del CAE) ,o bien, con recursos propios, también admito que los requisitos académicos para renovar el beneficio son muy razonables (aprobar el 70% de los créditos asociados a asignaturas inscritas en el año) . Las demás becas estatales, sólo cubren hasta un monto de $1.150.000 (una cantidad insuficiente para carreras universitarias)

    Comprendo su preocupación, la gratuidad y las demás becas y créditos seguirán coexistiendo, cualquier estudiante con méritos académicos y situación socioeconómica meritoria, eligiendo a conciencia donde y lo que quiere estudiar, evadiendo el bombardeo de publicidad, no debería tener problemas de financiamiento.

    Respecto a la discriminación, trataré de ejemplificarlo así: si existiera un fondo patrimonial para subvencionar la restauración de templos (algo imposible en un Estado Laico), por muchos feligreses y acciones de solidaridad, que tenga una iglesia determinada, si no es dueña del inmueble, arrienda el terreno, tiene procedimientos poco transparentes de contratación, alta inestabilidad de sacerdotes/pastores y correspondientes misas/cultos, no tengo ninguna garantía de que haga un buena restauración con el dinero entregado.

    Jose Luis Silva

    JLuisSilva

    Esto ultimo me suena un poco a excusa. Es obvio que si entrega la administración de un fondo colectivo a un tercero debe pedir las garantias necesarias para que cumpla propósito, y se agradece, de hecho ojalá tenga la misma rigurosidad con el fondo colectivo que administra usted mismo como estado.

    Respecto a lo otro agradezco la info porque sí es un alivio saber que todas las becas todavía existen y ojalá sigan existiendo, de hecho me parece la forma natural de seguir avanzando en la gratuidad en lugar de forzar el control de los fondos del estado para cumplir un propósito populista.

    Saludos cordiales

anysur

Para asegurar el futuro de las nuevas generaciones se necesita generar empleos, en este momento no se esta generando; o sino serán ilustres sin deuda.

Diego Sandoval

Para empezar entendamos que la plata que paga la gratuidad es la plata que todos los chilenos pagamos como impuestos, es decir, se somete a todos a una carga tributaria mayor, con el fin de beneficiar a cierto grupo (los que tienen gratuidad).

El estado debe saber priorizar el gasto público — sería inaceptable que el estado le compre un Ferrari al cierto grupo de ciudadanos solo porque sí, pues se está gastando plata que le quitó a alguien que se la ganó con su esfuerzo —, y tambien debe saber moderar el porcentaje de impuestos que se cobran: muchos impuestos disminuyen el crecimiento económico, lo cual empeora la calidad de vida de todos.

— «Pero la educación, a diferencia del Ferrari, es un derecho »

Entonces, ¿por qué no usamos esa plata para financiar la comida de la gente que anda pidiendo plata en la calle? si la alimentación tambien es un derecho, y uno mucho más primordial, o la vivienda de todos los vagabunodos?

A lo que quiero llegar es que hay cosas más importantes que otras; que no haya gente muriéndose de hambre o frío es más importante que tener a todo el mundo estudiando gratis en la universidad.

—Entonces, los estudiantes pobres no pueden estudiar?

No necesariamente. Aquí es donde entra en juego la tan vilipendiada meritocracia: que hayan becas (hasta del 100%) para aquellos estudiantes que demuestren ser esforzados y tener la aptitud necesaria para estudiar (buenas notas, no echarse ramos, ¿buena psu? etc), y que además no tengan plata para pagar la U.

    ricardoparrach

    ricardoparrach

    Existe un potencial grupo de beneficiarios de gratuidad, que son familias dependientes de un ingreso familiar. Si bien, es probable que estén exentos del impuesto a la renta, por obtener ingresos mensuales inferiores a $630.000. El pago del 19% IVA les afecta más directamente, puesto que posiblemente destinen gran parte de sus ingresos al consumo, sin tener mayores opciones de ahorrar y/o invertir. Además del impuesto a los combustibles y de las bebidas alcóholicas , es crucial recordar, que el vendedor cumple la función de retener el IVA. De todas formas, los costos son traspasados al consumidor.

    Los impuestos son el precio que se paga por una sociedad civilizada.

    De acuerdo al reciente libro del PNUD (2017) Desiguales Orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile. Se constata que, el acceso a la educación superior, es reconocido transversalmente, como la herramienta que permite romper el ciclo intergeneracional de transmisión de pobreza y así procurar la movilidad social. Como asimismo, se verifica que el efecto de las transferencias directas del Estado, ayudan ostensiblemente a reducir la brecha de desigualdad.

    En cualquier país decente, la meritocracia es obvia, aunque convengamos que con títulos de baquelita no se cumple dicho propósito. Los mercaderes de la educación, al igual que los fonderos sacan cuentas alegres. Más de la mitad de las primeras preferencias, de los jóvenes que dan la PSU, es por alguna universidad estatal o del CRUCH, por algo será.