Estamos en la época del año en que toda una generación de egresados de enseñanza media (además de varios otros egresados en años anteriores) parecen jugarse el futuro al rendir la Prueba de Selección Universitaria (PSU), y no podemos dejar de pensar en las desigualdades que año a año quedan de manifiesto al conocerse sus resultados, tal como lo evidencian diversos académicos .
Afortunadamente, desde hace algunos años iniciativas de diversas casas de estudio, a las que se han sumado iniciativas gubernamentales, han intentado hacerse cargo de esta situación. El año 2012, el CRUCH otorgó una señal importante al incorporar el puntaje ranking, el cual complementó la ponderación de notas de enseñanza media (NEM), como un factor que valora la trayectoria estudiantil, apostando a que los buenos alumnos de educación media tendrán también un buen desempeño en su vida universitaria. Conjuntamente, durante el 2014 el Ministerio de Educación (MINEDUC) creó el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo (PACE), destinado a complementar la formación desde primer año de enseñanza media, con el fin de asegurar un cupo en educación superior, aun cuando el puntaje obtenido por el alumno destacado sea insuficiente para ingresar por la vía “regular”.
En este contexto de esfuerzos sistemáticos por incorporar equidad e inclusión al sistema de admisión, resultan insólitas acciones como la llevada a cabo por los directivos de la Corporación Municipal de Educación de Renca, quienes seleccionaron, de entre sus alumnos a 30 jóvenes del liceo Bicentenario Cumbre de Cóndores, con calificaciones entre 6.3 y 6.8, para ser parte de un campamento destinado a entrenar contenidos y manejar la ansiedad con el fin de mejorar sus puntajes PSU, y de paso asegurar elevar también el puntaje promedio del establecimiento.
Frente a este acontecimiento, cabe preguntarse qué ocurrió con los excluidos del programa, que observaron cómo sus compañeros fueron beneficiados con un reforzamiento “express” de contenidos, a diferencia de ellos, que se presentan a rendir la evaluación con las habilidades desarrolladas en sus años escolaridad. Es difícil de comprender la decisión de los directivos y sostenedores de la comuna de Renca, cuando los esfuerzos realizados a través de las políticas públicas han sido enfocadas a la integración y equidad en el sistema escolar y universitario, justo lo contrario a lo que se está haciendo en el municipio: a fin de cuentas, con actividades como esta no se hace más que perpetuar la segregación sociocultural que ha reflejado históricamente la PSU.
Dejando de lado lo meramente educativo, no me cabe duda de que esta actividad, en el fondo, busca obtener un provecho comunicacional. Después de todo, no es difícil anticipar que si de este grupo de estudiantes surge algún puntaje nacional (que, por lo demás, seguramente respondería a su trayectoria académica y no tanto a su participación en el campamento), la alcaldía hará todos los esfuerzos por llevarse los créditos frente a los medios. Algo parecido al espectáculo que vemos cada año cuando el Liceo Cumbre de Cóndores es el único de la comuna en iniciar las clases a mediados de febrero -con la excusa de reforzar contenidos-, aunque siempre termina trascendiendo, al consultar a profesores y alumnos, que se trata de una simplona jugada mediática, sin proyección académica.
Cabe cuestionarse si, con los mismos recursos de esta actividad, se podría haber diseñado un proyecto de mejora pedagógica, incorporando prácticas de aula inclusivas y democráticas, para no solo impactar en estos 30 seleccionados sino que brindando oportunidades reales de desarrollo a todos los estudiantes.
Como habitante de la comuna y profesional de la educación, la molestia es aún mayor al saber que la exclusión no es solo a estudiantes dentro de ese establecimiento. Para quienes no saben, en Renca existe también el colegio Cumbre de Cóndores Poniente, algo así como el gemelo despreciado, en el que no sólo no se realiza ningún campamento PSU, sino que además tuvo un desempeño muy inferior a su par Oriente en el SIMCE 2013: 40 puntos menos en lenguaje y 69 en matemática. Es decir, no solo excluyen estudiantes de un mismo establecimiento, sino que además existe un trato absurdamente discriminatorio entre estudiantes de establecimientos públicos similares dentro de la comuna.
Quienes nos desempeñamos en educación, sabemos que uno de los propósitos fundamentales de nuestro ámbito es brindar herramientas a todos los estudiantes por igual, explotando al máximo sus capacidades. Esto implica fortalecer a los aventajados, pero también prestar especial atención a quienes presentan algún tipo de dificultad. Por esa razón, no es comprensible que los participantes del campamento sean solo los mejores entre los mejores. Cabe cuestionarse si, con los mismos recursos de esta actividad, se podría haber diseñado un proyecto de mejora pedagógica, incorporando prácticas de aula inclusivas y democráticas, para no solo impactar en estos 30 seleccionados sino que brindando oportunidades reales de desarrollo a todos los estudiantes de esta generación.
Es de esperar que en los años venideros, con la implementación los nuevos Servicios Locales de Educación que, a diferencia de los municipios, serán sostenedores con dedicación exclusiva al servicio educativo y sin los vaivenes electorales que cada cuatro años ponen en riesgo los procesos escolares, la planificación curricular esté centrada en los aprendizajes en igualdad de condiciones, asegurando la calidad, equidad y respeto a los diferentes participantes de la comunidad escolar y no con un enfoque competitivo donde cada municipio define de qué manera construye el futuro de su comuna. En base a la experiencia, y atendiendo casos como el llevado a cabo por la municipalidad de Renca, sabemos que no es el camino indicado.
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Juan Pedro
Duda: la universidad es para todos, o solo para los mejores??
Leslie Arce
Juan Pedro
Creo que todos quienes quieran estudiar en educación superior debiesen poder hacerlo. El sistema educativo debe ser capaz de identificar las capacidades y entregar la formación académica utilizando distintas estrategias, eso se denomina didáctica. Todos los educandos pueden llegar a ser los mejores, dependerá de su dedicación y esfuerzo, además de los contenidos facilitados por el docente y la institución.
miguelalejo1
Me parece excelente el artículo y su aproximación crítica. Las prácticas segregacionistas como las descritas no ayudan a la cohesión social y contribuyen a generar resultados académicas y trayectorias de vida que facilitan el aprovechamiento por parte de «los ganadores» hacia «los derrotados».
Desde mi punto de vista, la actividad de campamento ético es muy cuestionable desde un punto de vista de justicia social. Me parece que sería más justo dar más apoyo a quienes más lo necesitan, y no al revés. Si existe un grupo que ya obtiene buenos resultados, ¿Por qué invertir más recursos en este grupo? Si los recursos son limitados, me parece mejor para la sociedad priorizar a quienes muestran resultados bajos y con ello bajar la probabilidad de abandono escolar y aumentar la probabilidad de continuación de estudios.
Juan Luis Saavedra
Renca es el caso sintomático de clientelismo y malas prácticas que justifican plenamente la desmunicipalizacion. Todo lo que venga, no puede ser peor.