Hace un par de días el senado aprobó la idea de legislar sobre el proyecto que prohíbe las “sociedades espejo”. Si bien es un avance que exista acuerdo acerca de la importancia que tiene abordar el tema, razonablemente existen dudas acerca de cuál será el real alcance que tendrá el proyecto de ley finalmente acordado. En ocasiones, la ley aprobada dista mucho del proyecto inicialmente discutido y la idea original se desnaturaliza completamente.
Con el objetivo de asegurar que las utilidades sean reinvertidas en el proyecto académico y no retiradas como beneficios para los dueños, la legislación ha prohibido expresamente el lucro en educación universitaria.
La forma que han encontrado algunos inversionistas para retirar sus utilidades ha sido mediante la generación de contratos con empresas relacionadas, a las que se les paga un sobreprecio por el servicio prestado. Estas empresas han sido denominadas “sociedades espejo”
Es así como, mediante contratos con empresas de aseo, seguridad y principalmente inmobiliarios, los inversionistas han conseguido rentabilizar sus inversiones. Esto explica, en parte, que algunas universidades tengas edificios y equipamientos completamente desproporcionados para el tamaño de las actividades que realizan. Mientras más grande es el edificio, aunque esté sin uso, más se puede cobrar por arriendo, seguridad y mantención.
Un mejor y mayor control de las empresas relacionadas ayudará a que no se siga cometiendo esta irregularidad y en algunos casos permitirá que una parte más importante de los excedentes se reinviertan en mejorar la calidad de la docencia, investigación, extensión, beneficios o gestión del proyecto universitario.
Sin embargo, no basta con exigir mayor transparencia en este ámbito, también es relevante que las universidades transparenten el origen de sus ingresos y las partidas en que gastan o invierten. Así como cualquier empresa que se transa en bolsa, publica sus estados financieros, las universidades deben dar a conocer su situación financiera y el destino que dan a los excedentes que eventualmente generan mediante la operación. Esta medida debe ser aplicada tanto a universidades públicas como privadas.
Este flujo de información no sólo permitirá que exista más transparencia en el sistema de educación, también ayudará a que, en su conjunto, las universidades se hagan más eficientes en la administración de sus recursos, ya que existirán parámetros y estándares de comparación.
Es cierto que legislar en torno a las “sociedades espejo” es aprobar una ley que tiene como finalidad que se cumpla otra ley (prohibición del lucro), esto que parece un contrasentido, puede ser un paso importante en la construcción de un sistema de educación superior de mejor calidad, más informado y transparente.
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Comentarios
22 de septiembre
Muy de aceurdo.. no solo falta forzar a que se cumpla la ley, se requiere transparencia no solo en los estados financieros, sino que en los estatutos y sus modificaciones que cada unviersidad envia al Mineduc. Hoy no hay como encontrar información sobre las «ventas» de unvierisdades. Todo ello suma a la necesidad de la SUPERINTENDENCIA de educación superior.
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