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El mercado de la educación y su perfeccionamiento

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Hoy en nuestro país el mercado educacional muestra las fallas que fueron previstas, anunciadas, expuestas de manera sistemática y criticadas por todos nosotros. Recuerdo que el 2011 la derecha chilena intentó tildarnos, a los estudiantes, de “sobreideologizados”, pues veían que parte de los representantes pertenecían al Partido Comunista y en general a la izquierda más dura de los días que corren (que al lado del espectro de “la izquierda” es una especie de bebé recién nacido). Pero ese argumento dejó pronto de ser usado a la luz de la realidad: que este sistema “racional” (por ende no ideologizado) de educación que centraliza y asigna los recursos educativos dependiendo de la capacidad de pago y los puntos en una mala prueba de selección (que también depende de la capacidad de pago), ha fracasado. Y la expresión del fracaso es la quiebra de una universidad, hecho que solo puede ocurrir en un “mercado de educación”, no en un “sistema de educación”.

Estamos en presencia de un fallo de mercado, un fallo que la derecha chilena a través del gobierno asegura que es culpa de una mala regulación, lo que es cierto. La responsabilidad de esa mala regulación la traspasan a la Concertación, lo que también es cierto. Pretenden que ellos no fueron los culpables de esto, lo que es completamente falso. Para la aprobación de la Ley General de Educación (LGE) (Nº20.370) se presentaron muchísimas indicaciones, 500 en el segundo de tres trámites constitucionales. Muchas de esas indicaciones apuntaban de raíz al tema del lucro en la educación, cosa que también estuvo en la agenda pública durante la “Revolución Pingüina”, de la que somos continuadores, pero fueron los parlamentarios de la misma derecha que hoy acusa una mala regulación quienes impidieron que dichas modificaciones llevaran a regular un “sistema” y no un “mercado” de educación

Se sabe que la ley que “asegura” la calidad de educación superior (Nº 20.129) y crea la Comisión Nacional de Acreditación también fue objeto de muchísimas indicaciones, con el fin de crear un “mercado” de acreditación, que es como funciona hoy en día.

Hoy en día las universidades estatales esperan la propuesta del Gobierno en torno al tema de los estudiantes de la U. del Mar que deben ser reasignados. Las universidades dicen que no poseen la infraestructura necesaria para absorber a 18 o 24 mil estudiantes  (según quién lo diga). Y es lógico, si durante 30 años se han precarizado dichas instituciones a favor del crecimiento de privadas. Los afectados quieren ser reubicados en universidades estatales, cosa que no ocurrirá. ¿Qué medidas se tomarán al respecto?

Hoy el gobierno entiende que no puede defender lo indefendible. Y muy inteligentemente el gobierno se dedicará, al menos es lo que dicen, a fiscalizar para que se cumpla el marco regulatorio. Cuidándose, eso sí, de no hablar demás respecto del lucro y esas cosas que tanto incomodan a los de su tienda. Ahora el presidente enviará un proyecto de ley sobre el Sistema de Acreditación que modifica la CNA y genera un comité de cinco personas, donde el jefe es designado por el Presidente y el resto a propuesta de ternas de la Alta Dirección Pública y aprobada por el Senado en única votación. Hay que tener ojo con la letra chica y luego en la discusión.

Las acciones del gobierno son fácilmente predecibles. Puede que hoy haya fallado el mercado de la educación, pero como están en una posición sobreideologizada no harán nada por cambiar el modelo. Ante estas crisis de los mercados (como la de los bancos durante los 80’) existen dos opciones; cambiar de raíz el sistema (suprimir el modelo de mercado), lo que implicaría avanzar en el sentido del movimiento social por la educación; o bien tomar los fallos del mercado y perfeccionar el modelo para que luego falle menos, camino que se ha seguido durante al menos 30 años y se seguirá por un tiempo más.

Por esta razón el Gobierno envía nuevos proyectos de ley sobre acreditación, prefieren perfeccionar la forma de acreditar en vez de terminar con la proliferación indiscriminada de universidades e institutos de medio pelo, y con el mercado de la acreditación. Respecto de los estudiantes de la U. del Mar, lo más probable es que la mayoría vaya a universidades privadas acreditadas, no olvidemos que el rol del gobierno es posicionar la educación privada, no la pública. En ese sentido, pocos estudiantes irán a universidades estatales, probablemente los de regiones en su mayoría. Evidentemente esto estará sujeto a la disponibilidad de planteles en las distintas zonas del país. Recordemos que la U. del Mar posee al menos catorce sedes en todo el país. Lo interesante será ver en qué condiciones pasarán los estudiantes. ¿Se les convalidarán ramos? Si entran a estatales, a mi modo de ver no debería ser así. ¿Qué pasará con los que estudiaban en programas especiales? (vespertinos, medias jornadas, etcétera). El gobierno quiere que los estudiantes reciban el título de la misma universidad.

Ante estas crisis de los mercados (como la de los bancos durante los 80’) existen dos opciones; cambiar de raíz el sistema (suprimir el modelo de mercado), lo que implicaría avanzar en el sentido del movimiento social por la educación; o bien tomar los fallos del mercado y perfeccionar el modelo para que luego falle menos, camino que se ha seguido durante al menos 30 años y se seguirá por un tiempo más.

Es muy probable que se ordenen las finanzas, se enajenen bienes de capital, se cierren sedes en algunos lugares, esos alumnos se reubiquen, vuelva todo a la normalidad con el tiempo y, como pasa hoy con La Polar, que reingresa a la bolsa, en unos dos años más, la universidad quebrada volverá a presentarse al nuevo sistema de acreditación y será acreditada, no por su calidad, sino porque hoy existe un mercado de educación al que le conviene que existan múltiples oferentes, que se estratifiquen precios para que los ricos estudien con los ricos y los pobres con los pobres, que existan masas importantes de recursos públicos que van a pasar a bolsillos privados que encontrarán, como lo han hecho hasta hoy día, la manera de lucrar.

En definitiva lo que ocurre hoy en día es la crisis de un modelo, pero como toda crisis trae oportunidades, el Gobierno las encontró, y es seguro que este 2013 lucharán con todo lo que tienen para perfeccionar el mercado educacional enviando leyes, cerrando y metiendo mano en una que otra universidad cuando haya crisis, pero en el fondo dejando todo como está hasta hoy.

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