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El enfoque actual de Lenguaje y Comunicación

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Han pasado dos años desde que escribí mi última columna en este sitio, hoy retorno más instruido y con más conocimiento para hacer nuevos aportes desde la disciplina que estudio. Con los mismos deseos de cambiar las cosas , deseo que compartimos miles de estudiantes a lo largo del país.

Actualmente en Chile, es bien sabido ya, tenemos graves problemas de comprensión lectora que deriva en un analfabetismo funcional, este analfabetismo funcional a su vez deriva en la imposibilidad de entender textos largos y tediosos en norma culta formal. Justo como los que firmamos al momento de hacer un contrato cuando solicitamos un servicio, cuando nos afiliamos a una Isapre. ¿Esto será casualidad? ¿Será natural el desinterés por la lectura de clásicos de la literatura y la proliferación de gente leyendo literatura de masas? ¿Es natural que los chicos encuentren demasiado aburrido realizar ensayos de lenguaje y comunicación sólo por tener algunos textos «largos»? Uso las comillas porque se refieren a textos de una página y media. Intentaremos dar respuestas a estas interrogantes exponiendo cómo el currículo de lenguaje contribuye a que estos problema aparezcan y como dichos problemas también repercuten en el futuro de los estudiantes que egresan del cuarto medio.

Lenguaje y Comunicación es uno de los ramos que posee mayor cantidad de horas pedagógicas, desde muy pequeños en la básica, pero esto no es extraño o innecesario, puesto que lo principal del ramo son las áreas de lingüística y en menor medida la literatura (que a menudo se relega al patio trasero, puesto que es difícil de abordar para muchos profesores). Este ramo, al menos en teoría, debería desarrollar las habilidades de lecto-escritura básicas para que nuestros estudiantes se desenvuelvan  sin problemas en la vida diaria.

Iremos primero con el desinterés de los estudiantes en la lectura de clásicos. Hemos dado un paso y ya no es tan raro ver a gente leyendo libros en el metro, cuando hacemos el ejercicio de acercarnos, notamos que varios de los libros se repiten. 50 sombras de Grey, los libros de John Green (autor de Bajo la misma estrella), las novelas de Isabel Allende o libros como Los Juegos del Hambre. Incluso estas mismas lecturas han permeado la lista de lecturas obligatorias de algunos colegios. En mi experiencia, la literatura siempre quedó como una área relegada al patio trasero, la forma de evaluarla era agregar 10 preguntas del libro a la prueba mensual, en los electivos se veía con un poco más de detalle, pero siempre se le trataba de algo desligado del contexto histórico, como una isla en el aire incapaz de aterrizar. Este problema se produce por dos factores, siendo el primero los extensos currículos de lenguaje que impiden abordar a la literatura como se debe, el segundo problema es la falta de estrategias didácticas para acercar a los clásicos de la literatura a los jóvenes. Esto conduce a que le atribuyamos un carácter de lectura aburrida a un sin fin de obras que han sido escritas en tiempos pasados, pero que tienen muchas cosas que decir y que son muy significativas para entender la sociedad actual.

Lo segundo es que el enfoque de Lenguaje actual se limita a prepararte para la PSU. Planes de redacción, manejo de conectores en textos de dos líneas y la comprensión lectora de una gran diversidad de textos que pueden ir desde microcuentos hasta columnas de opinión. A muchos les baja sueño al enfrentarse a textos de una plana y media, los catalogan como textos largos y aburridos. Justo un año después tienes que ver cómo lo haces para leer tres textos teóricos de 90 páginas cada uno para la prueba de la siguiente semana, sólo para un ramo universitario. Este es el problema más grande que padece el área de Lenguaje y Comunicación con su actual enfoque. Gracias al ranking y a mucho esfuerzo pudiste derribar ese murallón llamado PSU y te encuentras con un ritmo totalmente diferente. ¿Qué? ¿Me dices que hiciste preuniversitario? Felicidades porque no te servirá de nada tampoco.

El trabajo del médico termina cuando su paciente se sana, el trabajo del profesor no acaba nunca: una vez profe, profe por siempre.

Todos en la enseñanza media y en los preuniversitarios tratan a la PSU como si fuera lo que te garantiza que obtendrás tu título, pero no es así, la PSU es sólo la primera etapa, es el castillo de Bowser del primer mundo del Mario Bros, está al final de una etapa, pero al principio de otra mucho más complicada.

Hay un puente que no está construido, del que nadie se hace cargo. «Es que ahora son universitarios» dicen por un lado «lo primero es la PSU» dicen al otro (no por nada uno de cada tres estudiantes de educación superior deserta al primer año). Es muy necesario que nos hagamos cargo como futuros profesores de Lenguaje y Comunicación de construir este puente, de entender que nuestro trabajo no acaba cuando nuestro estudiante sale de la puerta del colegio lleno de elegancia junto a sus padres, porque el trabajo del médico termina cuando su paciente se sana, el trabajo del profesor no acaba nunca: una vez profe, profe por siempre.

¿Como deshacernos de estas problemáticas?  lo averiguarán en la próxima columna.

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1 Comentario

Juanita Medina

Un aporte:
En estricto rigor, el actual enfoque de la asignatura Lenguaje no es el que tú indicas.
Creo que sería bueno diferenciar entre «enfoque» y «práctica». La práctica es la que tú describes, pero el enfoque definido para la asignatura en el Curriculo, está más cercano a lo que indicas en el documento «Por un nuevo Nuevo enfoque en Lenguaje y comunicación».
El enfoque es un constructo teórico y hoy, está definido como enfoque comunicacional, y es funcional, tiene que ver con la generación de competencias para la participación en el mundo.