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Educar personas felices

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La crisis en la educación pública desde hace mucho ocupa portadas y minutos en noticieros principalmente en resultados que definen lo que un niño o niña es capaz de aprender o lo que un profesor o una institución es capaz de enseñar según una malla curricular que entrega solo parte del conocimiento para desafíos futuros.

Con la creación de Simce, el año 1988, se instaló en el sistema educativo chileno una evaluación externa, que se propuso proveer de información relevante para su quehacer a los distintos actores del sistema educativo. Su principal propósito consiste en contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, informando sobre los logros de aprendizaje de los estudiantes en diferentes áreas de aprendizaje del currículo nacional, y relacionándolos con el contexto escolar y social en el que estos aprenden.

Pero algo pasó en estos casi 30 años que el Simce terminó por acrecentar las brecha entre quienes tienen todo y quienes viven una infancia llena de vulnerabilidades y carencias, olvidando que mientras los resultados pedagógicos muestran una realidad, los Indicadores de Desarrollo Personal muestran una realidad a la cual es necesaria poner una urgente y legítima atención.

En la discusión mediática todos hacen esfuerzos por poner en el tapete noticiosos los logros en lenguaje, matemática y ciencias, relegando a una invisibilidad inexcusable aquellos parámetros donde la formación de sujetos con una mirada más holística disminuyen las brecha entre quienes tienen poco y quienes tienen mucho. Si observamos las mediciones (subjetivas o no) pero al fin y al cabo indicadores de una realidad desde segundo básico a 2º medio los Indicadores de Desarrollo Personal muestran una realidad donde en Sexto Básico las distancias en el cómo se perciben a sí mismo los niños.

En el cuadro anterior, la comparación entre un colegio particular de la comuna de Chiguayante donde el ingreso en el hogar supera los $1.300.000 pesos y un colegio Municipal con ingresos entre $255.001 y $390.000, no existen diferencias negativas para los llamados colegios Municipales e incluso en algunos ítems superan en la evaluación a los colegios particulares.

Al parecer en sexto básico, los niños se observan a sí mismo con una mayor evaluación emocional, observando el mundo con un positivismo que les permite aumentar el rendimiento académico según las propias evaluaciones del SIMCE , cuando la brecha en los indicadores de Desarrollo Personal disminuye también se muestra una disminución en la brecha que evalúa logros académicos.

Es hora de cambiar paradigmas y comenzar a pensar en que la educación no es solo la fórmula para el éxito futuro y comenzar a instalar con fuerza el concepto de Educarse para ser Feliz. En la felicidad está el verdadero éxito para enfrentar los desafíos de nuestros líderes del mañana

Todo parece indicar que esa diferencia radica en ese conjunto de habilidades que han llamado “inteligencia emocional”, entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Si bien una parte de estas habilidades pueden venir configuradas en nuestro equipaje genético, y otras tantas se moldean durante los primeros años de vida, la evidencia respaldada por abundantes investigaciones demuestra que las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida, si para ello se utilizan los métodos adecuados.

Si estos parámetros, Desarrollo Personal, hoy nos muestran una realidad que parece disminuir la brecha en el aprendizaje, ¿Por qué no comenzar a hablar de conceptos donde Felicidad y educarse van de la mano?

El académico no ha tenido nunca una relación determinante el éxito profesional, pero los indicadores de felicidad siempre han marcado la diferencia entre quien mira la vida con un abanico de oportunidades y quien termina siendo secuestrado por su propia vulnerabilidad.

Es hora de cambiar paradigmas y comenzar a pensar en que la educación no es solo la fórmula para el éxito futuro y comenzar a instalar con fuerza el concepto de Educarse para ser Feliz. En la felicidad está el verdadero éxito para enfrentar los desafíos de nuestros líderes del mañana.

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1 Comentario

R Jenny González Luengo

Muy atinente el comentario toda vez que vemos muy seguido niños con sobrecarga de obligaciones escolares , la pregunta es para que adelantar la adultez y sus preocupaciones ?? Haya que hacer el cambio en lo cotidiano en la casa , les sugiero empezar por preguntar a nuestros hijos ,cómo lo pasaste hoy en el colegio ?? En lugar de como te fue, que nota te sacaste ?? Tarea para nosotros los adultos