Cada vez que se inicia un año académico nos vemos virtualmente bombardeados por publicidad dirigida a quienes comenzarán sus estudios superiores y deben escoger una institución. Dentro de las bondades enunciadas, juega un rol importante la acreditación que -se señala- se extiende por tal o cual cantidad de años. Sin embargo, un hecho que suele pasar inadvertido y que puede llevar a confusión, es que existen dos procesos de acreditación, uno para carreras y otro para las instituciones.
En primera instancia, resultaría lógico pensar que debería haber una coherencia entre las evaluaciones que se realizan a las carreras e instituciones, en este sentido, hemos indagado en la convergencia que existe entre ambos procesos. Por ejemplo, en un 22.3% de los casos se presenta igual número de años en la acreditación para Carreras e Instituciones. Y, ampliando el criterio, hay una diferencia de solo un año en un 49.6% de los casos. Esto, eventualmente, podría trazar ciertos criterios de aceptabilidad para el sistema.
Sin embargo, desde la perspectiva del estudiante que entró a estudiar en marzo a la universidad, ¿cómo interpretar que su carrera esté acreditada y no la universidad o viceversa?
Lamentablemente no es posible aseverar que un proceso tiene preponderancia sobre el otro. En el caso de las carreras, los indicadores de evaluación de las agencias consideran alternativas como: insatisfactorio, satisfactorio, adecuado u óptimo, conceptos que no se encuentran definidos rigurosamente con el fin de ser aplicados por distintas agencias. Por otra parte, la acreditación institucional, es realizada exclusivamente por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), que cuenta con sus propios criterios de evaluación. De este modo, desde la perspectiva del estudiante y su familia, resulta difícil tratar de relacionarlas y buscar una posible coherencia, ya que se presentan como procesos disociados entre sí.
En esta línea, por ejemplo, las carreras de pedagogía de las instituciones acreditadas presentan un promedio de 3.38 años, mientras la acreditación de pedagogías que no pertenecen a instituciones acreditadas presentan un promedio de 2.78 años. ¿Qué nos dice esta diferencia de medio año?
Para objetivar el análisis y tener un mismo criterio de comparación, nos centramos en las agencias Akredita y Acreditacción, que absorben el 83% del mercado privado de las carreras de pedagogías junto con acreditar la totalidad de las carreras sin acreditación institucional que se someten al proceso (Universidad del Mar y la UCINF). En este caso, la mediana de los años de acreditación para carreras pertenecientes a Instituciones acreditadas es idéntica (3 años) a las que no tienen ésta acreditación.
En esa línea, ¿es lógico que en un tema tan sensible como la educación de nuestros profesores, la acreditación de carreras de pedagogía evidencie no tener relación con la acreditación de la institución?
En definitiva, resulta urgente transparentar y objetivar una instancia centrada en asegurar la calidad de la educación y que permita contar con información clara y coherente respecto a la misma. Dicho sea esto, en consideración al futuro de los estudiantes, los recursos invertidos por las familias y nuestro desarrollo como país.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Comenta este artículo
1 Comentario
erickaderecho
mi universidad fue acreditada por 5 años si ellos se creyeron tan larga acreditacion… pero conste q se arreglaron hasta los bigotes para cuando llegaran los encargados de rebisar las cosas tenian todo pauteado, hecharon a todos los profesores q no tenian magister ,pusieron sillas nuevas,compraron mas libros ,pero cuando se fueron las personas q rebisaban se cayoooo todo como si fuera una gran y falsa gigantografia