Tanto en América Latina como en el resto del mundo el e-gobierno va en incremento, aunque aún es incipiente y queda mucho que aprovechar del potencial de las nuevas tecnologías de la información con el fin de fortalecer la gobernanza y legitimidad de los gobiernos.Lo mismo ocurre con la e-participación, siendo ésta aún más incipiente. De acuerdo a los resultados de la encuesta 2010 de Naciones Unidad sobre e-gobierno, se observa que los gobiernos involucran a sus ciudadanos para la retroalimentación o consulta a través de sus sitios web. La mayoría de los sitios cuentan con sondeos, encuestas, botones de comentarios, entre otros. Sin embargo, se considera que esto es sólo la “punta del iceberg”, ya que la Web 2.0 (y la Web 3.0 en un futuro próximo) podría significar para los ciudadanos una vía de impacto directo en el quehacer del gobierno.
Las cifras de la encuesta señalan que Europa concentra el 51% de los países con mejor desempeño en e-participación, luego Asia, con un 29%, le sigue América, con un 14% y Oceanía con un 6%. La República de Korea es la primera en el índice de e-participación seguida por Australia, España y Nueva Zelanda. Los países que encabezan la lista corresponden a países de ingresos medios. Se evidencia que los gobiernos están comenzando, aunque lentamente, a utilizar herramientas interactivas para promover el diálogo y recibir comentarios y aportes de los ciudadanos, así como entregar información y servicios en línea. Sin embargo, la generación de alternativas que permitan la participación para la toma de decisiones es la menos desarrollada. Se puede apreciar así, que el e-gobierno, aunque incipiente, es una alternativa que a nivel mundial va teniendo mayor protagonismo en el quehacer de los gobiernos. Sin embargo, la e-participación presenta un desarrollo menor y se encuentra principalmente vinculada a la entrega de información, la respuesta a consultas y en mucha menor medida a la toma de decisiones.
En lo que respecta a nuestros países, la participación virtual presenta las mismas condiciones que la participación cara a cara promovida por los organismos públicos: acotada, parcial y restringida principalmente a la entrega de servicios, de información y consulta más que a la incidencia en la toma de decisión en los asuntos públicos. De este modo, la pregunta por la profundización de la democracia, el tipo de democracia que se desea y la concepción de participación asociado a ello son fundamentales para avanzar. Las herramientas digitales están al servicio de los objetivos políticos y técnicos de los organismos de gobierno. Por ello, una de las preguntas fundamentales a trabajar es respecto del estado y desarrollo de nuestras democracias para avanzar en este sentido. Asimismo, profundizar en las características de lo que podemos denominar “la participación virtual” ¿recoge los mismos sentidos que la participación cara a cara o presencial, presenta las mismas motivaciones? ¿Cuáles son sus modos y estrategias de vinculación? Esto desde la perspectiva del Estado o los gobiernos como interesados en promover la participación, ya que los espacios de participación virtual generados, promovidos y apropiados desde los ciudadanos deben ser observados desde otras perspectivas al sustentarse en propósitos que provienen de los propios ciudadanos y ciudadanas.
A estas consideraciones es necesario sumar otros desafíos, como facilitar el acceso a banda ancha, lo que significa generar acciones específicas en términos de tarifas y de infraestructura, para que no se constituya en una brecha más para la participación y un nuevo criterio de desigualdad –como ya está sucediendo-; generar capacidades, es decir, promover las competencias necesarias en la población para que pueda usar las opciones en línea tanto para sus necesidades de información como de incidencia, lo que incluye acciones de difusión de las herramientas disponibles hasta la habilitación de centros comunitarios de fácil acceso. Por último, la decisión política de incorporar la e-participación como un elemento sustantivo del e-gobierno y las acciones de incidencia para la toma de decisión como un eje central de la e-participación, además de las acciones relativas a la entrega de información y a la generación de consultas en línea.
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Foto: HikingArtist / Licencia CC
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peon
La implementación de todo lo que comentas Gloria, y aún más de lo que señalas, se podría hacer con una CÁMARA CIUDADANA DIGITAL…
El problema de esto, sin embargo, es que las potencialidades de esa institucionalidad son demasiado democráticas para la clase política y ésta se niega a su factibilidad por su egoísmo, cual perro aferrado a su hueso que no desea compartirlo…
Puede que suene algo extremista, pero, comprendiendo lo que significaría una Cámara Ciudadana y ya habiendo avisado la posibilidad de su creación a un Gobierno socialista de derecha y a otro de extrema derecha, queda claro que la nación ha sido secuestrada por una casta que se empeña en aferrarse al poder y así como la ciudadanía tardó años en comprender que por la vía del crédito se le mantiene esclavizada, si acaso lo ha terminado de comprender, tal vez algún día comprenda que debe iniciar una lucha que le permita ganar su completa libertad…
http://camaraciudadana.cl
jfdkd