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Detección y prevención del bullying

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En Chile, cientos de niños sufren silenciosamente de “bullying”. En el año 2016 hubo casi dos mil denuncias por maltratos físicos y psicológicos contra escolares. Lamentablemente, esta cifra va en aumento sin control alguno, 62% de los escolares de cuarto básico reconoce ser víctima de bullying.

En este último tiempo hemos presenciado diferentes casos, como la sentida carta con la que un niño de 12 años víctima de bullying, se despidió de sus compañeros que lo molestaban todo el día, “No quiero estar cerca de malas personas, y ustedes lo son”, posterior a esto, el niño fue retirado del establecimiento producto de diferentes insultos y comentarios crueles por parte de sus compañeros, solo por el hecho de no tener un padre; pero, nosotros como ciudadanos ¿Cómo nos damos cuenta que nuestros hijos sufren de Bullying? Difícil, vivimos en un mundo donde no tenemos tiempo, donde las horas laborales son altas y no nos permiten compartir el tiempo necesario con nuestros hijos.

Entonces la pregunta es obvia ¿De quién es la culpa, del sistema educacional que no está lo suficientemente preparado o de los mismos padres que no logran percibir que les pasa a sus hijos? Podemos leer diarios o ver entrevistas de padres que no conocen el proceso, en el caso que su hijo sufra de esta “mal”, por lo tanto, en Chile ¿Estamos lo suficientemente informados de qué hacer al respecto? ¿El colegio se encarga realmente de informar a los apoderados los derechos de los escolares? Si bien todas las instituciones deben velar por el bienestar psicológico y físico de nuestros niños dentro de la institución, por lo que últimamente podemos ver no es así, falta de información de derechos de los escolares, lo que muchas veces llevan a las personas a retirar a sus hijos de los establecimientos poniendo fin al “problema” pero ¿Será la solución indicada?.

Nosotros como padres o futuros padres debemos saber que podemos demandar y denunciar al victimario y al mismo colegio obligando así, a ser indemnizados y al mismo tiempo solicitar ayuda psicológica o psiquíatra, para el bienestar de ellos. Francisca Smart, educadora de párvulos de 28 años, egresada de la Universidad Diego Portales, aconseja y nos señala un punto de vista que, quizás para todos nosotros es un hecho, ella dice que “el bullying puede cambiar por completo la vida de nuestros hijos, esto nace del egoísmo y la falta de empatía que tenemos por el otro, el juzgar por cosas tan banales como por el físico o por simplemente no estar de acuerdo con el resto de la masa puede ser blanco de burlas y sufrimiento». Señala que “entre 3 a 5 años es la edad crucial para disminuir a largo plazo el bullying, ya que a los niños se les debe desarrollar la empatía con el otro, se debe generar conciencia de lo que está bien y de lo que no está bien”, es por esto que “la comunicación es la herramienta fundamental para poder relacionarse con ellos, se debe trabajar las habilidades blandas , también otra forma de educar a los niños es mostrando videos con situaciones de bullying para que ellos logren reconocerlas y entender de lo que está bien y de lo que no”.

Debemos exigir una fiscalización para que estemos informados de lo que sucede dentro de los establecimientos educacionales, ya que, sabemos lo complejo que es la recuperación de una persona que ha sufrido de esta práctica.

Muchas veces los profesores se ven atacados por esta situación y dejan pasar situaciones claras de bullying, se enfocan solo a retar a los niños con un “esto no se hace “o con algún castigo en vez de intentar entablar una conversación o educarlos con las distintas herramientas para evitar este tipo de comportamientos negativos, ya que el “no”, no contribuye en los niños, solo se les crea una frustración, se debe hacer una introspección de que estoy haciendo mal”, señala.

Por todo esto, es que no debemos permitir seguir viviendo en un mundo egoísta donde solo nos miramos nuestros zapatos y riéndonos de los famosos virales en internet mostrando todo tipo de agresiones, ya sea por su físico, si es flaco, gordo, por sus gustos musicales o simplemente por ser diferente al resto. Debemos informarnos y al mismo tiempo educar a nuestros niños para que este mal llamado bullying no exista en nuestra sociedad y no sigan aumentando las escalofriantes cifras que ya existen. Debemos exigir una fiscalización para que estemos informados de lo que sucede dentro de los establecimientos educacionales, ya que, sabemos lo complejo que es la recuperación de una persona que ha sufrido de esta práctica. Debemos activar el mecanismo necesario para lograr detener este acoso escolar y desarrollar habilidades para que alumnos, establecimientos y padres tengan un mejor manejo de la situación.

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Macarena Plaza Chacón

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Juan M

En mi época escolar, estoy hablando de hace como 40 años atrás, en mi escuela, regido por una orden religiosa catolica, el bullying se arreglaba por parte de los profesores y hermanos religiosos a punta de cachuchazos, si había algún alumno maton del curso corría el riesgo de recibir una buena reprimenda o una buena cantidad de reglazos, cola de castor o cachetazos bien dados. Creanme, ninguno de ellos tuvo que recibir ayuda sicológica ni siquiatrica, los que eramos en alguna forma victimas de bullying jamás llegamos a nuestra adultez con problemas sicológicos, teníamos claro que el que la hacia lo pagaba, porque nunca faltó el compañero que te defendía.
En concreto, a nuestra niñez les falta una buena tunda de cola de castor o una buena bofetada.
He dicho y me importa un bledo lo que opinen lio organismos de derechos humanos

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