Esta nueva educación se está manifestando de muy distintas maneras y es poco probable que en el corto plazo emerja «un modelo completo y complejo» con un nuevo know how que revolucione la educación y que se transforme en una solución común.
La educación vive desde hace años una fuerte influencia de las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones, así como de la continua ampliación del conocimiento científico, social, económico, ambiental y global, que obligan, si se quiere incorporar a la educación en sus diferentes tramos, a disponer de nuevos modelos de formación. Estas innovaciones también obligan a transformar o a sustituir cuestiones que han sido fundamentales en las últimas décadas: el conjunto del conocimiento y metodologías, su emisión, el delivery y la recepción, así como el sentido y contenido de cursos, programas y títulos y, sin duda, la alteración del papel de la infraestructura: salas, bibliotecas, gimnasios, laboratorios virtuales y reales, equipos, etcétera. Y de las viejas formas obsoletas solamente basadas en escuelas y salas de clases con sus viejos paradigmas y profesores a la antigua usanza.
Ya es posible mayor accesibilidad al conocimiento a menor costo y con calidad de excelencia. Y todo este proceso de cambio, que conduce a una tendencia creciente al aumento del stock y flujo de conocimientos, se encuentra con una baja constante y violenta de los costos de obtención de los contenidos y de sus vías de transmisión, evaluación y certificación, llegando incluso a una comoditización muy personalizada y más acorde a cada individuo, sus particulares características, circunstancias y respetables diferencias individuales, que luchan contra los viejos paradigmas y conservadurismos de la vieja educación.
De un modelo a modelos múltiples de educación. Esta nueva educación se está manifestando de muy distintas maneras y es poco probable que en el corto plazo emerja «un modelo completo y complejo» con un nuevo know how que revolucione la educación y que se transforme en una solución común. Más bien se van a producir y promover muy diferentes modelos de educación que entrarán en competencia o en complementación y colaboración.
Estos nuevos modelos emergentes presentan cambios en toda la tradicional estructura y conceptualización educativa: preescolar, preparatoria, secundaria, técnica, universitaria y post universitaria. Sólo por ejemplo, ya hay abundantes pruebas o experiencias que muestran cómo los niños muy pequeños pueden aprender idiomas, a leer y escribir y hacer experimentos en tiempos menores y en formas lúdicas, y que además pueden intercambiar sus aprendizajes y sus avances en tiempo real con niños de otras culturas y de otros niveles socioeconómicos, sin importar el lugar en que se produzca el aprendizaje y sin colegios tradicionales. Este tipo de cambio debiera llevar a que más niños puedan distinguir sus potenciales y sus carismas a temprana edad y no dejar esa elección sólo a la opinión de los mayores. Nos referimos a una amplia gama de sus habilidades musicales, deportivas, literarias, científicas, artísticas, y con un mejor auto conocimiento de sus perfiles personales y con ello de sus potencialidades y riesgos.
Educación de frontera. En el otro extremo está la última frontera del conocimiento compartido, el que es accesible a través de las diferentes revistas y publicaciones especializadas en las diferentes áreas de la ciencia, la cultura, el arte y la mayoría de las manifestaciones de las sociedades nacionales y globales. A partir de esas publicaciones de excelencia, es posible establecer: la distancia o brecha que hoy hay entre el conocimiento que se entrega en la educación tradicional de nivel superior en un país (universitaria y profesional) con la que hay con el mundo desarrollado.
Obsolescencia de los antiguos esquemas educacionales que reinaron en el pasado. Esto lleva a pensar que desde los primeros pasos del aprendizaje de un niño o niña hasta el aprendizaje continuo de un adulto con una formación superior se están produciendo cambios y que probablemente se acelerarán, alterando de manera muy significativa los parámetros tradicionales en cuanto a enfoques, objetivos, calidades, métodos, asignaturas, programas, pruebas y exámenes, títulos, costos, resultados, evaluaciones, diferenciaciones, infraestructura, localización, edades e ingresos, los que llegarían prontamente a ser obsoletos como muchos de los esquemas educacionales que reinaron en las décadas y siglos pasados. Al tiempo que dar nacimiento a nuevos parámetros de una neoeducación que se modernice permanentemente y tienda a un acceso universal de excelencia y a costos muy menores que los actuales, y que lamentablemente no se relaciona con la discusiones sobre la reforma educacional en curso.
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07 de agosto
«Reforma a la Educación ¿Burocrática o del nuevo milenio? Parte III »
Omar Villanueva Olmedo OLIBAR Asc
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