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Cómo lidiar con el problema del ausentismo escolar

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Si bien los primeros aires primaverales ya se dejan sentir, aún quedan meses de lluvia por enfrentar – especialmente en la zona sur del país-, y es aquí cuando la reflexión en torno al tema del ausentismo escolar cobra vigencia. Los cambios de temperaturas y el riesgo de que los niños se resfríen son frecuentemente motivos suficientes para que los padres no envíen a sus hijos a clases, por lo que en Fundación Educacional Oportunidad estimamos que es indispensable y urgente crear consciencia social respecto de las consecuencias directas que se asocian al ausentismo escolar crónico, tales como menor desempeño escolar.

La asistencia a los niveles de transición (pre kínder y kínder) implica efectos positivos en primero y segundo básico, tanto en el desarrollo cognitivo como en el socioemocional. Más aún, según datos de CEDEP, entre el 36% y el 49% de los casos que no asisten a los niveles de transición presentan un desarrollo cognitivo deficitario, siendo esta situación aún peor para la población rural (60%).

Sin embargo, la evidencia también muestra que en aquellos que sí asisten a los grados de kínder y prekinder, existe un alto nivel de ausentismo. Un estudio realizado por la Escuela de Educación de Harvard University con datos del proyecto Un Buen Comienzo en la Región Metropolitana, muestra que más de un 65% de los niños y niñas faltan más del 10% de días escolares. Faltar más del 10% de los días a clases, por cualquier motivo, es calificado por las investigadoras Hedy Chang y Mariajosé Romero como “ausentismo crónico precoz” y está asociado a bajas habilidades en lenguaje y matemáticas en 1º y 5º básico.

Frente a esta realidad, la Fundación desea realizar un llamado de atención no sólo a los padres, sino también a los sostenedores, equipos directivos y docentes, invitándolos a buscar y compartir nuevas estrategias para enfrentar el problema, ya que según la propia experiencia del proyecto, Un Buen Comienzo, en escuelas municipales de comunas vulnerables, al probar estrategias simples que incentiven la asistencia se puede lograr muy buenos resultados.

Así, por ejemplo, dos escuelas de la comuna de Machalí, en la VI Región, han creado un comité de asistencia compuesto por un integrante del equipo directivo, del equipo de sala, de los apoderados y de la dupla psicosocial de la escuela, el cual se reúne de manera mensual para analizar los datos de asistencia, detectar eventos que han provocado altas o bajas de ausentismo y definir estrategias para el próximo período.

En la Región Metropolitana, muestra que más de un 65% de los niños y niñas faltan más del 10% de días escolares. Faltar más del 10% de los días a clases, por cualquier motivo, es calificado por las investigadoras Hedy Chang y Mariajosé Romero como “ausentismo crónico precoz”

Otro ejemplo en la misma comuna es la escuela Los Llanos, en donde se premió a los apoderados cuyos hijos tuvieron una mayor asistencia, y se les invitó a compartir con el resto su experiencia.

Está claro que no es un tema de mayores recursos. Basta con ser ingeniosos, probar ideas y trabajar colaborativamente entre todos los miembros de la comunidad educativa, para evitar que nuestros niños se pierdan importantes oportunidades de aprendizaje.

Marcela Marzolo M.
Directora Ejecutiva
Fundación Educacional Oportunidad

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5 Comentarios

Rodrigo Paz

Interesante concepto..»ausentismo precoz»…Desde mi perspectiva, como médico psiquiatra, el concepto me parece útil e interesante porque pone el foco sobre un grupo de escolares y pre-escolares que si bien no suelen ser traídos a consultar por sus padres en primera instancia, suelen terminar siendo evaluados por psicólogos y psiquiatras. ¿Qué hay detrás de estas repetidas ausencias? Sospecho que una investigación que incluya variables médico psiquiátricas debiera encontrarse con una alta proporción de niños/niñas patológicamente ansiosos. Niños/niñas con tendencia a presentar quejas vagas que no encuentran explicación médica clara. Por otra parte al nivel de sus padres, también esperaría encontrar toda suerte de patologías de la especialidad, desde trastornos del ánimo a adicciones y cuadros psicóticos. En definitiva, un llamado a incorporar la mirada médica a la llamada «dupla psicosocial» que sin esta mirada corre el riesgo de generar intervenciones poco eficientes y dañinas, en la medida que dejan sin la posibilidad de recibir diagnóstico y tratamiento oportunos a un número importante de pacientes psiquiátricos

    Ariel Fuhrer

    Ariel Fuhrer

    Rodrigo, no concuerdo con tu comentario. Estás asociando ausentismo de niños/as a establecimiento de educación inicial con posible presencia de trastornos psicológicos y/o psiquiátricos, creo que es un error por las siguientes razones: según la experiencia de los jardines y salas cuna del Hogar de Cristo, en los casos que los padres responsables tienen sospechas que sus hijos/as padecen algún trastorno mental (no comprobado), como ansiedad, autismo, de animo, entre otros, en la mayoría de los casos los padres llevan con mayor regularidad a sus hijos/as a los establecimientos, considerando que tienen la percepción que ahí los atenderán mejor que en casa, es decir, en su mayoría estos niños/as si asisten constantemente al jardín; en segundo lugar, los indicios de la existencia de un trastorno mental en un niño/a pequeño/a pueden ser distintos a los de un niño/a mayor, joven o adulto; y a menudo les es difícil expresar sus sentimientos y pensamientos lo que hace que el diagnóstico sea muy desafiante, En definitiva, los padres en general prefieren realizar evaluación psicológicas cuando «los niños son más grandes», de esta forma, está información no se maneja por los equipos de educación inicial, sino se comienza a tener como insumo en la educación básica. Por lo tanto, creo que la propuesta es al revés, son los equipos médicos los que tienen que acercarse a trabajadores sociales, psicólogos y otros profesionales que trabajan directamente con las familias y sujetos, para desde este enfoque realizar diagnósticos más pertinentes. Como lo señala la columna, se debe buscar en conjunto las estrategias para enfrentar los problemas, lo ineficiente y dañino es que un enfoque (por ejemplo el médico) instale observaciones y diagnósticos ciegos, sin mirar y aprender de la realidad. Saludos,

Ariel Fuhrer

Ariel Fuhrer

Marcela, hola. Excelente columna y estoy de acuedo en la importancia de la idea central buscar y compartir nuevas estrategias para enfrentar el problema del ausentismo en la educación inicial. Siguiendo tu propuesta es importante buscar horarios de ingreso flexible, considerando que el ingreso a las 8:30 se hace difícil para la familia los días más fríos o lluviosos. Además, resulta muy motivador para los niños/as y familias, cuando los equipos esperan a los niños/as con actividades participativas y/o entretenidas, esto genera mayor disposición para la asistencia, como genera mayor estimulo para llevar a los niños/as a los establecimientos de educación inicial. Felicitaciones al equipo de Fundación Educacional Oportunidad.

    Marcela Marzolo

    Muchas gracias Ariel por tus comentarios. Efectivamente dentro de las estrategias que hemos probado y han resultado exitosas está la de flexibilizar los horarios de entrada especialmente en invierno. Además, en comunas rurales, los sostenedores han puesto transporte para aquellos niños que viven en sectores aislados, medida que ha dado buenísimos resultados.
    Saludos!

ROLANDO MENDEZ BRIERES

¿ AUSENTISMO ESCOLAR ? PARA MI ES UN VERDADERO MILAGRO QUE LOS NIÑOS MANTENGAN UNA ESCOLARIDAD PERMANENTE EN ESTA SOCIEDAD ALTAMENTE EXPLOSIVA CARGADA DE TENSIONES CON ESA DESIGUALDAD HORRENDA QUE APLASTA A NUESTRA CAPAS SOCIOECONOMICAS DE MEDIA PARA ABAJO. EN MIS TIEMPOS DE PROFESOR LA SITUACION ERA DISTINTA, ESTOY DE ACUERDO CON CONCEPTOS DE ARIEL SALUDOS