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Cómo enfrentar los días previos a la PSU

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Los próximos 6 y 7 de enero miles de jóvenes que egresaron de Cuarto Medio deberán rendir la Prueba de Selección Universitaria (PSU), instancia que en la mayoría de los casos puede provocar estrés, ansiedad, nerviosismo, angustia y hasta frustración en aquellos que no logren los resultados esperados, ya que gran parte de ellos definen su futuro educacional y algunos la posibilidad obtener algunas becas para sus estudios.

En este sentido,  para que el nerviosísimo y otras sensaciones relacionadas no arruinen toda la preparación, siempre es bueno tener ciertas consideraciones y resguardos para enfrentar este examen.

Claridad y orden

Se debe tener claro que la PSU es igual que cualquier otro examen, y siempre existen segundas oportunidades para poder prepararse para pruebas como esta, por lo tanto, lo primero que se debe señalar es que se hay que mantener la calma y tener claro que, en el caso de no obtener los resultados esperados, existirá una segunda instancia en la que uno podrá prepararse mejor, lo que permitirá enfrentar en óptimas condiciones el examen y no cometer los mismos errores anteriores. Cuando hay una planificación previa, estrategia realista o con cierta flexibilidad (que se pueda cumplir) para el tiempo que queda, se ordena la cabeza y es más fácil enfrentar el proceso. Ahora, se debe pensar que esto es como planificar un maratón o una carrera: hay ciertas partes del entrenamiento que ya se hicieron, lo que se debe ver ahora es cuánto hay que “entrenar” en este período que queda y cuáles son las cosas que vale la pena entrenar. Y para eso es importante asesorarse por gente que tiene más experiencia, alguien en quien el adolescente confíe.

No adelantarse

Si queda menos de un mes o solamente días para la PSU, el objetivo debe ser rendir una buena prueba, después podrá preocuparse de qué va a estudiar. Porque si se preocupa antes de qué carrera va a seguir, va a introducir una variable que lo va a sacar de su foco, de su planificación. Es muy importante concentrarse en el aquí y en el ahora; en el día a día. Lo que pasó, pasó. No es momento ni de análisis ni de síntesis de qué habría pasado de haber hecho las cosas distintas. Debe enfocarse en lo que sí puede hacer, no en lo que ya no hizo. Ya habrá tiempo para hacer nuevas planificaciones.

 No distraerse de lo importante

No es el momento de los carretes y salidas. Por ejemplo, si Chile va a jugar con Brasil, es poco prudente salir a carretear la noche anterior. También es poco prudente entrenar hasta las 5 de la mañana, porque hay ciertas cosas que son básicas y que hay que cuidar: una alimentación saludable; el sueño (al menos, ocho horas a partir de las 10 de la noche, porque durante el sueño se integran los conocimientos, el cuerpo recupera energía y se repara) y la actividad física, que debe ser la habitual.

Descanso y recreación

Los últimos días antes de la PSU es importante no estudiar a full, lo recomendable es comenzar a bajar el ritmo. La última semana se debe bajar el nivel y centrarse más en el autocuidado, es decir, en el sueño, en la alimentación y en actividades más recreativas, juntarse a conversar con los amigos, hacer un poco de deporte. Aumentar la intensidad del tiempo dedicado al estudio puede terminar agotando las reservas de energía que necesita para el final, con eso va a conseguir no llegar tan bien preparado como podría.

Es muy importante concentrarse en el aquí y en el ahora; en el día a día. Lo que pasó, pasó. No es momento ni de análisis ni de síntesis de qué habría pasado de haber hecho las cosas distintas.

No es momento para automedicarse

Tomar pastillas para concentrarse porque algún amigo, o el amigo del amigo la recomendó, es un riesgo y puede ser absolutamente contraproducente. Distinto es si están bajo la asesoría de un profesional que tenga experiencia en el tema y los conozca.

Consumo de alcohol y marihuana

Su consumo empeora el rendimiento, disminuye la concentración, la calidad del sueño y la calidad de la memoria. Son sustancias que afectan el cerebro y el cerebro es algo que hay que cuidar. Ambas sustancias interfieren de manera importante en la capacidad de concentración, atención, memoria, y los efectos duran un par de semanas: la capacidad de concentración se ve afectada sobre todo con la marihuana, que permanece mucho más tiempo en el cerebro que en la sangre y va en contra de obtener buenos resultados.

Los padres

Es muy importante que en este momento bajen el nivel de presión, que sean papás que apoyen en todo esto. No es momento para criticar, para exigir. Es momento para apoyar, para bajar los niveles de estrés. ¿Cómo? En este período no sirven las críticas, ni las quejas ni las descalificaciones, porque sólo van a contribuir a subir el nivel de estrés. Tampoco es el tiempo para que los padres adopten decisiones importantes (cambios de casa, viajes familiares) ni hagan que sus hijos las tomen. Lo óptimo es no hacer grandes cambios, cuidar que el ambiente sea lo más tranquilo posible.

Síntomas a los que estar atento

En este período se pueden producir varios síntomas que den cuenta del estrés. Cambios en el sueño (adolescentes a los que les cuesta mucho comenzar a quedarse dormidos y conciliar el sueño); cambios en el apetito, síntomas físicos como dolor de cabeza, de estómago, de cuerpo. Náuseas o vómitos. Aislamiento social, que se pongan más sensibles o irritables. Si estos síntomas se repiten en el tiempo es bueno consultar a algún especialista.

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