Estos días el señor Jorge Lavandero ha vuelto a la palestra a raíz de un homenaje que se le iba a realizar por parte de la Corporación Cultural de Artistas Pro Ecología. Y la polémica ha vuelto también con él. Está corriendo ríos de caracteres a favor y en contra de “Lavandero-condenado por abuso a menores”.
¿Es Lavandero inocente? No lo sabemos. ¿Creo que Lavandero es inocente? No, pero no es que no le crea porque sea culpable, es que no le creo porque es político y abogado, o sea, dos expertos mentirosos. Los abogados entrenan para manipular a las personas, aprenden a hacer discursos convincentes. Y no digamos de los políticos, es difícil hoy en día creerle a un político, menos cuando sabemos que tanto en Chile como en el mundo han mostrado ser in- y amorales. Sin embargo, tampoco podemos ignorar que el proceso fue turbio desde el comienzo. Se notó demasiado interés por condenarlo y lo más rápido posible, la sentencia la redactaron entre su abogado defensor que por lo visto no cumplió su deber y el entonces fiscal Xavier Armendariz, no se han acogido sus reclamos ante tribunales para que se reciban sus pruebas que lo exoneran de los cargos…. ¿Podemos fiarnos de la sentencia y de que tuvo Lavandero un debido proceso? No, más cuando sabemos que otros condenados por delitos de pedofilia y violación en donde las pruebas eran supuestamente más evidentes resultaron ser inocentes. En esta materia (como en casi todas) el Poder Judicial ha mostrado ser mediocre y muy propenso a errores que luego ni siquiera quiere reconocer.
Para desgracia de Lavandero, la acusación de abusos de menores es demasiado grave para decir con rotundidad es inocente. Es un delito (o más bien un crimen) complejo, y los acusados siempre tienen muchos problemas para demostrar su inocencia ya que las víctimas gozan de toda la simpatía y credibilidad aun cuando sean mitómanas (caso Gema Bueno). Para su fortuna, el descabellado argumento del complot ya no suena tan descabellado, porque hemos sido testigos de todo el proceso de manipulación contra inocentes en el llamado “caso bombas”, que acabo con un ataque de histeria del señor Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter que exigía condenas fuera como fuera contra unos acusados inocentes; de cómo se organizó todo para condenar a la cineasta Elena Varela por el acto valiente de denunciar los abusos que se cometen contra la comunidad mapuche; y de cómo se ha organizado todo un montaje acusando a los estudiantes que habían tomado sus liceos de destrozarlos, cuando se ve en las mismas imágenes que los destrozos son muy calculados para difamarles.
Lo mínimo que se le puede dar al señor Lavandero bajo esas circunstancias es el beneficio de la duda.
Pero todo esto está bloqueando algo mucho más grave y es sus denuncias sobre el robo que hacen las mineras privadas de nuestros recursos minerales. En todas las portadas de los periódicos y en todos los medios en que se discute sobre el señor Lavandero sólo algunos mencionan sus gravísimas denuncias contra ciertas empresas mineras extranjeras y su evasión fiscal. Es como si el hecho de estar condenado por abusos de menores borrase de un plumazo cualquier alusión hacia el problema que son las mineras extranjeras en nuestro país.
Podemos creer o no creer a “Lavandero-persona” en el caso de abusos de menores. ¿Podemos darnos el lujo de creer o no creer a “Lavandero-denunciante contra las mineras”? No.
Y es entonces que comienza nuestro problema. Porque todo el río que está corriendo a favor-contra Lavandero nos está haciendo olvidar que estamos obligados, como ciudadanos, a verificar si lo que ha dicho ayer en televisión, lo que dice en su libro “Desde la cárcel” que se puede descargar gratuitamente, y lo que ha dicho durante años es cierto: que las mineras nos están robando.
“Es que eso lo dice un condenado por abuso a menores” como mencionan muchos comentarios por internet… ¿Y por eso está mintiendo en sus denuncias contra las mineras? El señor Lavandero lleva años diciendo “Los impuestos que afectan a la minería son: primero, el impuesto de primera categoría y segundo, el adicional. El de primera categoría se descuenta del adicional, de tal manera que si la empresa pagara impuesto hoy, tendría que cancelar el 35% (imp. adicional) menos el de primera categoría (19%). Haciendo la resta da un 16% de impuesto: pagan menos que un jubilado, porque el jubilado paga el IVA, ellos Ni eso.” ¿Miente sobre las ganancias de las mineras de las que Chile no recibe nada? ¿Miente sobre lo que significa la concesión del litio? ¿Miente sobre lo que es Barrick Gold?
Basta con un breve repaso por internet para saber que no, que Lavandero no miente sobre lo que pasa en Chile con las mineras.
Hemos visto como las mineras se apropian de nuestra agua para contaminarla, como nos roban nuestra electricidad, como nos quitan nuestra riqueza, como desplazan a personas, destruyen nuestro patrimonio histórico, se burlan de sus víctimas… Se habla mucho de las “víctimas” de Lavandero, del respeto que ellas se merecen. Y es cierto, las víctimas de abuso de menores y de pedófilos merecen respeto. Por eso no es aceptable un homenaje público al señor Lavandero, no mientras haya dudas. ¿Pero acaso no estamos siendo nosotros, la gran mayoría de los chilenos, víctimas de las mineras? Las víctimas de Lavandero tuvieron justicia… la mediocre justicia que dan los tribunales chilenos en estos temas. ¿La tendremos los chilenos con las mineras?
Que no nos ciegue la polémica barata y el morbo que tanto gusta a los poco libres medios periodísticos chilenos. Lavandero no ha mentido sobre lo que nos están haciendo las mineras y los políticos coludidos con ellas. Y si ahora no está en posición de hacer una defensa como las que hacía antaño, debido a esa mancha en su historial de la condena por abusos de menores, tenemos la obligación de tomar el relevo y no dejar que siga esta rapacería. Menos cuando de ello depende nuestra supervivencia.
No podemos darnos el lujo de que nos quiten en nuestras narices lo que es nuestro.
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