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Ruta Costera, la compensación del Transantiago

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Hasta el gobierno de Bachelet, la Ruta Costera Nacional tenía proyectada su concreción para el año 2020, y aunque la información disponible no es clara, se deduce que el proyecto no consideraba el tramo Arica-Iquique.  Así, para conectar Arica con Puerto Montt por la costa, restan alrededor de 650 kilómetros de pavimentación en una sola calzada. El problema de fondo en la concepción del proyecto es que una ruta a cuya trayectoria origen-destino le faltan tramos, no es una ruta en sí hasta que se concluye; viajar desde Santiago a Puerto Montt por la costa no es una alternativa a la Ruta Panamericana y, por lo tanto, ponerse como meta concluir el camino pavimentado en el año 2020 es un objetivo mezquino, falto de visión y un mal negocio como Estado, al fin.

La  Ruta Costera Nacional evitaría seguir invirtiendo en ferrocarriles, pues habría una mayor oferta de caminos -dejando el transporte pesado principalmente a la Ruta 5 y el vehicular liviano a la Ruta Costera, por ejemplo-. También se evitaría transitar obligadamente por Santiago para cruzar Chile -con peaje obligado-, y además se podría posponer la construcción de la doble calzada en la Panamericana Norte, en las regiones del desierto, priorizando la inversión costera, un lugar que claramente tiene mayor rentabilidad social. Por supuesto, sería una opción a los caros peajes de una Ruta 5, en manos de empresas que tienen el monopolio del tránsito nacional y, además, una alternativa estratégica en caso de cortes importantes de caminos o puentes en esa autopista principal.

Propongo que no sólo se terminen los 650 km que faltan en el año 2011, sino que se comience la pavimentación en doble calzada -unos 3 mil km restando el tramo La Serena Los Vilos ya construido-, y tengamos una ruta de alto estándar antes del 2014, para lo cual estimo una inversión total, en doble calzada, de unos 2 mil 200 millones de dólares; algo así como 2 a 3 años de Transantiago.

Seguramente esta inversión no gustará a las actuales concesionarias de la panamericana, pero ya han pasado muchos años de negocio, y es el momento de que el Estado les ponga competencia, o él mismo enfrente la inversión como un operador vial que se ha librado de invertir en las autopistas entregadas a privados. ¿No era ese el sentido?

La Ruta Costera Nacional es el comienzo de un nuevo mercado turístico. Es, además, un nuevo Chile que se abre a sus 17 millones de habitantes. Pero, sobre todo, es un proyecto cuyos principales beneficiarios son las regiones, en especial sus pueblos, más que sus grandes ciudades. Terminar ya este proyecto es una inyección a la vena del desarrollo de lugares postergados, por lo que se hace necesario que los nuevos recursos que se destinen a regiones, como compensación por la alta inversión dada al Transantiago, sean dirigidos a ella.

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2 Comentarios

dariodelpuente

dariodelpuente

Luis, comparto la idea que una ruta costera nacional es un aliciente para el turismo. No hay duda.

Pero donde creo que no es sostenible tu propuesta es en el hecho que sea de doble calzada. Invertir en esta ruta lo mismo que el país invierte en el Transantiago en dos o tres años, no es razonable, porque aunque sea con todos las deficiencias que aún tiene, el impacto social de la inversión en el Transantiago es mucho mayor que una doble calzada que difícilmente alcanzará su nivel óptimo de uso a lo largo de todo su trazado.

Si se trata de invertir en regiones montos de inversión similares a los del Transantiago, creo que hay necesidades de infraestructura que representan inversiones más eficientes considerando su impacto en la calidad de vida de las comunidades que las recibirían (por ejemplo, con esos 2 mil millones de dólares, ¿cuántos pueblos podrían convertirse en generadores de un porcentaje de la electricidad que consumen usando energías renovables no convencionales?). Además, sería interesante saber qué pasó y cuál fue el impacto con las inversiones comprometidas con regiones cuando el Transantiago debió empezar a recibir aportes adicionales.

    luis-molina

    Es una ástima pedir inversión en regiones por compensación, pero así están las cosas. Pero para que no se desvanezca la pedida en los recursos de siempre, es necesario identificar ‘proyectos regionales’, proyectos emblemáticos que favorezcan a varias regiones o a todas, para que esos recursos se consideren aparte de los FNDR y todo otro recurso regional, y entonces terminen siendo, de verdad, un esfuerzo adicional.

    La poca valoración que haces de la ruta en doble calzada creo que lo dices porque hay poca población, respecto del Transantiago, que sería favorecida, pero ese análisis, creo, está errado, porque un Ruta Costera Nacional favorece económicamente al país entero. Es un proyecto que activa rentabilidades futuras, de verdad no exagero cuando digo que se abre un nuevo Chile.

    Por supuesto no es el único proyecto regional, lo que señalas de las energías no necesariamente es eso o esto otro. 2.200 millones de dólares, para un país que tiene los recursos, y dada la rentabilidad del proyecto… diríamos que se paga solo.

    Gracias por el comentario.