Debo admitir que la primera consigna, para el mundo progresista y de centro izquierda, es excéntricamente deseable. Sin embargo, el lloriqueo institucional que las Administradoras de Fondos de Pensiones, han realizado mezquinamente por sólo obtener tres de cada cinco pesos (producto del incremento gradual de cotización del 10% al 15% de la remuneración imponible), inspira vergüenza ajena. En un futuro, si la cocina del Congreso Nacional, no cambia mucho la eventual propuesta del ejecutivo, las AFP seguirán administrando trece de cada quince pesos, es decir, el 85% de ese dinero, con la misma lógica de capitalización individual.
La capitalización individual encarece los costos, puesto que, dichas entidades cobran a cada afiliado, al menos dos tipos de comisiones: una por concepto de depósito de cotizaciones, que oscila desde un 1,48% hasta un 0,41% de su renta mensual imponible, por el privilegio de administrar sus fondos de pensiones. Esto, considerando que, en un encomiable acto filantrópico, conserven dichos costos para administrar el 3% adicional. Es necesario agregar que, al momento de jubilar, las comisiones por otorgar dicho “beneficio” se encumbran entre el 0,95% y el 1,25% del monto de la pensión. En la reforma previsional de 2008, se creó la alternativa de Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC) , instrumento a través del cual, empleadores y empleados pactan contribuciones equitativas, con atractivas ventajas tributarias.
Si bien, los aportes por vía del APVC, luego de 24 meses van hacia la cuenta individual, sin duda, lo hacen con una lógica distinta, dado que, el dinero va complementado con el aporte que realiza el empleador. Sin embargo, de acuerdo a la Superintendencia de AFP , sorprende negativamente que a mayo de 2017, a nivel nacional, sólo existen doce contratos vigentes, con 927 trabajadores beneficiados. Sería interesante conocer si existe alguna AFP, que mantenga contratos de APVC con sus trabajadores.
En países tan disímiles (para bien o para mal) como México o EEUU, es una perogrullada que existan planes de pensiones colectivos. En el país heredero de varias civilizaciones precolombinas, se da por hecho que tanto el empleador, como el trabajador aporten a la cuenta individual, por medio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) (Además de las prestaciones de salud). Las AFORE son instrumentos voluntarios que permiten complementar la pensión. (Obligatorias a partir de 1997, hasta donde tengo entendido). Por su parte, en EEUU, el seguro social, en suma con los planes 401k, son parte de lo que ofrecen las empresas para retener al capital humano mejor calificado.
Sería interesante conocer si existe alguna AFP, que mantenga contratos de APVC con sus trabajadores.
Un modelo mixto que avance hacia la seguridad social, no desconoce el rol del sector privado, ni tampoco expropia los fondos de los trabajadores. No se me ocurre un adjetivo para las posturas ideológicas que no trepidan, cada vez que pueden, en imputar única y exclusivamente la responsabilidad de ahorrar para su jubilación al individuo y condicionar en una relación causal, el esfuerzo individual con el tamaño de la billetera. Una persona que trabaja, al menos 45 horas semanales (sin considerar tiempos de traslados), aunque sea en las labores más humildes o renombradas, no debería por qué ser pobre.
Una mano lava la otra, y las dos juntas lavan la cara.
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Oscar
excelente artículo.
JLuisSilva
Turbio el cuento. ¿Planes de pensiones colactivas? Amigo mio si usted deposita su plata en un banco que la reparte en un fondo colectivo es cosa suya, lo felicito, pero va a tener problemas si pretende obligar al resto a que lo haga.
https://www.youtube.com/watch?v=v10p9hyM_Kw