En Septiembre del 2016 escribí un artículo titulado “Un término que desconocía, la Necropolítica«. En el explico que el término “necro” está asociado a “muerte”.
Se relaciona con la política y la economía cuando se rentabiliza sin tener en consideración el sufrimiento, tristeza, injusticia, destrucción y/o muerte que se provoque, es cuando quienes las aplican lo único que tienen en mente es la utilidad económica. La que siempre va a parar a manos de un segmento reducido y privilegiado de la sociedad.
Pongamos un resultado extremo, el de la familia Walton, que está detrás de Walmart, ellos ganan la friolera de 4 millones de dólares por hora a diferencia de un empleado promedio de su empresa en los Estados Unidos, que ganan 11 dólares por hora. Muchas de las ganancias de estos súper-ricos es gracias a la rebaja de impuestos, bajas tasas de interés y desregulaciones. Hoy las 25 familias más ricas del mundo tienen 250 mil millones de dólares más que el año pasado.Hoy el ser humano y sin importar color de piel, sexo o edad es reducido a una simple cosa y/o mercancía que está al servicio del Mercado.
Al estudiar que son la Necroeconomía, la Necropolítica y leer al filósofo camerunés Achille Mbembe, podemos comprender muchas de las injusticias que ocurren hoy en Chile y el mundo y muchas del pasado, entender que a pesar de trabajar 8 horas al día y a veces más, seguimos estando pobres y endeudados. Porqué hay familias obligadas a vivir en ambientes en que el suelo y el aire están envenenados, son las “Zonas de sacrificio” de Iquique, Tocopilla, Mejillones, Huasco, Puchuncaví y Coronel. Me permito agregar a Petorca, donde el 1% de la población se beneficia perjudicando al 99% restante al saquear el rio Petorca y sus aguas subterráneas.
A nivel global hay más ejemplos como la esclavitud infantil y explotación laboral que se realiza en África, Asia, América latina y también en Europa, la tala indiscriminada y los incendios de la selva amazónica, etc. Y como siempre, los perjudicados por falta de igualdad y de oportunidades, son los más vulnerables de la sociedad.
Hoy el ser humano y sin importar color de piel, sexo o edad es reducido a una simple cosa y/o mercancía que está al servicio del Mercado.
Estas herramientas malvadas, que el economista escocés Adam Smith (1725-1790), creador del utópico concepto de “Mano Invisible del Mercado” (especie de fuerza mística que impulsaría al individuo a buscar su propio bien), no fue capaz de vaticinar. Ya que el Mercado, al ser estúpido y carecer de sensibilidad y humanidad no resuelve los problemas sociales, no le interesa la cultura, el cuidado del medio ambiente y menos proteger los recursos naturales, etc. Solo se preocupa de dar buenos dividendos a los accionistas. Esta situación se agrava por culpa del desarrollo informático y la inteligencia artificial, ya que la venta y compra de acciones son realizadas por algoritmos, que no tienen entre sus variables los derechos humanos, ni el impacto humano y social por la quiebra de una empresa.
Amable lector, usted pensará que soy de izquierda y que estoy criticando el modelo capitalista, pero le quiero decir que no es así, esto de ver al ciudadano como una cosa también se da en los países comunistas y el mejor ejemplo es China, que va rumbo a una moderna dictadura digital gracias a una férrea vigilancia digital, con ciudades llenas de cámaras, incluso al interior de taxis, que permiten controlar a los ciudadanos a través de un “crédito social” que se fija de acuerdo a normas del partido y que va variando de persona a persona según su comportamiento. Con esto, podemos entender a los habitantes de Honk Kong por sus protestas y rostros tapados.
Lamentablemente en el mundo actual las grandes multinacionales (aquí voy a incluir a China como si fuera una única multinacional), tienen tanto poder económico que pueden comprar Estados, pueden comprar leyes al financiar campañas políticas y a políticos. El fuerte lobby de las grandes compañías permite que sus intereses estén por sobre los de la mayoría, es decir, la corrupción está produciendo políticas depredadoras para con las personas y el medio ambiente.
La idea de este y otros artículos es entender el mundo en que vivimos y comprender a nuestra sociedad chilena, que sus altos índices de suicidios y depresión, incluso en niños, con cifras que duplican las medidas de la OCDE. Quizás, es producto de vivir en una sociedad donde somos vistos como una “cosa” y en constante competencia con los demás, donde la publicidad nos tiene convencidos que la felicidad se obtiene con dinero, con bienes materiales y de escalar por una mejor posición social, todo esto nos hace olvidar y dejar de lado el compartir con la familia, el tener momentos de felicidad con cosas simples, como salir a caminar en un ambiente natural o hacer deporte o jugar con los hijos o amigos, etc.
El otro objetivo por relatar estos hechos es para que seamos ciudadanos informados y consientes y así poder revertir esta situación y convertirnos en una sociedad humana y amable con un medio ambiente que nos da vida y bienestar. Entender que hoy, el modelo económico nos está vendiendo un “falso barato” ya que en todo lo que adquirimos, no está incluido el verdadero costo que significa su producción, y es el costo medio ambiental que estamos pagando con el cambio climático.
Para terminar, si alguien demuestra con evidencias que estoy equivocado, bienvenido sea.
Comentarios
18 de septiembre
Totalmente de acuerdo!!!
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19 de septiembre
Don Mauricio, lamentablemente es la realidad, pero lo podemos modificar y las mejores herramientas son educación, información y cultura.
Saludos y gracias por su opinión
19 de septiembre
Quiero agregar que con la Necroeconomía es posible entender las Isapres y sus formas de discriminación, las AFP y sus malas pensiones. Ya que los ciudadanos/cosas pasan a ser descartables cuando dejan de ser productivos.
Saludos
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28 de enero
“El neoliberalismo aplica la necropolítica, deja morir a las personas que no son rentables”
http://www.enorsai.com.ar/politica/22416-nota.html
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18 de febrero
Otro ejemplo de Necroeconomía a la chilena: «De mal en peor en el Chernobyl chileno: estudio confirma riesgo cancerígeno en niños de Quintero-Puchuncaví»
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