La Contabilidad es más simple de lo que aparenta y la gente común esperaría que quienes hacen las Leyes se preocupen de hacer bien su trabajo por el que cobran millonarios sueldos al que todos contribuimos. El SII convertido en un aparato policial implicará necesariamente que la forma en que fueron redactadas permite el fraude.
Me corregía el otro día un experto diciéndome: «Usted se equivoca en el cálculo que hace. A ningún contribuyente se le devuelve ningún impuesto. Lo que ocurre es que el impuesto que paga la empresa, se convierte después en crédito contra el impuesto que deba pagar el dueño. Es ese crédito el que recibe después como devolución descontando el impuesto del dueño. Cuando la empresa paga el impuesto se contabiliza como gasto, y al año siguiente ese gasto se convierte en Gasto Rechazado.»
En resumen lo que empieza como impuesto se transforma en crédito, se contabiliza como gasto y se convierte finalmente en gasto rechazado.
Una funcionaria me explicaba hace un tiempo que el principal problema que tenían es que muchos contribuyentes recibían una devolución mucho mayor que lo que pagaban como impuesto, lo que obligó a precisar en la ley que el impuesto debe estar pagado para que se convierta en crédito, eso entre muchas de las causas. ¿Eso se corrigió ya hace tiempo, y después de cuántos años? Y es algo que no depende de la efectividad de las fiscalizaciones sino de la ley que dejó intencionadamente una serie de imprecisiones, turbiedades y confusiones escritas en forma de Código Tributario, que permiten la evasión y la elusión de impuestos más allá de la fiscalización posible, convirtiendo estas imprecisiones en un negocio.
Por otro lado, la evasión será eliminada en la medida que se implemente la factura electrónica y la boleta electrónica. Una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas han preferido mantener sistemas de control de compra/venta manuales durante demasiados años (con un computador de adorno), con el fin poder evadir entre un 30% y un 40% de IVA, afectando además la renta declarada y produciendo daño en el desarrollo profesional de las personas relacionadas con el área.
Dentro del debate de este último tiempo también han aparecido caricaturas mediáticas de potenciales criminales haciendo la fila del supermercado donde dice facturas y/o comprando artículos para cumpleaños. La verdad es que no importa lo que compre o donde haga la fila, debe ser necesario para producir la renta y estar dentro del giro que desarrolla el negocio.
¿Para corregir estos problemas será necesario convertir al organismo fiscalizador en un policía?
La contabilidad es más simple de lo que aparenta y la gente común esperaría que quienes hacen las Leyes se preocupen de hacer bien su trabajo por el que cobran millonarios sueldos al que todos contribuimos. El SII convertido en un aparato policial implicará necesariamente que la forma en que fueron redactadas permite el fraude.
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