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La Teoría de la Dependencia, una historia intelectual de Chile

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“…Para luchar contra el imperialismo, es indispensable entender que no es un factor externo a la sociedad nacional latinoamericana, sino más bien el terreno donde ésta finca sus raíces y un elemento que la permea en todos sus aspectos…”[1]


Resumen

Este apunte de trabajo pretende describir el itinerario intelectual de los participantes originarios de la Teoría de la Dependencia. Es como su nombre lo indica, una historia de las ideas y sus contextos ecológicos que nutrieron su nacimiento y despliegue. Cada uno de los autores y sus biografías transitaron por ambientes que dejaron sus improntas en las ideas de la teoría de la dependencia. Libros, apuntes, textos, resúmenes y clases son parte de las pruebas que se tratan de colocar en discusión y en análisis casi literario. Se integrará mucho de los análisis de crítica cultural para descubrir las tramas que se sospecha en cada uno de los textos que fueron cimentando lo que más tarde conoceríamos como el primer intento latinoamericano por explicar críticamente nuestro nacimiento como territorio integrante del capitalismo mundial desde  el siglo XVI.

 Ruy Maro Marini

Cuando descendió del avión, a Ruy Mauro Marini le preguntaron si quería permanecer en Santiago u otro lugar. El deseaba Santiago, acostumbrado a las urbes metropolitanas, pero la única opción real que se había estado gestando venía de la mano de le Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), la cual lo había postulado para el concurso de la Escuela de Sociología. Las opciones de Francia y Argelia desde México se habían eclipsado, porque la dictadura brasileña ejercía presiones sobre el gobierno de México para quitarle inmunidad de asilado. Así renuncia a ella y vuela a Chile. Nelson Gutiérrez, presidente de la FEC y dirigente del MIR había sido el principal gestor de esa única opción de trabajo y lugar para emigrar a un segundo exilio. El gobierno mexicano no lo veía con buenos ojos. Sobre todo, después de Tlatelolco. las posibilidades de inserción laboral eran más escasas, pero si aceptaba ese otro lugar podía integrares de inmediato a una Universidad que estaba surgiendo con fuerza. Acepto lo segundo y aterrizó en Concepción un día nublado como corresponde al sur de Chile. Allí permaneció algunos años y allí también contribuyó a fundar el MIR y sistematizar desde la teoría política, los impactos profundos en el movimiento social y revolucionario de este país. El mismo, que hoy se debate en las tinieblas de un neoliberalismo que asume por momentos caretas y mascaras humanitarias cuando no socialistas asistencialistas.

Alguna vez Paul Baran se preguntó ¿Qué es un intelectual? y afirmo: La respuesta más lógica parecería ser esta: una persona que trabaja con su intelecto, proveyendo su subsistencia…mediante el empleo de su cerebro más bien que de sus músculos…” Indudable que es una respuesta inconclusa. Y por ello, agregó, que un intelectual no es solamente un trabajador del intelecto. Que estos pueden ser muchos. Pero un intelectual

“…vive buscando sistemáticamente relacionar cualquier área específica en la que puede estar trabajando con los demás aspectos de la existencia humana…Y del mismo modo, es este esfuerzo lo que identifica a una de las principales funciones del intelectual en la sociedad: servir como símbolo y como mentor del hecho fundamental de que los aspectos aparentemente autónomos, desarticulados y separados de la existencia social bajo el capitalismo-la literatura, el arte, la política, el ordenamiento económico, la ciencia, las condiciones culturales y físicas del pueblo-solamente pueden ser comprendidos ( e influidos) si se los visualiza claramente como partes de la totalidad global del proceso histórico…”[2] .

Sin lugar a dudas cuando hablamos de Ruy Mauro Marino como intelectual estamos en presencia de la definición de Paul Baran. Uno y otro están actuando en las trincheras de la lucha intelectual que el marxismo se empeñaba en desarrollar en los años cincuenta y sesenta. Monthly Review sería para Baran la trinchera más querida. Para Ruy Mauro Marini serían sus cátedras y sus grupos de estudio, aquellas casamatas con las cuales se desplazaba por América Latina desde sus exilios del Brasil del año 64. Más adelante Paul Baran abunda en su definición de intelectual y señala que un intelectual es también un “creador de problemas”, una molestia, para la clase dirigente que procura conservar el statu quo, así como para los trabajadores del intelecto a su servicio, que acusan al intelectual de ser utópico o metafísico en el mejor de los casos, y subversivo o sedicioso en el peor.  Por supuesto Ruy Mauro Marini fue un creador de problemas. Ayudó a crear problemas de incompatibilidad entre el ser humano y la sociedad capitalista y ayudo a evidenciar a América Latina como profundamente comprometida con el problema de la dependencia.

Pero no trabajaba solo. Había una larga continuidad de equipo. No solo por haber compartido las primeras iniciativas políticas y revolucionarias del POLOP en Brasil, sino porque el azar y el destino, además del golpe de Estado del 64 en Brasil, expulsó una camada de intelectuales hacia Chile y con ellos se formó en Santiago un grupo que impactó definitivamente las ciencias sociales en este país y en América Latina. Uno de estos grupos se afincó en la Universidad de Chile y en su Facultad de Economía. Lo dirigirá Theotonio Dos Santos

Theotonio Dos Santos

Theotonio dos Santos resumirá el programa de trabajo colectivo que se habían propuesto y comenzaron a llevar a cabo:

“…La Dependencia ha sido generalmente entendida como un fenómeno externo a nuestra realidad. Entendíase por ella que intereses extranjeros imponían condiciones comerciales desfavorables a nuestros países…En todas estas visiones la dependencia era una fuerza exógena…” El paso teórico…ha consistido en mostrar que esta dependencia no era un fenómeno externo que podríamos cortar a través del desarrollo económico y de una actitud política más independiente…la situación de dependencia…dentro del sistema capitalista mundial condiciona las estructuras internas de nuestros países, haciéndolos dependientes en su propia constitución…”[3]

Parafraseando a Dos Santos: el problema había sido planteado. Existían formaciones socio económicas dentro del sistema capitalista mundial, que actuando con roles específicos, poseían contradicciones específicas y por supuesto esto condicionaba cualquier análisis sobre cambio social.[4]

El enemigo teórico y político era sin lugar a duda la teoría del desarrollo y el tremendo esfuerzo que se había desplegado para instalar en todos los gobiernos latinoamericanos el sentido común de la ineluctabilidad de la adopción de la batería de instrumentos y modelos que acompañaban el esfuerzo de la teoría del desarrollo. Justamente estos planteamientos serían atacados por desarrollista y los embates a la CEPAL de la época marcaron las décadas de la discusión del 50 a los 70 del siglo pasado.

Dos Santos pareciera ser más didáctico para enseñar y plantear sus críticas a la teoría del desarrollo: Dirá que se puede resumir en los siguientes supuestos a) Desarrollarse supondrá dirigirse hacia determinadas metas generales, correspondiente a determinado estadios de progreso del hombre y sociedad , cuyo modelo se abstrae de sociedades desarrolladas nombradas como modernas, industrial, de masas; b) los países subdesarrollados caminarán hacia estas sociedades desarrolladas eliminando obstáculos sociales, culturales, políticos e institucionales; c) existirán procedimientos económicos, políticos e ideológicos que permitirán movilizar los recursos nacionales acompañados de la planificación; d) Se coordinarán fuerzas sociales y políticas, que sustentarán la política del desarrollo y sus metas o “tareas”.[5]

Cuando hoy día, en ausencia y orfandad de planteamientos intelectuales críticos desde la economía, se echan de menos a aquellos que construyeron la única teoría económica liberadora de los pueblos de Latinoamérica

De la misma manera, Dos Santos en esta publicación que estamos siguiendo, evidencia lo que son reflexiones colectivas y que por tanto comprometerá a Marini. Dirá que hablar de una sociedad desarrollada es una abstracción ideológica, formal y ahistórica. Y que parte de un supuesto falso: el identificar a Estados Unidos, Europa, Japón y la Unión Soviética como modelos de sociedad desarrollada. Se intentará repetir la experiencia histórica de estos países. Y para ello, se simplificará en modelos que los países subdesarrollados deberán cumplir. Actuarán como agentes, ya sea del Estado o de los empresarios.

Es algo que Rostow había prefigurado como un despegue hacia las etapas del crecimiento. Pensamiento dóxico que atraviesa los círculos desarrollistas de ese momento. A esa tentativa ahistórica y formal, es que se opone la teoría de la dependencia. Dirán que es imposible preponerse tal tarea, por cuanto el mundo marcha en simultáneo en estrecha vinculación Y el tiempo no es lineal. Y no habrá posibilidad de que una sociedad se desplace hacia una anterior de otra existente. A partir del siglo XVI será uno solo el sistema económico mundial y ese es el capitalismo emergente que se alimenta de un solo comercio mundial y de una sola gran incorporación de masas trabajadoras a la producción industrial. El desarrollo global será único y capitalista pareciera querer decir Dos Santos. Ya veremos más adelante como Marini, años más tarde y en México de nuevo, se encargará de complejizar tales análisis y establecerá la dialéctica de esta dependencia, haciendo pie en la teoría del valor y del modo de funcionamiento de los modos de plusvalía absoluta y relativa. La crítica deviene justa y acida y sarcástica a los desarrollistas: “…El objeto de la teoría del desarrollo no puede, pues, ser el describir un tránsito desde una sociedad que no se conoce efectivamente hacia una sociedad que no va a existir.es decir, el objeto de la teoría del desarrollo tiene que estar constituido por el estudio de las leyes del desarrollo de las sociedades que queremos conocer. Cabe definir en qué medida estas leyes son específicas de estas sociedades y, en qué medida se las puede identificar con las leyes del desarrollo de los países desarrollados sean capitalistas o socialistas”[6]

Las disputa está centrada en una especial ciencia social que entiende a América Latina como una región subdesarrollada que producto de una economía y sociedad semi feudal, que tempranamente se convirtió con una economía exportadora y mono productora, con un tipo de desarrollo hacia afuera y que debía dar  paso necesariamente a una mayor intervención de un Estado, que produjera la modernización de estas relaciones sociales y apostara y ejecutara un vasto proceso  de desarrollo “hacia adentro” y de sustitución de importaciones, en donde la modernidad, mirada según cánones europeos y norteamericanos fuera el espejo de esta nueva sociedad , a la cual debía transitar Latinoamérica.

O sea, adoptar una superestructura acorde a estas nuevas exigencias de la racionalidad y de la modernización. Las tesis son las siguientes, según nos sigue apuntando Theotonio Dos Santos : a) Cambio desde  un desarrollo hacia afuera a un desarrollo hacia adentro neutralizaría la dependencia del comercio  exterior, con una economía controlada desde adentro, b) Neutralización del poder de las oligarquías latifundistas, mineras y comerciantes exportadores, con ampliación de la participación de las clases medias y sectores populares urbanos en dirección a una mayor democratización política; c) Democratización que sería contraparte natural de una redistribución del ingreso, que estaría en la base de un programa de industrialización  que integraría a las masas rurales en un programa de fortalecimiento de un sistema moderno capitalista como productores y consumidores ; d) Así, se construiría un Estado desarrollista, intervencionista, con democratización política e integración de los sectores populares, en una sociedad de consumo de masas, o sea un Estado nacional independiente; e) y finalmente  se crearía una conciencia que superaría el atraso científico tecnológico y se echarían las bases para superar la “alienación “cultural.[7]. Con distintos énfasis este libreto formó parte de una cierta cruzada latinoamericana que sería alimentada desde la CEPAL en Chile y provocaría un intercambio de desarrollistas entre los años 50 y 70, que dotarían a este modelo de una cierta rigurosidad, que no tenía ante las así llamadas “filosofías sociales” de antes de la década del año 40. Desee Germani en Argentina hasta Prebisch y el gobierno de Frei en Chile, se establecía una liturgia y un credo desarrollista de profundo y vastos alcances. Las teorías cepalianas habrían copado el espectro de lo posible a decir en “teoria económica seria”

La crisis y el cuestionamiento del Desarrollismo

A muchos años de los sucesos que intentamos resumir, se hace necesario desentrañar las claves de sus crisis o las grietas por donde penetró la crítica. Obviamente la estagnación económica, el desastre de los modelos de planificación y desarrollo, los fallidos planes de industrialización y regionalización y descentralización señalaban que la brecha entre desarrollo y subdesarrollo no solo se acortaba, sino que se ahondaba. Y que el control autónomo de cada país no solo no aparecía, sino que involucionaba. En resumen, los países aumentan su dependencia política hacia el capital extranjero. O sea, economías desnacionalizadas. O sea, los mercados internos, fruto largamente acariciado por los cepalianos de los años 50, no era nacional, era interno, pero internacional. Solo resisten aquellas empresas del capitalismo de Estado, que habían sido creadas parta fortalecer la iniciativa privada y el desarrollo del capitalismo. Ellas se convierten en un producto indeseado para los apologistas de la economía capitalista. En el Brasil post dictadura es un elemento que los militares brasileños no ceden al capital internacional y que les sirve de soporte para definir sus propias interpretaciones de un desarrollo e integración al capitalismo mundial. Además de que la creciente participación de las masas urbanas en la vida política fue un motivo suficiente para desplegar los planes de contrainsurgencia que EEUU había estado preparando desde la década del 50 o antes.

Esto es lo que dice Dos Santos, finalmente para explicar el porqué de los cuestionamientos:

“Esta crisis del modelo de desarrollo dominante en las ciencias sociales de nuestros países (y del proyecto de desarrollo en él implícito) puso en crisis esta misma ciencia. Puso en crisis la propia noción de desarrollo y de subdesarrollo y el papel explicativo de dichos conceptos. De tal crisis nace el concepto de dependencia como posible factor explicativo de esta situación paradojal. Se trata de explicar por qué nosotros no nos hemos desarrollado de la misma manera que los países hoy desarrollados. Nuestro desarrollo está condicionado por ciertas relaciones internacionales que son definibles como relaciones de dependencia. Esta situación somete nuestro desarrollo a ciertas leyes específicas que lo califica como desarrollo dependiente…Tratase, pues, de estudiar que son esas relaciones de dependencia y cuáles son las características fundamentales de este tipo especifico de desarrollo dependiente.”[8]

Entonces, surgen en forma a veces desordenada, por las vicisitudes de la vida de los miembros de la teoría de dependencia los primeros bocetos, ideas y tesis que colocarán en entredicho las energías de gobiernos e intelectuales sometidas a y en función de las tareas del desarrollo y del desarrollismo. Algo ya habían discutido en Brasil los miembros originales de este colectivo: allá en la Universidad de Brasilia se había establecido las primeras bases de este pensamiento y ello estaba afincada en una profunda voluntad política por pasar de las ideas a la acción política revolucionaria. EL POLIOP, ya lo dijimos, era esta expresión que surgía en forma concomitante a otros esfuerzos revolucionarios en el continente, incluido el proyecto del movimiento del 26 de julio en Cuba.

La dependencia, en palabras de Aníbal Quijano, participante también de este grupo, ahora en Santiago de Chile y miembro periférico outsider de la CEPAL, será:

“…un sistema particular de interdependencia en el universo capitalista, dentro del cual un sector es dominante sobre los demás. Para que eso sea posible, la correspondencia básica entre los intereses dominantes en ambos sectores es condición sine qua non. No se trata, pues, de un conjunto de acciones unilaterales de determinados países poderosos contra otros débiles y, por eso, de “factores externos”.[9]

El subdesarrollo será parte integrante del desarrollo del sistema mundial del capitalismo e integrado, diríamos hoy, apoyado en la profunda influencia de la Teoría de la dependencia, además de los seguimientos teóricos de Wallerstein y Samir Amin. Theotonio Dos santos dirá:

“El estudio del desarrollo del capitalismo en los centros hegemónicos dio origen a la teoría del colonialismo y del imperialismo. El estudio del desarrollo de nuestros países debe dar origen a la teoría de la dependencia…[10] [11]

Cuando hoy día, en ausencia y orfandad de planteamientos intelectuales críticos desde la economía, se echan de menos a aquellos que construyeron la única teoría económica liberadora de los pueblos de Latinoamérica. En el último tiempo y muy lamentablemente, desde la Universidad de Chile solo han emergido ingenieros comerciales y la vieja facultad de economía fue desguazada y entregada a los neoliberales de la Dictadura.

[1]RuyMauroMarini, http://www.mariniescritos.unam.mx/019a_subdesarrollo_revolucion_prefacio.html.
[2]Paul M Sweezy, Harry Magdof, Leo Huberman, Paul Baran y su obra, Siglo Veintiuno de España, 1971, Madrid España, pago. 21-22.
[3]  Theotonio Dos Santos, Dependencia y Cambio Social, Ediciones CESO, Centro de estudios Socio Económicos de la Facultad  de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile Universidad de Chile, pág. 7.
[4] Theotonio Dos Santos, Dependencia y Cambio Social, Ediciones CESO, Centro de estudios Socio Económicos de la Facultad  de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile Universidad de Chile, pág. 8.
[5] Theotonio Dos Santos, Dependencia y Cambio Social, Ediciones CESO, Centro de estudios Socio Económicos de la Facultad  de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile Universidad de Chile, pág. 15, op.cit.
[6] Theotonio Dos Santos, Dependencia y Cambio Social, op. Cit, pág. 18.
[7] Ibídem, pág. 26.
[8] Theotonio Dos Santos, Dependencia y Cambio Social, op. Cit, pág. 3, op. cit.
[9] Aníbal Quijano, Dependencia, Cambio Social y urbanización en Latinoamérica, publicado originalmente en ILPES, 1967 y al año siguientes siguiente en la Revista Latinoamericana de Sociología y disponible actualmente en  http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20140506021025/eje1-1.pdf, pag.78
[10] Theotonio Dos Santos, op, cit. Pag. 41.
[11] Justo es señalar, que la teoría mundial de análisis del capitalismo  ha desarrollado al dia de hoy valiosas otras líneas de análisis, que a no dudarlo le deben a la teoría de la dependencia un sustento crítico ejemplar. Nos referimos al pensamiento de la Teología de la Liberación, decolonialidad, estudios culturales, indigenista, etc. Todas ellas conforman hoy un poderoso sistema de pensamiento crítico con el cual Latinoamericana confronta la europeidad y el eurocentrismo e imperialismos
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