La airada y casi explosiva reacción del Presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, a la eliminación por parte de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras de normas que permitían alzas unilaterales y cobros abusivos en líneas de crédito y ahorro, demuestra el convencimiento de la banca chilena de que el sector financiero es intocable. Incluso por la propia justicia.
Los recientes fallos de la Corte Suprema contra La Polar y Cencosud por aumentos unilaterales de comisiones y la demanda de Conadecus -que luego de ocho años obligó al BancoEstado a pagar$5.675 millones a 500 mil ahorrantes, por cobro indebido de comisiones en cuentas de ahorro a la vista-, no sólo sienta jurisprudencia para nuevos casos: puso en el centro del debate los derechos de los consumidores y evidenció el abuso del retail y, ahora, de los bancos.
Al retail y el sistema financiero ya no les bastará con la “aceptación tácita” de los consumidores de alzas en cobros por comisiones, como bien lo entendió Falabella al cancelar el alza unilateral de comisiones por mantención de su tarjeta CMR que ya había anunciado.
Comparando el sistema de pago chileno con “una joyita que la voy a cuidar siempre”, el demócrata cristiano que representa los intereses de los banqueros en la Asociación de Bancos se arrojó atribuciones que olvidan su rol de regulado, frente a la autoridad reguladora,al afirmar que “no voy a aceptar que medidas irresponsables en un momento determinado la pongan en juego”. Con el resto de sus colegas denunciando “un ambiente en contra de la banca” y hasta intentos de fijación de precios por parte de la Superintendencia.
La “joyita” a la que se refiere tan intensamente Awad está valorizada en más de US$ 3.352 millones, que fueron las utilidades de la banca del año 2012, lideradas por el Banco de Chile (uno de los bancos que más se demoró en pagar la deuda subordinada al Estado) y el Santander, la institución financiera más grande del sistema que actualmente enfrenta una demanda colectiva en su contra por estafa en la rebaja en el pago de dividendos.
El actual cuestionamiento ciudadano a las bases del modelo económico y político que se implantó a fuerza en dictadura con las reformas estructurales que liberalizaron la economía, el mercado del trabajo, la previsión, la estructura tributaria, finalmente llegó a los pies del sistema financiero que ha logrado bancarizar al país, pero a un costo social altísimo.
Claro, los chilenos y chilenas hoy pueden acceder a bienes y servicios a través de créditos de una industria en competencia, pero sometiéndose a un mercado poco transparente de reglas del juego, donde hasta antes de los fallos de la Corte Suprema condenando los cobros unilaterales, sólo les quedaba aceptar las inequitativas condiciones.
Pero el acceso al crédito es profundamente desigual: mientras es restringido para pymes (que son las que generan 80% de la fuerza de trabajo en el país) y, más aún, para los microempresarios y particularmente para las mujeres que trabajan por cuenta propia, para los bancos no hay restricciones.
Ello quedó demostrado cuando Jaime Estévez era presidente del ahora cuestionado Banco Estado y aprobó un préstamo por US$120 millones al Banco de Chile, institución a la cual se integró posteriormente como parte de su directorio.
Asimismo, mientras el Banco Central le cobra a los bancos un 5% de interés por los créditos, éstos castigan a los usuarios, con tasas seis y hasta siete veces mayores.
Intereses sobre intereses
Ya puestos en la agenda los derechos de los consumidores, el nuevo paso debiera ser instalar los derechos de los deudores a no ser gravados con intereses usureros, que obligan a pagar varias veces el bien o servicio adquirido, sustituyendo el artículo 9 de la Ley 18.010 por uno que prohíba el cobro de intereses sobre intereses.
El aumento del acceso al crédito en Chile en los últimos 30 años fue bajo el alero de una legislación (Ley 18.010) que legalizó la usura y que sigue permitiendo el cobro de intereses sobre intereses por cuota vencida.
Hasta la promulgación de la ley que regula las operaciones de crédito y otras obligaciones de dinero en 1981, la usura era ilegal. En su artículo 9, la ley expresamente señala que “podrá estipularse el pago de intereses sobre intereses,capitalizándolos en cada vencimiento o renovación”, consolidando el anatocismo, cláusula en que las partes convienen en que los intereses atrasados produzcan nuevos intereses.
Por ello, ya puestos en la agenda los derechos de los consumidores, el nuevo paso debiera ser instalar los derechos de los deudores a no ser gravados con intereses usureros, que obligan a pagar varias veces el bien o servicio adquirido, sustituyendo el artículo 9 de la Ley 18.010 por uno que prohíba el cobro de intereses sobre intereses.
Frente a la arremetida de la banca, habrá que estar atentos/as a que -como ha ocurrido en industrias como las isapres- un fallo judicial a favor de los usuarios finalmente no termine castigándolos a ellos mismos, dado que su cumplimiento (solicitar renovación de aceptación explícita de los clientes) pueda justificar nuevas alzas argumentando aumento de costos de administración.
Es el momento de poner mayor equidad en la relación entre clientes y compañías, y que los regulados entiendan que deben adecuarse al alero de la regulación. Es de esperar que el nuevo Sernac Financiero esté a la altura.
* Entrada publicada originalmente en Radio Cooperativa
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christian urrutia
Patròn de fundo. Sacó a relucir toda su prepotencia y. Sobre todo, su visión del tema: ellos son los dueñ del país, demás deben acatar, incluidos ministros y superintendentes.
JULIO ZIEM A.
EL SISTEMA BANCARIO EN CHILE SE HA CONSTITUIDO EN UN ROBO LEGAL E INSTITUCIONALIZADO
Carla Monsálvez
definitivamente con la ley 18.010 se legalizó la usura, en que una de las formas pero con otro nombre es el cobro de intereses sobre intereses o anatocismo. Deberìa derogarse el artículo 9 de tal ley y permitir ademàs en materia civil la institución de lesión enorme en este tipo de contratos y no sólo en los inmuebles. No es posible que una persona para estudiar tenga que endeudarse de tal manera, pagando a veces tres veces más de lo que pidió.
peon
Intereses sobre intereses es sólo una parte de toda la torta en cuestionamiento. También están los simples intereses, en los que pagan diferentes montos las empresas pequeñas y las personas respecto de grandes empresas, tal como los bancos, que pagan tan poco interés.
Además está el problema de la repactaciones unilaterales a las que no queda pito que tocar. Así, he visto empresas perder millones de pesos por una simple jugadita numérica del banco.
Yo creo que el pueblo chileno necesita crear un banco de dinero propio, teniendo una AFP propia, así como diversa clase de empresas propias, o de las que va adquiriendo acciones, para que el dominio del mercado cambie a uno más racional y en el que existan mejores condiciones para que la sociedad tenga un desarrollo más armónico, con menos concentración y menos delincuencia…
Para crearla, imagino que debe llegar la ciudadanía al poder (o hacer un acuerdo con un candidato presidencial), y para que esto pase debe haber un proceso organizativo que no se está dando en ningún lugar, de forma que tal proceso penetre la estructura de la sociedad, convirtiéndose en un hito capaz de organizar los cambios que el país necesite.
Para mí la idea más simple para crear los cambios que desea la población y los que puedan ser manifestados en un proceso más amplio de análisis es solicitando una Cámara Ciudadana a algún candidato presidencial, para luego contruir acuerdos e idear la forma de desarrollar determinadas iniciativas…