España aprueba una ley que prohíbe el despido por causa de la emergencia y crea el permiso retribuido recuperable que permitirá a los trabajadores y trabajadoras de servicios no esenciales quedarse en casa desde el 30 de marzo hasta el 9 de abril y seguir percibiendo su salario. A cambio, una vez que se reactive la economía, los empleados tendrán que negociar con sus empresas la manera de devolver esas horas no trabajadas.
EEUU planea enviar cheques de 1.200 USD a las familias de rentas medias y bajas, es decir, a los ciudadanos que tengan ingresos anuales iguales o inferiores a 75.000 USD brutos anuales.
Italia se blinda ante los despidos masivos que se prevén por la crisis del coronavirus, prohibiendo durante dos meses que las empresas puedan despedir a sus empleados por motivos económicos derivados de la situación de emergencia. Al mismo tiempo, aprueba el pago de 600 euros para todos los trabajadores, incluidos los irregulares.Quizás todas estas medidas son pensadas para las pequeñas PYMES, el problema es que se aprovechan y benefician de ella las grandes empresas, sean bancos, multitiendas, mineras, compañías de seguro, empresas de comunicaciones, etc.
Alemania va a destinar 50.000 millones de euros en ayudas directas a las pequeñas empresas o a los trabajadores independientes, como fotógrafos, artistas, fisioterapeutas, incapaces de ejercer su oficio debido a las medidas de confinamiento. Recibirán una ayuda individual de 9.000 a 15.000 euros por tres meses, previa demostración que su problema de liquidez se debe a la crisis. Algunas regiones alemanas permitirán también a sus empresas diferir el pago de sus impuestos. Alemania también financiará una seria de medidas sociales, como el aplazamiento del pago de alquileres o una flexibilización del recurso del desempleo parcial que debería llegar a más de 2 millones de personas.
En cambio Chile permite a los empleadores suspender la relación laboral sin pago de remuneraciones y utiliza el fondo del seguro de cesantía, que es aportado por los mismos trabajadores, para paliar los efectos de las suspensiones de trabajo. De esta forma le están diciendo a la gran masa asalariada y altamente endeudada: “no puedes ir a trabajar, quédate en tú casa, arréglatelas usando el fondo de cesantía y generosamente te voy a dar un bono de $50.000”.
Quizás todas estas medidas son pensadas para las pequeñas PYMES, el problema es que se aprovechan y benefician de ella las grandes empresas, sean bancos, multitiendas, mineras, compañías de seguro, empresas de comunicaciones, etc., que sí pueden continuar pagando los sueldos de sus empleados, sean estos contratados o a honorarios y por varios meses.
Pienso que la gran masa asalariada no quiere regalos y podríamos hacer lo mismo que España, donde una vez terminada la crisis, los trabajadores deberán negociar con sus empleadores la forma de devolver las horas pagadas y no trabajadas.
Los economistas con su mentalidad tecnócrata solo piensan en los efectos económicos de sus medidas y olvidan o no tienen en cuenta las repercusiones sociales. Más aún en nuestro caso, que antes de la crisis por el Covid-19, estábamos sufriendo los efectos de otra crisis, reflejada con las graves y multitudinarias protestas ciudadanas, precisamente por lo mismo, es decir, darnos cuenta que la mayor preocupación del gobierno y sus autoridades es proteger los intereses de los grandes empresarios, representados por el 1% del país y dejan de lado al 99% restante, al que piden «rascarse con sus propias uñas». Lo injusto es que ese 1% puede estar sin recibir ingresos por décadas, en cambio el 99% restante lo soporta unos pocos meses, o sea, no puede quedarse sin empleo y sin ingresos.
Si llegan a poner en práctica estas medidas y la cuarentena dura más tiempo, podría ocurrirnos lo mismo que comienza a pasar en Italia, que por hambre, están surgiendo los llamados a rebelión y al saqueo de supermercados.
Cuando termine la emergencia por el Covid-19, los movimientos sociales, producto de este tipo de decisiones, resurgirán con más fuerza que antes y con mayor razón la necesidad de cambiar la constitución y será por la ceguera de los que llevan las riendas del país, que prefieren privilegiar y poner los intereses económicos por encima de los intereses y bienestar de la ciudadanía.
Para terminar, ya hay informes, por ejemplo de la CEPAL, indicando que el Covid-19, al romper las cadenas globales de valor (conjunto de actividades necesarias para la producción de un bien o servicio, y que se llevan a cabo en distintas localidades geográficas), va a forzar la reformulación del sistema económico global y en el caso de nuestro continente, vamos a tener que buscar la autosuficiencia y dejar de depender tanto de la manufacturación extranjera, principalmente China, para ello, hay que fortalecer la integración regional y buscar una economía enfocada a lo local, es decir, no podremos seguir como si nada hubiera pasado, tendrá que surgir un capitalismo renovado inclusivo y sostenible.
Comentarios
31 de marzo
divagando….si ese 1% fuese solidario, y compartiera temporalmente su riqueza con el 99%….tal vez seria viable una cuarentena total…seria una inversión a largo plazo
+1
31 de marzo
Anysur, y no sería mala idea, si tenemos en cuenta que mucha de esa riqueza fue producto de colusiones, evasión y elusión de impuestos.
Saludos y gracias por su divagación