La situación actual mantiene en gran medida las condiciones del siglo XVI. De hecho, si comparamos los niveles socioeconómicos utilizando la clasificación típica en Chile, es decir ABC1, C2, C3, D y E, tendríamos que se replican los porcentajes, que la distribución se asemeja con los españoles, criollos, mestizos, indígenas y esclavos, respectivamente.
En Chile, de un tiempo a esta parte, se discute sobre la pésima distribución de la riqueza, sobre todo a raíz de las cifras de la OCDE. El vaso medio vacío es que nos encontramos en el nada honroso último lugar, aunque se debe aclarar que competimos en las grandes ligas. Incluso si nos comparamos con países paupérrimos, nuestra situación es desventajosa, ya que en ellos la pobreza abarca mayores sectores de la población y los aventajados están en menor cantidad que los chilenos. En mi libro Concentración de la Propiedad en Latinoamérica, planteo como teoría inicial que al existir mayor concentración existiría un detrimento en el desarrollo humano, aunque las conclusiones del trabajo han generado otros datos. La sociedad de todas maneras avanza, es innegable que existe un mayor grado de desarrollo que hace algunas décadas.
La concentración es un fenómeno que se da en la naturaleza. Si dejamos en reposo una taza de leche hervida luego de unos minutos aparece la nata. Independientemente de las propiedades que tiene la lacto albúmina, lo cierto es que estas agrupaciones de materia grasa son desagradables en sabor y, además, atentan contra la densidad normal de la leche. Lo mismo ocurre con la concentración del ingreso, de la propiedad o de mercado, que por diversos motivos, permite que algunos individuos o empresas se alejen de las cifras del promedio”.
Uno de los puntos relevantes de la explicación de la concentración de la riqueza en Chile y que devela además el desafío por explicar desde las marcas de la historia el fenómeno de la concentración, son los efectos de la colonización española en el país. La concentración económica en Latinoamérica estaría fuertemente relacionada con la conquista, pues independientemente de la resistencia indígena, es claro que los conquistadores obtuvieron posiciones de privilegio en la sociedad. Un grupo minoritario de españoles poseía cargos en el gobierno, se relacionaba con la Iglesia, el Ejército o se dedicaba al comercio, conformando la aristocracia, que con tierras, poder y alto nivel cultural mantenía el poder económico.
Lamentablemente la situación chilena mantiene en gran medida las condiciones del siglo XVI. Ya sea mediante la concentración de la riqueza, de mercado (que en su máxima expresión es el monopolio) o de la propiedad (que en su nivel extremo asume un único dueño, aunque se le asemeja a la figura de un controlador fuerte, como ocurre con frecuencia en Chile). La situación actual mantiene en gran medida las condiciones del siglo XVI. De hecho, si comparamos los niveles socioeconómicos utilizando la clasificación típica en Chile, es decir ABC1, C2, C3, D y E, tendríamos que se replican los porcentajes, que la distribución se asemeja con los españoles, criollos, mestizos, indígenas y esclavos, respectivamente.
Existe una pésima distribución de la riqueza en el país, pero si nos comparamos en el contexto latinoamericano la situación es menos chocante. Ahora bien, si de la concentración de la propiedad se trata, las diferencias que se ha establecido entre los países latinoamericanos se enfocan principalmente en torno a los sistemas previsionales. En tal sentido Chile es un ejemplo, porque su sistema lleva más tiempo en marcha, aunque aún no ha sido puesto a prueba real, pues gran parte de sus cotizantes no se pensionan. Además, surgió con el objetivo de disminuir la carga financiera del Estado, no para fomentar la seguridad social de los chilenos.
Si se analiza la distribución sin considerar el 10% de chilenos de mayores ingresos de nuestra sociedad, la distribución sería comparable con algunos países desarrollados. Pero, al mismo tiempo existe un grupo de gente, que en base a méritos y/o múltiples mecanismos tributarios, financieros, familiares, influencia política, entre otros, obtiene o mejor dicho mantiene posiciones de privilegio en la sociedad. La probabilidad de permanecer en el 10% de mayores ingresos en Europa, es de un 20%. En Estados Unidos es de un 19%, mientras que en Chile, lamentablemente la probabilidad de permanecer en este grupo más aventajado es del 56%. Por ello, independientemente de las propiedades que puede poseer la nata, es necesario revolver la leche, pues ha estado bastante tiempo sin movimiento.
Comentarios