¿Por qué las bencinas no deben bajarse de precio?
Porque la mayoría de los automóviles son usados por las personas más adineradas de Chile. Bajar los impuestos contra ellas en busca de “ayudar a los más necesitados” es una excusa “inexcusable”.
Alguno de los lectores probablemente ha visto Av. Presidente Riesco en la hora punta… Si ha mirado con detención habrá dado cuenta de que la mayoría de los autos viaja con un rango de 1 a 2 pasajeros. Si el precio de las bencinas baja, nos daremos cuenta de que con bastante probabilidad (ley de oferta y demanda), la cantidad de autos en las calles aumentará de un proporcional a la disminución del precio de la bencina.
¿No sería una buena idea crear un impuesto específico hacia los vehículos particulares, y ese aumento redirigirlo hacia el transporte público? Los recursos que se podrían redirigir serían un enorme alivio para quienes usan el Transatiago. Viéndolo en otro sentido, resulta ser un premio para quienes están dispuestos a usar el transporte público. Por otra parte, al haber menos automóviles en las calles, el transporte público resultará ser más expedito y finalmente los tiempos de viaje se verán reducidos. En suma, todos ganamos, pues la calidad del aire podrá mejorar.
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Foto: Transantiago – erlucho / Licencia CC
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