#Desarrollo Regional

¿Las regiones buscan democracia o la democracia busca a las regiones?

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Es una pregunta difícil de responder pero muy contingente (¡¿y por qué no?!), tanto que se ha tomado parte del debate político y social. El anhelo de las regiones es buscar la tan ansiada descentralización para lograr así su democracia, pero nuestra Constitución Política de la República (en su artículo tercero, inciso primero) sólo ampara y permite de manera exclusiva y excluyente avanzar en un tipo -muy acotado y específico- de descentralización: la descentralización administrativa.

Dicho proceso descentralizador tiene sus orígenes durante el periodo de la dictadura, a la par con el mundo en el proceso de modernización del Estado, el cual astutamente sólo considero el ámbito administrativo y no otro para evitar cualquier petición descentralizadora. De ahí que Pinochet dijera durante su gobierno: “¡la administración se descentraliza, pero el poder no!”

Para lograr un atisbo de democracia regional, se ha instaurado la elección directa de los consejeros regionales, ya que recordemos que estos se elegían de manera indirecta por los concejales municipales. Aun así es necesario e imperioso buscar un concepto más amplio de descentralización que logre reunir más allá de lo administrativo para obtener una verdadera democracia, pero ahora entendida como autonomía regional. Dicho concepto no es tan usado, pero es más contundente y elaborado que el de democracia regional. Al replantear un concepto de descentralización completo,  este debe contener varios pilares: social, cultural, económico o fiscal y político. Si hablamos de democracia regional abarcaría (pobremente) el ámbito político con las elecciones directas, en este caso, de los consejeros regionales.

Desarrollando la autonomía regional, ahora entendida como un concepto amplio (y verdadero) de descentralización, no bastaría con la elección de consejeros regionales, ya que es una institución desconocida por la mayoría de los chilenos en cuanto a funciones y atribuciones. Además, al no dar suficiente difusión de dicha información a la población quedaría a merced de caudillismos políticos y regionales, pero curiosamente necesaria y revolucionaria a la vez para el contexto en extremo centralista que se desenvuelve (históricamente) nuestro país.

La inquietud descentralizadora no debe cerrarse y centrarse, en este caso, en elecciones directas de los consejeros regionales, ni tampoco en la petición tan aclamada y publicitada de elección directa de intendentes, a mi juicio hoy errada por dos causas: la primera, siendo Chile un país unitario y en extremo centralista y presidencialista, no sería compatible (ni constitucionalmente tampoco) un intendente  elegido democráticamente con ser un funcionario designado y de confianza por el Presidente; y segundo, los gobernadores provinciales aún seguirían siendo de la exclusiva confianza del Presidente, algo por lo menos raro.

La inquietud descentralizadora no debe cerrarse y centrarse, en este caso, en elecciones directas de los consejeros regionales, ni tampoco en la petición tan aclamada y publicitada de elección directa de intendentes.

Debemos concentrar nuestras fuerzas en lograr imponer un -no tan- nuevo y amplio concepto de descentralización, para que mediante esta base, logremos avanzar en democracia y, por qué no, autonomía regional.

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Foto: Wikimedia Commons

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1 Comentario

JoaquinIgnacio

JoaquinIgnacio

Muy interesante al tema pero encuentro que falta que no solo lo veas desde la perspectiva de que las regiones buscan únicamente democracia, encuentro que ese es un problema puntual.
Las regiones aparte de poder ejercer democracia quieren ser también tomadas en cuenta, lo cual nunca ha sucedido. Santiago está constantemente ninguneando al resto de Chile (mira como nos tenemos que referir a las regiones “el resto de Chile”), solo basta recordar cómo año tras año los congresistas buscan trasladar el congreso desde Valparaíso a Santiago, una falta de respeto no?

Yo vivo el ninguneo a diario, vivo en Viña del mar, tengo el puerto de Valparaíso a minutos y si quiero hacer una importación que requiera algún visto bueno del seremi de salud, tengo que recurrir al de Santiago. Otro punto es la educación, no es justo que en regiones no haya buenas universidades, la mayoría de los jóvenes que sacaron buen puntaje en la prueba de selección deben emigrar a Santiago.
La respuesta a la pobreza de las regiones puede estar en el punto anterior, ¿Cómo van a poder salir de la pobreza las regiones si estamos constantemente mandando a la juventud intelectual a Santiago?