Ciertos cambios se hicieron. O quizás los tenían preparados desde antes. En realidad, no lo sabemos.
Luego de un programa -que hoy informan solo era tentativo- sin participación alguna de exponentes estrictamente regionales, en los últimos días se ha ampliado el número y variedad de panelistas centrales a la Conferencia Mundial del Consejo Global del Turismo Sostenible (GSTC) que se desarrollará en Coyhaique del 6 al 9 de septiembre. Como apuntáramos hace algunos días, con financiamiento público del Servicio Nacional de Turismo y del Gobierno Regional de Aysén, a través del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas. Mal que mal, y a pesar de lo que se señalara previamente sobre la casi nula incidencia que podía tener el Estado chileno en el programa, hoy resulta que ambas entidades son coorganizadoras.
Porque cuando se apaguen las luces, seremos nosotros –quienes vivimos en esta región integrada por ciudadanos empresarios, ciudadanos funcionarios públicos, ciudadanos comunidad- los que deberemos seguir trazando la región en que queremos vivir.
El auditorio principal sigue siendo el mismo.
El casino Dreams, vivo caso de lo que muchos entendemos en Aysén como un alejado ejemplo de lo que es sostenibilidad por estos lados. Un alcance: No son los casinos, en todas las locaciones y tiempos, un atentado al desarrollo económico local (por los argumentos la semana pasada expuestos). En Las Vegas e incluso Viña del Mar, que han optado por un turismo masivo basado esencialmente en el espectáculo y el divertimento, es viable. ¿Pero en Aysén, producto de su orientación hacia lo natural y la sostenibilidad?
Es necesario hacer el punto. Aunque parezca esta una batalla perdida desde que un ex alcalde de Coyhaique y un diputado de Aysén se pasearan con casco y poco menos que con cintillos “I love Dreams” previo a su inauguración, hasta las sistemáticas actividades que desde el gobierno se organizan en dicho lugar. Cosas de licitaciones y Sistema de Compras Públicas nos han dicho. Cosas del mercado, falta argumentar a quienes en el discurso mediático recolectan votos y apoyos criticando la tiranía mercantil. Cosas de sociales democracias muy a la chilena.
Un breve recorrido por el nuevo programa en estos días difundido, permite sacar algunas conclusiones.
En la página principal se han sumado en calidad de conferencistas/panelistas a dos actores que lo que harán, más bien, será dar palabras de bienvenida (como buenos anfitriones), según el programa en detalle: la intendenta de Aysén y el alcalde de Coyhaique. A lo que siempre ha sido visto como algo protocolar se le sube el estándar, de seguro para sumarlos a los, en un principio, inexistentes “cupos regionales”.
A ellos se agregan, otras tres autoridades del Estado: los directores de Conaf y Sernatur, además de la seremi de Medio Ambiente. También, un empresario que impulsa iniciativas filantrópico/turísticas en Villa Cerro Castillo, según su particular visión.
Que Conaf participe, es de suyo lógico. Mal que mal, es el organismo administrador de casi la mitad del territorio protegido de Aysén. Incluso del lugar que se pretende visitar al cierre de la conferencia: la reserva nacional Cerro Castillo.
Sobre la inclusión de la dirección regional de Turismo, no mucho que decir. Es plausible que el máximo representante regional público en el área esté, dando la visión del gobierno en esta materia. Un gobierno del que, a las luces de estos y muchos otros ejemplos, divergimos cuando hablamos de sostenibilidad en su profundo sentido. Quienes seguimos en el Congreso proyectos esenciales como la reforma al Código de Aguas y de protección de Glaciares, cierta opinión nos hemos formado. Y qué decir de tantos proyectos que lamentablemente brillan por su presencia.
El párrafo anterior nos lleva al tercer panelista: la seremi de Medio Ambiente. Organismo que, según lo que señala el programa, presentará la Red de Parques de la Patagonia. Positivo, por cierto. La única contradicción es que fue este mismo servicio el que hace poco más de un mes aprobó, junto a otros organismos de la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén, la instalación de una torre de telefonía móvil en la reserva nacional Jeinimeni, área silvestre protegida que integraría a futuro el Parque Nacional Patagonia… ¡puntal de la Red de Parques de la Patagonia!
Hasta ahora al menos, ningún exponente de los emprendedores regionales en turismo sostenible, de los hombres y mujeres que desde Puerto Raúl Marín Balmaceda a Tortel y Villa O’Higgins, desde hace décadas y día a día, le ponen alma y manos al fortalecimiento y la protección de Aysén y la Patagonia. Donde el turismo es una vía –no un fin en sí mismo- para resguardar esta tierra, sus aguas, su mar, su cultura e identidad. Su gente. No, el “cupo regional” (si puede ser llamado así) ocupado, principalmente, por funcionarios del Estado. Respetables, por cierto, pero que responden a fin de cuentas, para qué estamos con cosas, a intereses que se digitan en Santiago.
Extraño, existiendo varias federaciones y organizaciones de este tipo que vinculan la mirada de sostenibilidad y turismo en Aysén. Ninguna de ellas podrá relatar su experiencia, el conocimiento local, en ese espacio central más allá de las jornadas paralelas a organizar.
Que se entienda.
Esto no es ni chovinismo disparo a la bandada ni encendido de ventilador. Su objetivo es intencionar un debate en el cual seguimos, como sociedad, país y región, en deuda. El empoderamiento local y regional, la sostenibilidad, la legitimidad en la toma de decisiones, son tareas de siempre. Son causas que han estado antes de la Conferencia Mundial del Consejo Global del Turismo Sostenible (GSTC) y que estarán después de esta.
Porque cuando se apaguen las luces, seremos nosotros –quienes vivimos en esta región integrada por ciudadanos empresarios, ciudadanos funcionarios públicos, ciudadanos comunidad- los que deberemos seguir trazando la región en que queremos vivir.
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