Kylian Mbappé. Francia. 21 años.
Erling Braut Håland. Noruega. 19 años.
El primero, una realidad que destacó a nivel internacional en la temporada 2017-2018, cuando saltó del AS Mónaco al poderoso Paris Saint Germain, por la “módica” suma de 145 millones de euros fijos y 35 millones variables. Ante la posible arremetida de equipos como el Real Madrid, ya está tasado en 250 millones de euros. Fue figura de Francia campeón del Mundo 2018 en Rusia, llevándose el trofeo de Mejor Jugador joven de la Copa y en la terna del mejor jugador del mundo 2018.
El segundo, costó “sólo” 21 millones de euro (aunque ya se ha filtrado, que en realidad ese costo fue sólo el traspaso, pero no incluye lo que recibió el representante y el padre del jugador, bordeando un costo total de 80 miilones de euros). Fue la apuesta del Borussia Dortmund, que lo compró al Red Bull Salzburgo durante el “invierno europeo” y se adelantó a varios grandes que ya lo estaban sondeando, entre ellos el Barcelona, Juventus y Real Madrid, entre otros. Debutó en el campeonato local alemán con un hat-trick y por su selección (Sub 20) tiene el récord de anotar 9 goles en el Mundial de la categoría ante Honduras. Es hijo de Alf-Inge Håland, un ex jugador que pasó por equipos como el Leeds United y el Manchester City en los noventa.Ejemplos como el de Haaland, Mbappé o Ansu Fati, son lejanos a la realidad local. En Chile los jóvenes no tienen cabida en los equipos, salvo por la obligación que les impone la ANFP de alinear un Sub 21 y un mínimo de minutos. Un saludo a la bandera.
Esta semana, por la UEFA Champions League (si, el mejor torneo de clubes del mundo… por lejos) se presentaron ambos en la cancha.
Mbappé es el estandarte del PSG a nivel internacional, superando con creces a Neymar, la otra estrella del equipo parisino. Haaland en tanto, es la apuesta del elenco alemán, y presentó credenciales: Dos goles en el triunfo alemán (2-1) que hacen que durante la temporada actual (2019-2020) ya sume 10 goles en la Champions (8 con el Salzburgo en la etapa de grupos, y 2 con el Dortmund ayer). Es el máximo goleador de la actual Champions, junto al polaco del Bayern Munich, Robert Lewandowski.
Más allá de la situación de ambas estrellas, vemos cómo equipos gigantes, hacen apuestas por jugadores juveniles. Otro ejemplo, Ansu Fati (Guinea-Bisáu/España. 17 años) es la apuesta de Barcelona (si, el equipo de Messi and company) y el reemplazante actual en la delantera del equipo español al lesionado Luis Suarez.
¿Y en Chile?
…. Gracias.
Las apuestas, son más algo más concreto o real… y claro, no con 17 años. La Universidad de Chile apostó por Camilo Moya y Pablo Aránguiz, el primero que tuvo su debut la temporada 2019 en el mismo equipo, y el segundo, proveniente del FC Dallas de Estados Unidos, luego de destacar en la Unión Española. En Colo Colo destaca Iván Morales, de la misma Sub 23 y que desde el 201o disputa el campeonato con cierta regularidad, la que ha perdido durante el 2020 por los nuevos refuerzos del cacique. En la Universidad Católica, Ignacio Saavedra y Diego Valencia son las apuestas del equipo de San Carlos. El primero con más relevancia en la titularidad.
Pero más que eso no tenemos. Las grúas de los equipos nacionales van afuera por jugadores probados y consolidados, mayores de 30 años. Es el caso de Walter Montillo (U. de Chile), Matías Fernández (Colo Colo) o Edson Puch (U. Católica), las mayores apuestas de los tres equipos grandes. Si vemos otros equipos nacionales, la realidad no es diferente: Luis Jimenez (Palestino), Roberto Guierrez (O`Higgins), Johnny Herrera (Everton), entre otros.
En Chile los juveniles no tienen camiseta de titular asegurada, por más que sean apuestas económicas del propio club, salvo el caso de los dos azules y Saavedra en la UC. ¿El resto? En general, son alternativas a los jugadores de más edad, consolidados o extranjeros, y si no despuntan en los minutos que les toca, terminan en equipos de región sumando minutos o bien, en el extranjero, México principalmente. La posibilidad de jugar, se las da la exigencia de la ANFP de alinear a un Sub 21 en todos los partidos, sumando un mínimo de 2.142 minutos en cancha.
El fútbol joven en Chile sigue siendo muy limitado. De hecho, ante el estallido social iniciado en octubre de 2019, fueron los más perjudicados, y cómo destacaban los periodistas deportivos, eran el primer ítem del presupuesto que se recortaba ante la inminente crisis económica por no jugar más el campeonato (y todo lo que eso conlleva: no ingreso por entradas ni transmisión de partidos).
Ante esta realidad, ¿cómo podríamos aspirar a un Haaland o un Mbappé nacional? O más aterrizado, ¿el próximo Alexis Sánchez, Arturo Vidal o Claudio Bravo? ¿O resulta impensable poder formar una selección juvenil de nivel internacional, si en los propios equipos, no tienen cabida? Ni pensar en el futuro de la Selección Nacional adulta.
Aún seguimos mirando la idea de La Masia de Barcelona (esa donde nacieron estrellas como Messi, Iniesta, Xavi, Busquets, Valdés y Puyol) como el ideal que debemos replicar… la pregunta, es ¿cuándo comenzamos (de verdad) ese trabajo?
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