Una chilena llamada Berna Carrasco (1914 – 2013) que llegó a obtener el título de Maestra Internacional de Ajedrez mucho antes que el primer Maestro Internacional chileno varón, protagonizó una gesta épica inigualable hasta hoy. Una ajedrecista de excepción que se adelantó en Chile a la serie de Netflix, “Gambito de Dama” tan popular por estos días.
Corría el año 1939 y los vientos de guerra se avecinaban con fuerza. En Chile, sin embargo, la situación europea parecía algo lejano, y el ajedrez para el presidente Arturo Alessandri Palma se tornó una prioridad. Bajo su auspicio organizó el torneo mayor masculino y femenino, una novedad verdadera para la época considerando el papel secundario y menoscabado de la mujer en ese tiempo. Donó los premios para los torneos clasificatorios a las Olimpiadas que se disputarían en Buenos Aires al año siguiente en su último año de gobierno, y que catapultaría la carrera ajedrecística de Berna Carrasco.
[texto_destacado]Las hermanas Carrasco, Berna y Eliana, coparon los primeros lugares en el torneo nacional organizado en el Internado Nacional Barros Arana. Pero Berna Carrasco, nacida en San Bernardo y perteneciente al Club Maestranza, tenía su primer desafío internacional, representar a Chile en solitario entre las mejores ajedrecistas del mundo. Con veinticinco años, su juego desplegaba ímpetu y una técnica excepcional para su edad. Tras un largo viaje por tierra, la justa mundial aguardaba sorpresas, no sólo en lo deportivo, ya que contaba con participación de Alexander Alekhine campeón del mundo, que tras vencer en la revancha a Max Euwe, nuevamente volvía a su sitial. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial comenzó en medio del torneo y provocaría un terremoto en los jugadores que participaban en la justa, muchos europeos, entre ellos el célebre Miguel Najdorf, no volverían a su tierra natal, Polonia. En una entrevista a la Revista Argentina El Gráfico, Berna Carrasco señalaba que jugaba desde los siete años y con su hermana era asiduas participantes en cuanta competencia había del juego ciencia.
A modo de contexto, recordar que las competencias de ajedrez en esa época en Chile eran casi inexistentes y las hermanas Carrasco habitualmente competían con varones. A pesar del nerviosismo que se había apoderado de ella y su primera visita a Buenos Aires, mantenía un talante expectante para la justa deportiva. La capital de Argentina era en ese momento el centro de la actividad ajedrecística mundial, luego del match entre Capablanca y Alekhine en 1927, y los fuertes torneos que se desarrollaban producto de la popularidad del juego. Con todo, su desempeño en el tablero de sesenta y cuatro casillas fue magistral. Las pocas partidas que se conservan dan cuenta de una técnica depurada para derrotar a sus rivales, en las tres fases de la partida (Apertura-Medio Juego y Final). Desde el arranque del torneo Berna Carrasco se ubicó en los primeros lugares, una tras otra fue derrotando a sus contrincantes de manera inapelable. La victoria contra la campeona de Holanda, hoy disponible en internet, da cuenta de un tratamiento técnico soberbio. Hay que tener presente que el desarrollo de la teoría y literatura del juego era muy rudimentario en ese tiempo, ya que fue la URSS, luego de la guerra, la precursora de la sistematización del estudio del ajedrez a nivel universitario. Con todo, Berna Carrasco avanzó hasta el podio final y solamente recibió dos derrotas, una de ellas a manos de la campeona mundial Vera Menchik, checo – inglesa que moriría trágicamente años después víctima de los bombardeos alemanes a Londres. Ese match acaparó la atención de la afición argentina en aquella justa deportiva y Berna Carrasco tuvo buenas chances de llevarse la victoria, pero al final la checa se impuso con maestría. La medalla de Bronce fue un logro insospechado para nuestro país y hasta hoy esa marca no fue batida por ninguna ajedrecista chilena.
Su gesta deportiva no tuvo mayores repercusiones en un mundo de hombres, machista y patriarcal del Chile de esa época. El estallido de la guerra fue un manto que cubrió en la prensa todo asomo de éxito deportivo de Berna Carrasco que siguió practicando incansable y cosechando nuevos triunfos. En 1954 obtendría el título de Maestro Internacional (WIM) y sería asidua concurrente del Club de Ajedrez Chile hasta sus últimos años de vida, jugando y compartiendo sus conocimientos que la hicieron muy querida en el mundo del ajedrez a nivel nacional e internacional.
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Ewald San Meyer
Muy agradecido por el comentario. Efectivamente es parte de la Historia del Ajedrez chileno y puede servir de inspiración a jóvenes que se inician en esta disciplina.
Lorenginis Berti
Tengo el orgullo de haberla conocido y compartir muchos años en el Club de Ajedrez Chile lugar que visitaba ella en forma diaria y disfrutaba las partidas, en lo personal me regalaba dulces cuando le gustaban mis partidas, lo que destaca la nota sin duda muestra su gran capacidad en el tablero, una persona maravillosa, bella total y muy generosa. En mis participación como árbitro y jugador en eventos internacionales siempre la mayoría de los jugadores al saber que soy compatriota de ella me acechaban a preguntas para saber de ella y la recordaban por todos sus atributos. Ella será siempre recordada por todo lo que entregó a nuestro ajedrez y país deportivo. Gracias Maestra Berna Carrasco de Budini (le gustaba que la mencionaran de esa forma) Dama dentro y fuera del tablero.
AI Lorenginis Berti
MITZI
Que interesante saber de estos temas, no tenia idea de esta ajedrecista y que ademas fue tan impotante, dejo una huella en el ajedrez. Sería bueno que esto se publicara mas para que las niñas de este país se esforzaran para llegar a ser como Berna Carrasco. Gracias al autor por esta cronica.