Una ciudad amigable, con espacios destinados a ciclistas, a quienes trotan o patinan, o a personas que disfutan de un paseo a pie, es parte de los desafíos con que se enfrenta nuestra Región Metropolitana y en que la cruzada por “liberar de autos” el San Cristóbal cobra cada día más sentido.
El desarrollo de espacios públicos y en particular de áreas verdes, que vayan en directo beneficio de la comunidad debe ser un objetivo prioritario de todos los gobiernos y municipios, más aún cuando algunos datos muestran que Chile se encuentra en una posición deficitaria. No es un misterio que existe una correlación directa entre la accesibilidad a áreas verdes y los recursos de los municipios, sobre todo en sectores urbanos. La preocupación aquí es tal que en el Gran Santiago estamos por debajo del promedio nacional de áreas verdes, con 3,46 metros cuadrados por persona, según un estudio de la OCDE.
Más allá de estas estadísticas, cada fin de semana vemos como cientos de deportistas se toman las calles. Hace algunas semanas vimos 25 mil personas inscritas y varios miles más fuera de las cifras oficiales, se apropiaron de las principales arterias capitalinas en la pasada Maratón de Santiago. No se trata sólo de un fenómeno de runners o de una moda. Se trata de cómo los personas recuperan espacios públicos para el deporte y para mejorar su calidad de vida.
Las políticas públicas deben estar orientadas a satisfacer las necesidades más fundamentales de la ciudadanía, y hoy la actividad deportiva y al aire libre se instaura como un nuevo elemento a tener en consideración. Ciclovías y avenidas que que transforman los sábados y domingo en vías exclusivas para el deporte, se han multiplicado en nuestras comunas en los últimos años. Aquí corre el viejo dicho de cómo “la necesidad ha creado el órgano”.
Las políticas públicas deben estar orientadas a satisfacer las necesidades más fundamentales de la ciudadanía, y hoy la actividad deportiva y al aire libre se instaura como un nuevo elemento a tener en consideración.
La campaña como la que realizan organizaciones y ciudadanos a través de elquintopoder, para que los fines de semana de 8 a 14 horas, el San Cristóbal, nuestro pulmón verde por excelencia, sea espacio sólo para corredores, ciclistas, o gente que quiere disfrutar del paisaje, pero sin autos, no sólo significa contar con un nuevo espacio exclusivo y seguro para la práctica deportiva, sino también tiene un alto valor simbólico: no se trata simplemente de excluir a quienes transitan en autos en esas horas, sino también de invitar a la sociedad a aprender a compartir espacios que a todos nos pertenecen.
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Gabriela235
¿Perdón? precisamente los que no quieren compartir el cerro son los que piden que se excluya a los automovilistas.
El cerro ya tiene muchos kilómetros de espacios y senderos para peatones y corredores, verdad que ahora son runners, por ejemplo para llegar al zoológico existen varios senderos con diversos grados de dificultad para los diversos usuarios del parque. Existen muchas zonas de picnic o descanso inaccesibles para los automovilistas.
Los caminos pavimentados fueron diseñados para vehículos, o sea, autos, motos, bicicletas, etc, pero NO PARA PEATONES, para eso existen los senderos, como ya lo dije.
Pero los deportistas de fin de semana quieren correr o caminar por donde no deben, los caminos para vehículos, y como andar entre ellos es peligroso… «Que salgan de ahí, en los senderos no pavimentados puedo pisar una piedra o ensuciarme las adidas, como se les ocurre…»
Por favor…