La cultura y las artes no sólo son un campo de recreación y entretención sino que uno que libera a los hombres de la esclavitud de la ignorancia, y ahí es donde Pablo Larraín, refuerza el programa de Bachelet, que plantea a la cultura como un derecho social ciudadano y que la escuela es el primer eslabón para la emancipación de tanta pasividad e ignorancia y la construcción de una nación multicultural.
“La cultura en Chile no es algo que tiene que ser vista para consumidores, sino que para ciudadanos que necesitan educarse, el acceso a la cultura es algo que tiene que estar mucho más cerca de un ministerio de Educación, que de un ministerio de Economía”. Con esta frase el cineasta Pablo Larraín le ha dado su apoyo a la candidatura y al programa cultural de Michelle Bachelet, y ha puesto el acento en la tarea que debe asumir el Estado en la conformación de un sujeto que a través de la cultura y las artes, se abra a un mundo de posibilidades que le permitan tener opinión en la construcción de su historia y no de ser vividos arbitrariamente.
Todo apunta a que, como dice Giorgio Jackson “ahora es cuando”. Ahora es cuando la cultura y las artes sean verdaderamente un tema que se tome un espacio en lo político como lo asevera Nelly Richard: “lo político no puede desligarse de lo ‘cultural’, ya que las imágenes producen imaginarios y que estos a su vez, activan o bien desactivan la imaginación critica para anticipar cambios o deconstruir hegemonía… Explorar la esfera de lo ‘cultural’ es indispensable para desentrañar el modo en que un determinado régimen de signos, valores y representaciones pone en discurso y en imágenes las visiones de mundo, las creaciones y los pensamientos que refuerzan el orden social o que lo desajustan”.
La cultura y las artes no sólo son un campo de recreación y entretención sino que uno que libera a los hombres de la esclavitud de la ignorancia, y ahí es donde Pablo Larraín, refuerza el programa de Bachelet, que plantea a la cultura como un derecho social ciudadano y que la escuela es el primer eslabón para la emancipación de tanta pasividad e ignorancia y la construcción de una nación multicultural.
Este nuevo rumbo de la incorporación de la cultura y las artes en las propuestas políticas, tiene que ser capaz de afrontar lo que recientemente denuncio nuestra Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Sonia Montecino, “el analfabetismo funcional que define la condición cultural de una gran parte de nuestra población que no comprende lo que lee y así no puede ejercer sus derechos”. El programa cultural de Bachelet apunta no sólo a la justa entretención y ocio que nos ofrecen los espacios de cultura y artes, sino que éstos se constituyan en un fin en sí mismo pero también en un medio para lograr un desarrollo justo e igualitario. Esta ruta permitirá también el necesario fortalecimiento de la democracia y como decía Jose Martí, un eminente luchar latinoamericano, Ser cultos para ser libres.
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Foto: Michelle Bachelet / Licencia CC
Comentarios
14 de noviembre
Excelente Columna, especialmente la concepción de la Cultura como sistema de liberación de la ignorancia.
Por ello resulta de vital importancia ampliar los accesos a ésta, particularmente en las regiones más distantes o recónditas del país, dónde acceder a algo tan sencillo como un libro – por ejemplo- se torna algo inalcanzable.
Felicitaciones!!
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14 de noviembre
bien dicho
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