La sororidad no es sólo una pose, debe ser efectiva en la cotidianidad de las relaciones entre mujeres, y no sólo un discurso de supuesta buena fe. Que tu si sea sí, y tu no sea no. Entre esas mujeres especiales que conozco, aunque aún no personalmente, está Susana Austin, escritora y poeta argentina hoy avecindada en San Martín de Los Andes. Por mi profesión y áreas de investigación hago uso de las redes sociales, y entre análisis e interacción social conocí a la poeta trasandina.
Cuando comencé a leer las letras de Susana Austin no sólo me conmoví por la certidumbre de sus palabras, la capacidad metafórica y de imágenes literarias, sino que la realidad, la credibilidad, el sentido de lucha social y personal que sin ella darse cuenta expresa en sus textos.
Leer una narración elegante y veraz en «La historia de un amor extraordinario vivido por una ama de casa» nos lleva a la sutilidad del análisis de la autora, a nivel psicológico muy profundo en la psique femenina de la mujer agotada, hastiada, queriendo liberarse no necesariamente del marido, sino de la implicancia de las exigencias que esa vida conlleva desde una postura tradicionalmente machista. No sólo se refiere a un texto que cuenta una historia, sino que cala hasta el alma de muchas mujeres de las generaciones de nuestras madres, agotadas por el cuidado infantilizante del «amor de sus vidas». De pronto logro divisar algo de Alan Poe en la trama, que está muy bien hilada, y el final sencillamente es de culto, inesperado totalmente. Susana, junto a su hija, es gestora, dueña y editora de la Revista autogestionada Legua 32, algunos de los cuales han sido hechos llegar a Chile por mano, con turistas nacionales.
Hace poco la autora me solicitó el Prólogo de su último libro de poesía «El Big Bang es una mujer pariendo universo», que cuenta con 28 textos generosos, y que resulta ser un «temazo» feminista y femenino, donde la autora da cuenta holísticamente, de la cultura de tres siglos históricos: XIX, XX y XXI, porque el XX es precisamente el siglo en que las mujeres como sujetos históricos nos despercudimos de un proceso histórico subyugado que permea la ideología formativa en que nos vimos sujetas por la cotidianidad y el discurso oficial de los medios sociales.
Es en el presente del siglo XXI donde ella, representándonos en sus textos, vuelve sobre sí misma y es capaz de objetivarse para dar cuenta de los yerros propios del apresuramiento de los cambios conductuales que las luchas sociales, incluso domésticas de las mujeres, produjeron en nosotras mismas y la crianza de los hijos, como en «Carta a mi hijo varón Amaru»: «…te siento parte de mi en el ser que somos, porque eres parte de mi y soy parte de vos, Y TE AMO… Me hubiera gustado ser tu mejor madre para que me ames sin reproches; a su vez espero haber cumplido bien mi papel de maestra Y ME SUPERES… y seas todo lo que viniste a ser… De algo me siento satisfecha, que te di talentos para que elijas…» ¿No es verdad, acaso, que cuando los hijos crecen nos evalúan, nos critican, nos miden? ¡Y cuánto son ellos lo que nosotras hicimos de ellos! Y la mujer: «Yo no desciendo de una costilla, no soy un clon./ Yo soy un ser humano, soy un eslabón rojo de la sagrada y untuosa cadena de la vida, menstruación…/ Si Dios hubiera querido que la mujer fuera incubadora no le hubiera dado cerebro,/ ovarios, útero y vagina suficiente…/ Y sucede que le dio cerebro,/ corazón y libre albedrío…/ LA SABIDURÍA VIENE CON EL PODER DE DAR VIDA/ y mientras los hombres claman y rezan a gritos en el mundo,/ las mujeres crean/ y saben sin conocimiento…».
Cuando Susana habla de amor lo hace con pasión, cósmicamente, parte del Todo. Es mujer y es diosa, es orgasmo, igualdad de derechos amatorios con su hombre, íntegra, sabia. La autora es una self made woman en toda su extensión.
El trabajo de Susana Austin inicia su paso verbal como una gran máquina cognitiva, donde hay elementos espirituales muy arraigados, y estoy segura que por su condición de Terapeuta Holística; e igualmente nos sumerge en el caos de los principios para el orden cósmico de la creación, que es la mujer en su condición de ser humana, no sólo por la necesidad de reconocimiento social y político, sino de ella misma, nosotras todas, de lo que somos.
Cuando Susana habla de amor lo hace con pasión, cósmicamente, parte del Todo. Es mujer y es diosa, es orgasmo, igualdad de derechos amatorios con su hombre, íntegra, sabia. La autora es una self made woman en toda su extensión. No hay pose, no hay subterfugio; es ella misma, la mujer, la poeta, la esposa, la madre, la luchadora, la mujer política, las muchas mujeres que hay en una mujer, completamente creíble. Y no es expedito ser auténtico/a, no nos facilita la vida; la veracidad de una persona no es rentable para el mercado, la hipocresía de la competencia mercantil; tal vez si escribiera algo facilista, con menos espíritu, sería más rentable como poeta y escritora, pero Susana Austin se debe a sí misma, y no por egocentrismo, sino simplemente porque se es fiel.
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Litmu Patricia
Chile, amiga, es tal vez de los pocos países que desperdicia el conocimiento, su riqueza cultural, que deambula buscando oportunidades por las calles; hay miles de profesionales brillantes sin saber dónde realizar su aporte a la sociedad porque están (estamos) sin trabajo; pero si algo aprendí de la vida es que dando se recibe, y es bíblico incluso. Mi país me cerró las puertas laborales, pero no me ha quitado la capacidad de crear y aportar, y aunque sea en forma autogestionada al inicio, como ahora, después puede ser que los daimon de la creatividad sean también generosos en las finanzas. Bien sabes que no hablo de cualquiera que escribe, porque hay miles y miles acá, pero no todos son poetas y/o escritores, y tampoco todos son desinteresados en el quehacer; muchas veces nos golpeamos con los egos en las narices, y es ahí cuando hay que retroceder y seguir escudriñando otras letras. Y no me olvido de tu apoyo, a la par de la calidad de tu trabajo literario y tu condición de persona. Es un honor para mi contar contigo desde los inicios de Literatura de Mujeres en Temuco, hoy LITMU; algo hemos avanzado, y vamos por más.
Susana Austin
Querida amiga (es así como te siento desde el principio,en que intercambiamos las primeras palabras),siempre es un profundo agradecimiento y emoción por tu apoyo es solitario el andar haciendo camino a fuerza de letra a letra y cuando peor aun cuando eres profeta tan ignorado que hasta las montañas son indiferentes y solo a tu voz no le hace eco,es desolación el sol nunca sale para uno.
Tu inmensa generosidad siempre me desarma con que amor de gallina empollas a cada mujer poeta que encuentras en tu andar y la pila de reunir de hacer tirando abajo todas las estructuras y es una movida cultural que estas haciendo en tu país,en tu ciudad recogiste y resucitaste el espíritu de los antiguos poetas de este Temuco,ese espíritu del creador que imaginaba que rondaba por ahí y que tanto tiene que ver con Dios el oficio del artista en general. Cuentas siempre con mi apoyo incondicional.Tu humildad me «mata» porque vos tenes toda la universidad encima y la pagaste de tu bolsillo personal y acercas a la gente sin chapa de igual a igual con los casi iletrados que somos los que ni llegamos completar una escuela media, en mi país los profesionales universitarios como tu caso,se dan corte y somos el pueblo argentino el que les paga los estudios o sea es «gratis», estudiar aquí.Y en cuanto a tu literatura,es un paño aparte mi concepto del arte es físico, emocional mental espiritual si no me mueve nada de esto es letra muerta,Y TU LETRA ES LETRA VIVA, ES POESÍA Y ES TU VOZ .hay soy loro