Desde hace varios años tengo en carpeta publicar, para ir por orden, mi primer libro; vendrían varios más a continuación, pero hay que empezar por el principio, que es el poemario “Mujer Púrpura”, el zumo de la época de los escritos denominado “Liberación”. Aún no lo puedo publicar, y los proyectos, no sé…, hasta que salga alguno favorable creeré que son reales y no necesitan de ciertos impulsos de amistades especiales; ya veremos. Pero la poeta argentina María Cristina Venturini, quien tiene una copia en sus manos enviada por archivo, hizo llegar este comentario sobre su lectura, que a continuación comparto con ustedes:
“Sobre Mujer Púrpura, de Patricia Chacón Calderón.
Estamos acostumbrados a la prosa crítica de una socióloga que analiza la realidad sin pelos en la lengua. Sin embargo hoy la misma se hace pluma y cincel para mostrar la realidad de la mujer que ama, sufre, trabaja, piensa, se desnuda y muestra lo más profundo de su ser, su alma. Hoy esta virtuosa del pensamiento, la historia y la sociedad se despoja del color más incisivo para mostrarse en su faceta lírica, la de las emociones y destrezas a la hora de expresar los sentimientos más íntimos. Su pluma certera pone de manifiesto los deseos y el vuelo de una «mujer Wallmapu» cuyo orgullo y respeto son traspasados por la sensualidad y el afán de sentir y fecundar.
Desde el mismo título del libro se puede prever la intensidad, en el color de la mujer que pare y se engalana con su propia sangre para mostrarse al mundo tal cual es: intensa, única, puro color, una llamarada viva. Un hondo lirismo va creciendo entre frutas, licores y golosinas para culminar en el más alto estallido en la intimidad. La niña que trenza su pelo enjuagado con romero espera el barco que llegue al afluente. En “Ven a verme” surge nuevamente la voz del llamado proletario, la sensibilidad por todo el que carece de lo esencial, como una preocupación que arrastramos hasta la vejez si no hacemos algo al respecto.Siempre hay un “tú” que recibe el mensaje y siempre la voz de la poeta se reconoce única y rebelde, siempre fiel a sí misma.
El hombre y la mujer, entre el muday y las caricias, regresan al llamado de la luna en los campos Mapuche para atraer a los buenos del Wallmapu. En cuanto a las tradiciones de la vertiente inmigratoria que transitan algunas amigas como lo socialmente correcto, se las ve casi como un ritual que conduce al hastío. La mente logra “quitar los amparos cognitivos de falsos dioses sustentados en sus falos” y la mujer se planta nuevamente con los ojos abiertos y la razón en claro para poner las cosas en su justo lugar.
En “Araucaria masculina” se conjugan el hombre, la naturaleza, la tierra y la vida en una poderosa imagen que devela la fuerza del sur de ese Chile profundo y vigoroso:
Te observo desde lejos,
aparición espectral,
reflejo de árbol,
broza varonil,
metáfora inverosímil y extraña a la luz de la luna
Araucaria masculina de agresivo verdor, profundo, fértil y húmedo,
como para lanzarme a nado entre tus ramas.
El objeto deseado en el amor es casi el fruto de una locura suprema, sanadora. Siempre hay un “tú” que recibe el mensaje y siempre la voz de la poeta se reconoce única y rebelde, siempre fiel a sí misma. Es este “tú” que lee para sentir el dardo de la revelación de la verdad. Incluso en “Despedida” (pág. 43) hay un análisis en torno de un nosotros posible si y sólo si el compromiso es real, y si no es así, el adiós no tiene duda ni retorno.
La sensualidad de los alimentos se hace roce perfecto al estar juntos los amantes, y cuando no es así, el aroma de las hierbas en los huertos plantados es el consuelo de la espera.
Un poemario con aromas, sabores y texturas que nos trae todo lo rico de la Araucanía, un libro vivo, despierto en sus especies y en la estirpe del hombre que la habita, una riqueza exuberante, y, por sobre todo, el amor en todas sus formas dialoga para compartir la vida plena.” (María Cristina Venturini, San Martín de Los Andes, Argentina)
María Cristina Venturini me solicitó expresamente terminar su reseña con el poema Mi bosque nativo, y he aqui:
Comentarios
25 de junio
Buenísimo Maestra….la singularidad milenaria y natural de estos bosques hecha verso y esperanza…!
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