Hace un tiempo escribimos desde la periferia y dijimos que solo faltaba la voluntad política para que el Teatro Palermo se transformara en el primer centro cultural que nace desde un Sindicato de Obreros. Y, como canta nuestra Violeta, hoy cantaremos no a la chillaneja sino a la puentealtina, tan cerca pero lejos de la toma de decisiones.
Hoy nos vemos enfrentados a la tecnocracia y a los eruditos altamente calificados, que no le dan valor a lo que nuestro Estado, junto a sus instrumentos de fomento hacia la cultura, han construido. Y desde ahí nace nuestra propuesta. De ello ya han pasado 15 años, donde nuestro Presidente Lagos ha sido fundamental en su visión sobre la cultura como una oportunidad para el desarrollo.Queremos expresar que seguimos participando, a la espera de que el sentido común nos evalúe por lo que somos: una organización de la sociedad civil y no una industria cultural.
Desde la modestia de nuestro Sindicato de Obreros, se propuso que a partir de la ley 19.891 se nos permitiera ser colaboradores del Estado. Nos presentamos ante la comisión de cultura de la cámara de diputados y con la ministra de cultura. Queremos expresar que seguimos participando, a la espera de que el sentido común nos evalúe por lo que somos: una organización de la sociedad civil y no una industria cultural.
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