#Cultura

Se acabó la fiesta, gordito

0 |
COMPARTIR
EN WHATSAPP
COMPARTIR
EN WHATSAPP

Los disparos a los lejos se mezclaban con la fuerte lluvia. Parecía que sería una  de esas noches violentas. Carlitos todo el día tuvo esa picazón en el codo. Una señal irrefutable que la cosa andaría muy mal en su barrio. Estaban acostumbrados a vivir en el miedo y el desconcierto, y dejaban pasar estas situaciones entre rezos, pidiendo que no entrara una bala perdida que les significara ser una estadística más o un titular de un periódico.

La última bala que visitó sin permiso una casa cercana solo recibió una visita judicial, 100 pesos para el sepelio, unos cupones para un supermercado y las condolencias por la televisión de funcionarios bien vestidos. La familia del finado emigró y repartió los cupones entre los amigos.

Los padres de Carlitos se dieron cuenta que estaban abandonados y que solo tenían el blindaje de la protección divina. Carlitos, como le decía la abuelita, no sentía mucho miedo, pues su preocupación inmediata era comer.  Era muy gordo para su edad. No le importaba mucho su salud y menos las recomendaciones médicas.


Un tarde al regresar de comprar licor y drogas  encontró vacía la casa. Preguntó por sus padres a medio barrio y nadie le pudo decir lo sucedido. De esa forma, Carlitos se quedó sin nadie a quien desangrar con el argumento del ser un pobre y triste gordo.

Comía, podría asegurarse, como un cerdo. No le bastaba con devorar la comida de su casa. En las noches, se escabullía  vestido de mujer y entraba a otras cocinas para saquear los refrigeradores. Esto llevó a que varias veces intentaran lincharlo. La madre salía en su defensa, suplicando que comprendieran que la culpa no era de Carlitos, sino del sistema social injusto donde su vástago había crecido.

Y de esa forma, Carlitos, continuó robando y engordando sin límites. Después de tanto atiborrase sintió la necesidad de alimentarse de sustancias que le proporcionaran más placer. Fue ahí que se metió en las drogas.

Su día iniciaba con una cerveza bien fría y tres líneas de cocaína. Sentía que era parecido a un caviar blanco y al más fino vino francés para su gusto. “Esto es vida, señores.”, pensaba al mismo tiempo que se chupaba sus inmensos dedos.  Pero hasta la mejor de las vidas se acaba tarde o temprano.

Un tarde al regresar de comprar licor y drogas  encontró vacía la casa. Preguntó por sus padres a medio barrio y nadie le pudo decir lo sucedido. De esa forma, Carlitos se quedó sin nadie a quien desangrar con el argumento del ser un pobre y triste gordo.

Recordó a un buen amigo célebre por sus ideales racista. Un letrado neonazi que había adquirido propiedades por sus negocios con filibusteros de la zona  y por ser un proxeneta de viejos pervertidos de los barrios altos.

Fueron una mancuerna.  Como la gente puede ser muy ignorante y olvidan las andanzas de ciertos  malandrines, pronto se convirtieron en señores de bien en medio de tanto mal.  Pusieron un estudio de fotografía y mientras Carlitos tomaba fotos con una cámara robada a jovencitos varoniles, Ludovico  declamada sobre la pureza racial en los “malls” a decenas de compradores compulsivos.

  • “Que rico es sentirse admirado por estás personas flacas y sin sabor”, le decía Carlitos a Ludovico.
  • “No te apresures mi obeso y sensual, Carlitos. Vienen fiestas mejores en medio del caos”, le respondía Ludovico al mismo tiempo que pesaba droga en una báscula.

Cierta noche salieron muy tiernos ambos de su residencia de marfil, después de haber estado jugando a ser Valquirias. Debían recibir un cargamento de drogas en una clínica de un dentista. Carlitos no conocía al sujeto y Ludovico le calmó con un beso tierno.

En el estacionamiento, Ludovico le obligó a quedarse en su auto y subió donde su contacto. Pasaron minutos y horas. Carlitos decidió ir al consultorio a buscarlo. Para su mala suerte el ascensor estaba malo y le tocó subir hasta el décimo piso, y maldijo su peso en todo el ascenso hasta llegar a la puerta del susodicho doctor.

Tocó el timbre. Le puerta se abrió lentamente y un sujeto asomó el rostro. – “Vengo a ver al doctor” , dijo Carlitos. El sujeto lo observó de arriba y abajo, y le respondió con un gran sonrisa. “Pasa adelante. Se acabó la fiesta, gordito.”

“Más respeto, caballero…” vociferó. Antes que pudiera moverse, tenía en la boca un cañón de un fusil recortado.  Lo sentaron junto a Ludovico que no decía ni una palabra. El sujeto del fusil los observó.

  • “Bueno que tenemos aquí. Carne fresca para el asador.”, les afirmó.
  • “No mi buen señor. Estamos seguros que está es una equivocación, un terrible malentendido. Yo solo iba pasando a saludar a un amigo”, le juró Ludovico.
  • “Yo venía a revisarme los dientes”, interrumpió Carlitos.
  • “¿A la tres de la madrugada, gordinflón?”, le cuestionó el sujeto armado.

Sonaron disparos en la habitación continúa. Se escucha el golpe sordo de un “algo” al caer. Abren la puerta, un segundo sujeto armado hasta los dientes y ese “algo” es el dentista con  medio rostro fuera de su cráneo.

Ludovico comienza a llorar y  gemir. Carlitos defeca sus pantalones.  El segundo sujeto los señala con su dedo y les dice: “Yo a vos te recuerdo del mall y a ti gordo de mierda por haber vaciado mi refrigerador más de mil veces.” Ambos sujetos se ríen sin parar. Sus carcajadas envuelven la habitación completa. Carlitos y Ludovico se toman de las manos.

Al día siguiente, una muchedumbre se apretuja para ver unos cuerpos colgados en la pared de la iglesia del barrio.  Se aproxima Ludovico a Carlitos, quien toma fotos, y le repite: “Viste que te dije que vienen fiestas mejores en medio del caos”.

TAGS: #Crimen #Relato

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras  Reglas de Comunidad

Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Quedan 1500 carácteres.

#NuevaConstitución

VER TODO
Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repeti ...
+VER MÁS
#Política

De vuelta a la rotonda política

Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repetir el ciclo interminable de esfuerzo y fracaso

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado
+VER MÁS
#Política

El mito del cierre definitivo del proceso constituyente/constitucional

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo
+VER MÁS
#Política

¿Nos jodimos todos?

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no ...
+VER MÁS
#Política

Las lecciones del plebiscito

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no se han visto por ningún lado

Nuevos

Expandir la duración de las elecciones puede mitigar la saturación de los centros de votación y reducir las barreras logísticas (...)El debate debe ir más allá de la logística; debe incluir una visi? ...
+VER MÁS
#Política

Elecciones en dos días: participación e integridad

Hoy sumando el tema de la inseguridad por los altos niveles de delincuencia, ha seducido a grandes  sectores de la  población, los engañan con el argumento que el esfuerzo y trabajo individual los hará ...
+VER MÁS
#Política

La nueva derecha

Es el momento de actuar. No podemos llegar tarde a esta urgencia que, en los últimos meses, ha quedado en evidencia. Y somos todos, cada uno de los actores políticos, sociales, académicos y gubernamental ...
+VER MÁS
#Política

¿Quién le pone el cascabel al gato?

En Chile, existe hoy día 21 partidos con representación parlamentaria, a lo que hay que sumar un gran número de independientes. La dispersión y fraccionamiento de las fuerzas políticas, atentan contra ...
+VER MÁS
#Política

Ganarle a la dispersión

Popular

Según la Encuesta de Bienestar Social (2021), en Chile las personas dedican más de un tercio de su tiempo diario a labores de cuidado, y un 85% de aquellos que pasan más de 8 horas al día en esta labor ...
+VER MÁS
#Sociedad

Avances y retos en el cuidado familiar en Chile

Los empresarios, por la gran responsabilidad que cae sobre sus hombros, no tienen que ambicionar ser los mejores y más ricos del planeta, sino que ser los mejores “para” el planeta, colocando a las per ...
+VER MÁS
#Sociedad

Razas y subhumanos una creencia para justificar atrocidades

Existen en Chile experiencias concretas respecto a la participación de trabajadores y trabajadoras en los directorios de empresas de las que se puede aprender y ampliar
+VER MÁS
#Política

Cóbrenos la palabra

Es urgente que las autoridades den el ejemplo y que el Estado de Chile haga rendir cuentas a los responsables de estos crímenes con premura y determinación, pues la impunidad no puede continuar en el paí ...
+VER MÁS
#Justicia

Una más del general Yáñez