Dos veces al año se produce esta discusión, a saber, con la entrega de los resultados del SIMCE y de la PSU, donde se evidencia los bajos niveles de logro en la comprensión lectora de niños (descenso de 12 puntos en la última década) y adolescentes (en la PSU Lenguaje cada año es 1, 2 ó 3 los estudiantes que logran el puntaje máximo nacional), entonces, muchos rasgan vestiduras, se realizan análisis sesudos, se entregan recomendaciones en la prensa, se culpa a la educación y a la familia, pero al cabo de unos días viene el olvido mediático, y el problema se mantiene y profundiza.
Hace unas semanas se culpaba a los recursos tecnológicos como los responsables de la merma lectora en los estudiantes; excusa torpe y errada, dichas herramientas son solo un medio material que tiene múltiples usos, y depende de nosotros: la sociedad la forma en que los utilicemos.Chile tiene una de las jornadas de trabajo más extensas a nivel mundial, y lo mismo con las jornadas de clases de los estudiantes que van de 38 a 43 horas semanales de clases si están en el contexto de la Jornada Escolar Completa
En el presente los chilenos leemos menos que antaño, y esta aseveración nos lleva a cuestionar las múltiples políticas de fomento lector de parte del Estado, en efecto, ¿Qué resultados positivos han dado los planes de fomento lector? ¿Cuánto han impactado los proyectos de fomento del libro?. Poco, casi nada; ¿Por qué se mantiene el IVA a la venta del Libro? Sus ingresos han servido por más de dos décadas para financiar las políticas de fomento cultural, pero no han logrado revertir el bajo nivel lector de la población, entonces surge la pregunta: ¿Se justifica mantener el IVA a la venta del Libro en Chile?, por lo visto es un claro error, debería quitarse como una medida más dentro de una política integral de fomento lector.
La familia tiene una enorme responsabilidad en el despertar del interés lector en los niños. Sin embargo, en la práctica, cientos de miles de madres y padres trabajadores, que se desempeñan en largas jornadas laborales, y que llegan exhaustos a sus hogares, ¿Tienen de verdad tiempo para leer un cuento a sus hijos?, lo más probable es que no, el cansancio nos agota y apenas compartimos con la familia.
El sistema económico, basado en un fuerte mercado, donde Chile tiene una de las jornadas de trabajo más extensas a nivel mundial, y lo mismo con las jornadas de clases de los estudiantes que van de 38 a 43 horas semanales de clases si están en el contexto de la Jornada Escolar Completa; y por cierto, ello no parece incidir en mejorar los aprendizajes en general y la comprensión lectora en particular, impiden que la familia pueda tener vida de comunidad, que les permita acceder a un desarrollo cultural que implica mejores niveles de lectura de sus integrantes.
Las medidas populistas, grandilocuentes, no han producido el efecto deseado, esto es, la población, en particular los niños siguen sin motivarse por la lectura; aún es posible recordar el “maletín literario” que consistía en una cantidad de libros que se entregó a cada niño con ciertas condiciones de vulnerabilidad social, y ¿Qué sucedió? ¿Alguien evalúo esta acción gubernativa? Lo que sí se pudo presenciar fue que muchos de esos textos terminaron en venta en las ferias de las pulgas del país.
¿Qué hacer?, diseñar una política integral de fomento lector, que involucre en su diseño a los siguientes actores: MINEDUC, Consejo de la Cultura, Cámara Chilena del Libro y Agrupaciones de Editores Independientes, Medios de Comunicación Escritos, Radiales y Televisivos, Universidades; DIBAM, entre otras instituciones, más Poetas, Escritores, Historiadores, Artistas, Académicos, todos los cuales deberían elaborar una propuesta cultural global, donde el fomento lector ocupe un lugar prioritario que realmente vaya en beneficio directo del incremento lector de los niños y niñas de nuestro país. ¿Por qué no convocar una Asamblea para elaborar un Plan de Incentivo Lector?
Para esto, sólo voluntad política, pues es de interés nacional que las próximas generaciones lean más, o ¿Quizás es conveniente para la actual elite mantener un país deprimido culturalmente, que no aprecie el arte, que no lea y por ende, no piense por sí mismo?
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