Se hace imperativo tomar conciencia por parte de los funcionarios que resguardan este capital intangible y resolver esta situación de riesgo
En el día del Patrimonio Cultural lo que hacemos generalmente es celebrar a las instituciones que lo protegen, abriendo sus puertas al público de manera extraordinaria con diversos panoramas culturales. Hablamos de lo valioso que resulta este capital intangible para la identidad de un país, una región, una ciudad, una comuna, un barrio. Sin embargo, debemos también hacernos cargo del patrimonio que está desprotegido y de aquel que ha sido dañado de forma negligente (como el caso de los geoglifos dañados por el paso del rally Dakar). Esta es una invitación a reflexionar sobre el patrimonio cultural de una ciudad ante el riesgo inminente de ser destruido por un evento tsunamigénico. En el caso de Iquique, casi todo su patrimonio cultural está en zona de inundación (elocuentemente apreciable en la imagen) según el mapa elaborado por el SHOA .
Por ahora me enfocaré (en esta columna dividida en dos partes) en el patrimonio que componen las tres bibliotecas públicas de la ciudad, la sección hemeroteca del Museo Regional de Iquique, la biblioteca de la Universidad Arturo Prat (UNAP) y en el Archivo Regional de Tarapacá. Juntas, estas instituciones, componen parte importante del Patrimonio Cultural de la ciudad.
La biblioteca pública #182 Alonso de Ercilla, ubicada en pleno casco histórico, es la más importante de la ciudad y la más grande, tiene un colección de más de 20.000 ejemplares entre libros, enciclopedias, monografías y una hemeroteca con periódicos archivados desde la década de los ochenta del siglo pasado. Fue refaccionada el año 2011 mediante un proyecto FONDART más un aporte propio de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Iquique (CORMUDESI). Sin embargo, esta biblioteca está emplazada en zona de inundación de tsunami. La biblioteca pública #211 Luis Cruz Martínez está ubicada al sur de la ciudad y tiene una doble función, puesto que además es un Centro de Recursos para el Aprendizaje (CRA), es decir una biblioteca escolar. Su colección asciende a más de 10 mil ejemplares que se ven amenazados por estar ubicada en zona de inundación por tsunami. La única biblioteca pública de la ciudad que no está emplazada en zona de inundación es la #214 Jorge Inostroza Cuevas, pero sólo a un par de metros del límite de inundación calculado por el SHOA.
La sección hemeroteca del Museo Regional de Iquique está emplazada en el casco histórico de la ciudad en lo que fuera antiguamente el palacio de Tribunales de Justicia. Posee una amplia colección de periódicos antiguos, algunos de fines del siglo XIX siendo el más antiguo el diario 21 de mayo de 1884. Posee otros como La Provincia, La Patria y El Nacional. La colección más numerosa es del diario El Tarapacá de Iquique fundado el 1 de marzo de 1894 por David Tomás Mac-Iver Rodríguez (hermano del ex senador Enrique Mac-Iver). Según una nota del sitio El Archivo N, en él escribieron personajes tales como Víctor Domingo Silva (conocido por darle el apodo de “León de Tarapacá” a Arturo Alessandri Palma) y Eduardo Frei Montalva. Quién resguarda “la bóveda” (ya que está ubicada literalmente dentro de una) desde hace más de 20 años es un conocido poeta local, Guillermo Ross-Murray. Una anécdota memorable, según don Guillermo, cuenta que una vez llegó un abuelito de Santiago con su nieto, buscó un diario y ahí le decía un poco enojado “¿No ves? ¡aquí está!”. Y le mostraba que él había sido campeón de Chile de boxeo y el nieto no le creía. Estos documentos históricos, aparejados a la identidad local, están en riesgo de desaparecer ya que el museo está ubicado en zona de inundación por tsunami, donde las olas alcanzarían los dos metros de altura.
Finalmente, la biblioteca de la casa central de la Universidad Arturo Prat también está ubicada en zona de inundación por tsunami. De hecho, esta biblioteca está justo en frente de Playa Brava, la más extensa de la ciudad. Su colección está conformada por 102.580 volúmenes de monografías, 4.799 títulos de tesis, que constituyen el patrimonio intelectual de la universidad, además de publicaciones periódicas. En el subsuelo del mismo edificio, funciona el Archivo Regional de Tarapacá, que reúne para su protección el patrimonio documental de Tarapacá que consta de poco más de cinco mil ejemplares entre archivos judiciales de distintas localidades de la región, conservador de bienes raíces y documentos notariales.
Esta situación compone un grave riesgo de perder gran parte del patrimonio cultural de la ciudad, sobre todo el caso del Archivo Regional de Tarapacá y el material de hemeroteca que resguarda el Museo Regional. Se hace imperativo tomar conciencia por parte de los funcionarios que resguardan este capital intangible y resolver esta situación de riesgo, la tarea no es fácil, pero el mínimo de responsabilidad que deben asumir las autoridades a cargo, es de trasladar los ejemplares más valiosos a zonas seguras de inundación. De lo contrario y en el peor de los casos, dejaría a la ciudad de Iquique sin memoria histórica.
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