A finales de los noventa, la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo coordinada por Javier Pérez de Cuellar emitió un informe dirigido a la Unesco que se convertiría en un referente obligado para las políticas culturales en todo el mundo. El documento, llamado “Nuestra Diversidad Cultural”, planteaba la necesidad de incorporar a la cultura en las estrategias de desarrollo y sacarla de los márgenes para llevarla al centro de las preocupaciones. Para construir esta afirmación la Comisión partió de dos nociones más amplias y complejas de desarrollo y de cultura. La primera, se entendería no solo como crecimiento económico, sino como un proceso en el cual los individuos podían aumentar efectivamente su libertad y bienestar. Cultura, en tanto, se definió como “maneras de vivir juntos”, abarcando un área muchísimo mayor de la que tradicionalmente se conocía como cultura: las artes y el patrimonio.
Ya desde la década de los 60, en distintos encuentros intergubernamentales sobre cultura, se había ido consolidando una nueva forma de entender el rol de la cultura en nuestra sociedad. De manera creciente también se logró que ella tuviera un espacio cada vez más definido en las agendas de gobierno. La idea de que la cultura debía estar al centro de nuestras preocupaciones se convirtió en el principal desafío de todos quienes trabajamos en política cultural.
En nuestro país, la Política Cultural 2011-2016 recién publicada parte de esta noción. Los ministros de cultura por supuesto basan muchas de sus palabras en estas ideas, es más el actual ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aseguró, durante el Seminario de Cultura y Economía realizado a fines del 2011, que la cultura era una prioridad para el gobierno.
Sin embargo, cabe preguntarse cuanto trecho existe del dicho al hecho. ¿Está la cultura puesta al centro de las políticas de desarrollo? ¿Nuestras políticas culturales se basan en una concepción amplia de la cultura? ¿Es una prioridad para este gobierno?
Veamos algunos datos. El gasto público en cultura no alcanza el 0,5% del total. El presupuesto del Consejo Nacional de la Cultura sólo creció en un 1,1% este año. La mayoría de los planes de desarrollo regional no consideran a la cultura, así como tampoco los planes de desarrollo comunal. En el discurso del 21 de mayo del 2011, el Presidente de la República le dedicó 0,11 minutos al tema, tal como lo registró la Fundación Ciudadano Inteligente.
En términos comunicacionales una rápida revisión de la prensa nacional nos muestra una presencia marginal del tema. Una comparación entre las páginas dedicadas al futbol y las dedicadas a la cultura dejaría en evidencia la amplia desventaja de esta última.
Con mucho esfuerzo se ha logrado demostrar que las industrias culturales, en específico el cine, el libro y la música aportan un 1,6% al producto interno bruto del país, más que muchas industrias de gran importancia como la pesca y la industria textil. Sin embargo, aún el Banco Central no lo considera un sector de la economía en sus mediciones. Y rara vez lo hemos visto como tema en la ENADE.
Ciertamente, este no pretende ser un recuento exhaustivo pero mi impresión es que no se requieren muchas evidencias para afirmar que la cultura sigue teniendo una posición marginal en la agenda política, económica y comunicacional de nuestro país.
Entonces, ¿de qué manera nos hacemos cargo de una noción más rica de cultura y la expresamos en políticas concretas? ¿Cómo se hace “carne” la idea de la cultura en el centro del desarrollo?
Tratar de responder a esta pregunta es, a mi parecer, el principal desafío de quienes trabajamos por el desarrollo cultural del país.
* Columna escrita por Bárbara Negrón, Directora del Observatorio de Políticas Culturales, para el Observatorio de Género y Equidad.
Comentarios
26 de febrero
Si se utilizara la potencia y las posibilidades que nos pudiera brindar una Cámara Ciudadana Digital para conversar acerca del tema, proponiendo alternativas, evaluándolas y gestionando iniciativas, se daría un gran paso en torno a tus intereses…
Similar cosa ocurriría con muchas otras materias que requieren un tratamiento especial en nuestra sociedad… Lo único que necesitamos es una herramienta efectiva para desarrollar la democracia que sirva de llave para la apertura de las grandes alamedas…
http://www.camaraciudadana.cl
fdsfs
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