No tengo nada en contra del Anti-poeta ¿Qué podría tener yo en contra un hombre de 100 años que hace ya unos 20 se ganó el derecho irrestricto a ser un viejo de mierda?
No tengo nada en contra suyo, todo lo contrario, un sujeto de su edad merece todos mis respetos. Aunque si vamos al detalle, sí podría estar en su contra en la añeja discusión que sostuvo con Gonzalo Rojas, pero no viene caso extender aquello, Rojas siempre tuvo la razón.
No tengo nada en contra del profesor de liceo, menos sobre el académico de la Chile o el favorito de Alone, el admirador de Shakespeare y el traductor a la chilensis del Rey Lear. Tampoco tengo nada en contra de sus “Poemas y Antipoemas” – a mi parecer, su mejor libro y por el cual se ha ganado y ganará todos los premios que le restan – sobre sus artefactos no tengo nada que decir – la verdad sí, pero no se puede ofender a un hombre el día de su cumpleaños –.
En fin, no tengo nada en contra del Sr. Parra, ¿Quién podría tener algo en contra de ese fantasma de Las Cruces?
Mis problemas y dilemas morales no tienen que ver con Nicanor Parra, pero sí contra su exaltación política, no es que esté mal endiosar al poeta – aunque dudo que su anti-poesía más dura esté de acuerdo con esto – lo que me molesta son los festejos que no tuvimos y los homenajes que tampoco existirán.
En cambio sí tengo serios conflictos con la parramanía, la moda poética de lo “anti” y con las palabras que suenan a Parra – “Homenaje parra leer”; “Parrafraseando a Nicanor” – aunque no me excluyo, ya que a modo irónico también organicé en conjunto a un grupo de amigos un “Anti”-Homenaje a este hombre que superó el siglo.
Insisto, mis problemas y dilemas morales no tienen que ver con Nicanor Parra, pero sí contra su exaltación política, no es que esté mal endiosar al poeta – aunque dudo que su anti-poesía más dura esté de acuerdo con esto – lo que me molesta son los festejos que no tuvimos y los homenajes que tampoco existirán.
El punto es que hoy la poesía es Parra y Parra no es la poesía.
No intento por motivo alguno desprestigiar al hombre de San Fabián de Alico, creo que a estas alturas su obra y trascendencia son indudables, sin embargo, se ha cometido un error al enajenar del jolgorio poético a sus pares y esto va más allá de si los cumpleaños son en vida o en muerte.
Nadie celebró hace dos días los 85 años del natalicio de Enrique Lihn, el cual la historia lo arrojó irónicamente a una pieza oscura. En enero nadie festejará los 80 de Teillier, ni siquiera el bar de Lautaro que lo alojó tantas veces o la botillería que frecuentó los últimos años de su vida.
De Neruda, el más popular de todos – menos estos últimos meses, en que todos somos parrianos – nadie avisó que hace dos meses cumplió 110 años y el año pasado todos hicimos caso omiso a los 40 de su muerte.
Sobre la Mistral todo siempre y lastimosamente es ingrato, nuestra poetisa del Nobel en abril cumplió 125 y no recuerdo tanto alboroto, lo bueno es que ella nunca esperó nada de nosotros.
Huidobro en 2013 celebró sin gloria sus 120 años. Y de Rokha, en octubre ya va por los 120. De Rojas, tengo la esperanza que en 2016 nos emborrachemos en su centenario, todavía recuerdo su funeral en el Bellas Artes y la humilde escolta que le hizo el Presidente de la República, también recuerdo el duelo nacional de dos días en su honor.
A 3 años de su muerte nadie volvió a mencionarlo. De Uribe qué decir, pocos conocen que es el mejor poeta vivo de Chile, nadie lo homenajeó a sus 80 y ahora a sus 81 sigue aguardando la muerte en su departamento frente al Forestal. A Hahn le quedan muchos años más, él es el heredero de todo esto.
Se podrá entender entonces que no tengo nada en contra del Anti-poeta ¿Qué podría tener yo – un joven de 22 – contra un hombre de 100 que ha vivido un poco más de cuatro de mis vidas? Mi problema es con la memoria y su costumbre genética de no existir.
Ojalá sigamos festejando a los nuestros y no seamos ingratos con la historia ni con aquellos que persistirán cuando nosotros ya no estemos, pues como bien dijo una vez el escritor y académico, Joaquín Trujillo, – parafraseado acá – todos moriremos, los poetas morirán, las ciudades podrán derrumbarse, los gobiernos cambiarán, pero la poesía seguirá existiendo.
Mis mejores deseos al Sr. Parra, aunque el día de mañana el Anti-poeta ya no podrá alardear de sus 100 años, ya que luego de vivir un siglo – y si somos justos con su hermana, Violeta – Nicanor, podrá volver a los 17.
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