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Ministro Cruz-Coke, ¿por qué no devuelve el tralilonko?

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Señor

Luciano Cruz-Coke
Ministro de Cultura
Presente
 
Estimado Ministro,
 
Le escribo con referencia al acto realizado en la Comuna de Chol Chol (“Tierra de cardos” en lengua mapudungun), oportunidad en donde usted fue “investido” por la Señora Alcaldesa como “Lonko”. Le escribo apelando a su buena disposición y voluntad, dado que puedo entender que usted no está obligado a comprender nuestras tradiciones y valores culturales, y seguramente aceptó con buen agrado el inusual gesto de una autoridad municipal que, con el objetivo de congraciarse ante su persona, ha cometido un acto profundamente erróneo, al atribuirle a su persona las virtudes de un Lonko Mapuche.
 
En nuestras tradiciones el Lonko es el jefe de una familia o tribu o clan indígena históricos. Es un kimkeche (conocedor) de la kimün (sabiduría) ancestral. Entre sus responsabilidades está el velar por el AdMapu y las costumbres de su Pueblo. Tiene un rol social y político muy importante. Además, dirige los eventos religiosos de relevancia como el Nguillatún. Un Lonko puede alcanzar la condición de Ulmen como jefe supremo de la alianza entre Tribus. De ahí proviene su condición de “cabeza” (longko) y la virtud de su liderazgo.
 
No todo indígena mapuche puede aspirar a ser Lonko de su comunidad. Se requiere una trayectoria; haber ganado la confianza de su pueblo; haber demostrado coraje ante determinados hechos y ser poseedor, finalmente, de una sabiduría reconocida por sus pares. Desde tiempos ancestrales, desde antes de la instauración del Estado colonial chileno, el Lonko siempre ha sido (y seguirá siendo) una figura muy respetada por nuestro Pueblo y su investidura y el ceremonial que conlleva no pueden ser usurpados.
 
Para la Nación Mapuche es un ultraje el que un huinca sea investido con una autoridad que no posee y que esto provenga, además, de otro huinca, en este caso una Alcaldesa que no tiene ninguna relación ancestral con nuestras comunidades y que con esto demuestra su total desconocimiento de nuestros valores.  Podemos entender, en consecuencia, su situación personal, como autoridad que seguramente fue sorprendido por un acto insólito. Pero no justificamos a la Alcaldesa pues, al menos, por su cercanía con un Municipio en una Comunidad Indígena Ancestral como Chol Chol debiera conocer más en profundidad nuestras tradiciones y costumbres.
 
El asunto se resuelve, sin embargo, de manera muy simple. Bastaría una carta suya, dirigida a la Señora Alcaldesa devolviéndole el Tralilonko (cintillo de la investidura) y explicándole que usted no puede ser nombrado como Autoridad Indígena por no reunir los requisitos socio-culturales que ello requiere. Este gesto suyo sería visto por el Pueblo Mapuche como una reparación y usted habrá ganado nuestro respeto y consideración. Me permito explicarle los alcances de esta situación por mi conocimiento de la cultura de nuestro pueblo y luego de conocer a través de diversos medios las reacciones de nuestras comunidades y líderes indígenas en diversas partes del país.
 
Le saluda cordialmente,
 
Domingo Namuncura
Ex Director Nacional de Conadi (1997-1998)
Coordinador del Programa de Derechos Indígenas
Fundación Chile 21
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Foto: Diario Austral de Temuco

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1 Comentario

Dr. Horacio Larrain Barros (Ph.D.)

Amigos:

Creo que Domingo Namuncura tiene toda la razón. Sugiero al señor ex ministro devuelva inmediatamente el trofeo, pidiendo las disculpas del caso al pueblo mapuche. El trarilonko no es un adorno más, ni un simpático objeto turístico o un símbolo vacío de sentido. Es muchisimo más que eso: es una de las insignias más venerables de la cultura mapuche y que solo se concede, previo examen riguroso de sus requisitos, a los lonkos capacitados para recibirlo.

Aquí la autoridad edilicia cometió un error capital e imperdonable y Ud., al aceptarlo sonriente y complacido, cayó incautamente en la trampa.

Una lección que deben aprender las autoridades presentes y futuras, sean de este bando o del otro. Es una cuestión de saber un poco de historia y de cultura indígena. Y de respetarlas.

Esperamos su gesto el que enaltecerá sin duda a su persona. Pero también, las respectivas disculpas por el atropello a la dignidad indígena.

Dr. Horacio Larrain Barros (Ph.D.)
Arqueólogo y antropólogo cultural
Centro del Desierto de Atacama,
Pontificia Universidad Católica de Chile
Iquique.