SI queremos redistribuir nuestro mundo interior debemos colocar la emoción en el techo, la razón en el suelo y la ignorancia en el recuerdo
SI queremos cambiar el mundo tendremos que conocer a los niños y niñas de hoy. SI queremos divagar acerca del origen de la vida o de la existencia de Dios, entonces hablemos de la partícula de Higgs. SI queremos tener un país igualitario, debemos tener una educación pública, diversa, descentralizada, inclusiva, efectiva, principalmente con un curriculum pertinente con cada cerebro, en donde la neurociencia sea su articuladora.
SI queremos tener un mundo sustentable y sostenible debemos empezar a recordar como llegamos al mundo y como nos vamos de éste, y luego, dialoguemos y lleguemos a acuerdos, haciendo de la empatía el eje de la cohesión social.
SI queremos volver a soñar con dignidad debemos volver a confiar en las personas y en una nueva institucionalidad en donde converse de manera horizontal la sociedad política y la sociedad civil. SI queremos “juntar las letras”, debemos concebir el error como fuente del conocimiento y por el registro para no repetir los errores.
SI queremos redistribuir nuestro mundo interior debemos colocar la emoción en el techo, la razón en el suelo y la ignorancia en el recuerdo. SI queremos apostar en la vida debemos hacerlo como un buen militante de los neutrinos enfrentando las incertidumbres, superando los mitos y las leyendas y abriendo las ventanas a las nuevas certidumbres. Si estamos de acuerdo con lo anterior, firmemos un compromiso de honor alzando una copa y brindemos por la vida digna.
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