Esta semana se dará inicio a uno de los eventos deportivo más importantes del continente, la Copa América de fútbol. Este campeonato cuenta además con la novedad de que se disputará en nuestro país, teniendo un mes de duración.
Es evidente que por ese tiempo se tendrá a la mayoría del país enfocada solamente en este deporte, sufriendo cada partido con intensidad, y las grandes expectativas que hay al respecto, con una posibilidad “histórica” de que Chile salga campeón por primera vez en esta competencia.Si ahora nos toca recibir este torneo en Chile, se debe hacer de la mejor forma. Es decir, dejando clara nuestra cultura latina y toda nuestra identidad, que lamentablemente pareciera faltarnos en nuestro quehacer, aún con lo contradictorio que llega a sonar.
Al ser Chile un país muy futbolero, es lógico que en este mes muchas cosas giran en torno a este deporte, tanto para bien como para mal. Al fin y al cabo termina siendo parte de nuestra identidad y nuestro ser.
El chileno promedio dejará de lado sus problemas, evadiendo todas las complicaciones que en su vida cotidiana tiene que afrontar, muchas veces de manera desfavorable (bajos sueldo, deudas, altos costos de salud y educación, por nombrar algunos). De hecho, es muy probable que durante este mes se sienta como una persona tan pudiente como cualquier rico del país.
Pero ¿qué pasa con eso? Solo momentos de euforia que a la larga terminan siendo efímeros, porque después de todo eso se termina la fiesta, y como bien dice Serrat: “Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”. Por lo tanto, es solo un periodo.
Si ahora nos toca recibir este torneo en Chile, se debe hacer de la mejor forma. Es decir, dejando clara nuestra cultura latina y toda nuestra identidad, que lamentablemente pareciera faltarnos en nuestro quehacer, aún con lo contradictorio que llega a sonar. Porque en la actualidad estamos escondiendo cosas que en verdad no deberíamos esconder, sino que todo lo contrario, deberíamos defender.
Hay cosas que son parte de la historia y la cultura nacional, pero que muchas veces no son reconocidas por no tener fines comerciales y por no reflejar esa realidad convencional que Chile tan extrañamente le gusta mostrar a nivel internacional, tales como la gran cantidad de etnias, las movilizaciones sociales, el folclor nacional, la colectividad de nuestra gente, lo popular, entre muchas cosas.
La historia comprueba que ha habido momentos notables. Un gran ejemplo de esto fue la Copa América del 2011, cuando en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza se desplegó una bandera chilena en apoyo al movimiento estudiantil, de ese año.
En esta Copa América se debe defender la identidad latinoamericana con todo aquellos que nos une, a pesar de que en cancha sea un duro enfrentamiento, con 26 partidos para el infarto. Solo queda que se demuestre todo lo bueno que nos pertenece y por qué este es un continente libre y soberano.
Nuestro país debe sentir con más fuerza ese latinoamericanismo que tan grande es en el continente. Que en el estadio no se escuchen gritos contra Bolivia por no tener mar, ni contra lo argentinos como si fueran nuestros enemigos de clase, o contra Perú o Colombia por tener una alta taza de inmigrantes en nuestras tierras
En Chile, claramente habrá que dejar de lado la horrible canción que Noche de Brujas compuso para la copa. Pero la colectividad que tanto ha caracterizado a este país, deberá ser el punto clave para sacar grandes resultados, tanto en la cancha como a nivel de nación.
Comentarios