A pocas semanas de que se cumplan 42 años del golpe militar y los 17 años de represión, tortura, asesinato y desaparición, nos hemos enterado por la prensa que un conscripto involucrado en el secuestro y posterior incineramiento de dos jóvenes que participaban de una jornada de protesta en junio de 1986, rompe el silencio declarando lo que verdaderamente ocurrió ese día. Sus palabras -“no daba más con mi conciencia”- revelan que el cobarde pacto existe, y por consiguiente la impunidad con la que gozan militares aún libres, ejerciendo cargos públicos o haciendo uso efectivo de su rango.
Hoy, luego de 29 años, Carmen Gloria Quintana ve de manera objetiva una luz de verdad y, por vez primera, la posibilidad cierta de justicia. Rodrigo Rojas de Negri, no: murió a consecuencia de las graves quemaduras en todo su cuerpo. Podríamos relatar un sinfín de hechos tan horrorosos como el que señalamos, por ejemplo: el caso de Tucapel Jiménez, presidente de la ANEF; el del periodista José Carrasco, director de la revista «Análisis»; el de los tres profesores degollados: Guerrero, Natino y Parada; aquellos que estuvieron en Simón Bolívar 8000 (ninguno sobrevivió) y los cuarteles de la Dina primero y CNI después. Finalmente, ¿nos hacemos cargo de estos crímenes de estado, con todo y su brutalidad, sin la debida justicia a los responsables? Lamentablemente, no. Continuamos con la impunidad a cuestas y tenemos que reconocer que la justicia ha sido en “la medida de lo posible”.
Diversos sectores y la más amplia mayoría de los chilenos coinciden en “para que nunca más en Chile”, la historia no debe -ni puede- repetirse; menos ésta, la más negra de nuestro país. Por tanto, para que ello no ocurra, nosotros debemos ser punta de lanza y lograr medidas que contribuyan a cimentar lo que jamás debe volver a ocurrir en nuestra patria. Cada uno de los lugares en que se violaron los DDHH debe ser declarado sitio de memoria; consideramos que no sólo se restituye la dignidad de nuestros mártires, sino que también se reivindica el sitio en que se efectuaron estos crímenes de estado, para así mantener viva la memoria de las generaciones presentes y futuras.
El pasado jueves 27 de agosto, en la Biblioteca Nacional, el CMN en forma unánime declaró Sitio de Memoria el lugar en que fueron arrojados, el 16 de septiembre de 1973, los cuerpos del artista y militante comunista Víctor Jara Martínez -detenido, torturado y acribillado-, del Director de Prisiones Litre Quiroga, y junto a ellos los restos de seis hombres hasta hoy sin identificar: un costado de la línea del tren, en el límite del Cementerio Metropolitano, en la comuna de Lo Espejo.
En procura de esta restitución, muchos jóvenes y adultos, durante décadas, han intentado establecer el mandato ético, moral y político de justicia recuperando así el territorio para que finalmente el estado de Chile asuma su rol responsable en la reparación y restauración de esta profunda herida. A contar del año 1978, diversas organizaciones en medio de la clandestinidad se movilizaban discretamente para realizar una romería en dicho lugar, custodiado aún por las fuerzas represivas, como también mítines relámpagos para rendir un modesto pero sentido homenaje a los compañeros que ahí cayeron a manos del fascismo.
La Asamblea de Organizaciones Sociales, Culturales y Políticas de Lo Espejo tiene el privilegio de ver hecha realidad hoy lo que ayer fue una quimera.
El Coordinador Caro Ochagavía, ícono de la lucha declarada en contra del tirano Pinochet, que en esa época aglutinaba agrupaciones sociales, artísticas, políticas, sindicales y religiosas, llevó adelante esta tarea cada año. No obstante, vio desvanecer este objetivo y en el recorrido perdieron la vida compañeros sin que pudieran ser testigos de lograr la justa retribución a nuestros queridos mártires. La Asamblea de Organizaciones Sociales, Culturales y Políticas de Lo Espejo tiene el privilegio de ver hecha realidad hoy lo que ayer fue una quimera. Sin embargo, entendemos que no ha sido mérito solo nuestro; este acto reivindica a todas las organizaciones del pasado, presente y futuro que tendrán la notable misión de preservar y cautelar este sitio marcado por la historia; y si hoy hemos concretado este objetivo fue porque caminamos por la senda que otros antes abrieron aquí en Lo Espejo.
Es por esta razón que hacemos un llamado a toda la población de las diversas comunas del gran Santiago a participar y sumarse activamente a este acto conmemorativo y de homenaje a los compañeros que marcaron para siempre la historia y dicho lugar en la zona sur marginal de Santiago.
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