Quetalmahue es mi territorio, mi cuna y mi corral. Es el Lemu (bosque en idioma veliche), que habité los primeros seis años de mi vida. Donde aprendí a gatear, a caminar, a correr también. Donde balbuceé mis primeras palabras.
Fue en aquella posta rural, en la cual mi madre era la única y sola enfermera, donde pase largos días reconociendo aromas, colores, paisajes, sensaciones muy distintas a los niños de cuidad.El nombre de este pequeño poblado en idioma veliche significa: «lugar donde se hace fuego en beneficio de otros»
Podría parecer exagerado de mi tener de recuerdos tan latentes en la memoria, algunos de infinita luz, otros de profunda oscuridad y soledad. Creí pertinente, a estas alturas de mi vida, comenzar a escribir formalmente mi primer libro de poemas. Un libro autografico que cuente de forma poética los momentos vividos y atesorados en mi alma, durante ese tiempo de residencia en el campo.
Quetalmahue, algo así como aquella cajita de música que nunca tuve y siempre soñé tener. Aquella niña bailarina que al compás de ciertas ideas y sentires se desplaza por esa tierra de arrayanes, eucaliptos, helechos, pangues, peces, cangrejos y flamencos con la naturalidad e inocencia de una pequeña.
[email protected] de todas partes: Quetalmahue, está ubicado hoy aproximadamente a veinte minutos por carretera de autos, y desde la cuidad de Ancud, en Chiloe. Yendo el lado oeste; hacia el Pacífico. El nombre de este pequeño poblado en idioma veliche significa: «lugar donde se hace fuego en beneficio de otros«.
La rezadora
Todo es un cuadro rupestre
en este lugar donde los chilcones
cortejan colibrís.
La casa de la tía Cecila en frente
la banca donde se sienta la rezadora, a tomar mates
a preparar pan amasado
la dulce mujer se quedó en el tiempo
en esa misma banca
mirando sus ovejas pastar.
La casa cruje
la madera se abre de par en par
como una estrella naciendo
en la pausa de la noche.
Te miro Cecilia tan noble y blanca como si fueras una madeja de hilado fino.
Más tarde cuando dejen de pastar tus ovejas
guardarás en en un canasto de manila todas tus oraciones
y al día siguiente nosotros tendremos que orar por ti.
Comentarios
02 de mayo
Gracias Natalia.
Tu presentaciòn del rincòn de Quetalmahue, por el lado
oeste de Ancud en la isla grande, es un aporte a la cultura
poètica chilena en este año 2023.
Saludos a esas bellas tierras y màs bellas playas
y todavpia màs bellas islas…
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02 de mayo
Muchas gracias Fernando.
Por tu visita, lectura y comentario.Me alegra mucho leer y saber que puedo ser un aporte en este lugar con mi poesía, ya que desde niña escribo. Comencé escribiendo cuentos muy cortitos y luego ya en la adolescencia descubrí que podía expresar mis sentimientos de forma más poética.Espero seguir compartiendo más en esta página, en la que me siento muy cómoda.
Gracias infinitas y saludos cordiales desde mi archipielago mágico y poético.
02 de mayo
Muy linda, delicada y poética manera de contarnos Natalia, de tu amado Quetalmahue, aquel lugar donde abriste por primera vez los ojos: de fuego y calor humano, a pesar de la vida dura y sacrificada. Y preciosa descripción de la casa de tu tía con las tablas que crujen y se abren como estrella naciendo con la pausa de la noche. Pienso también en el enorme esfuerzo qué hizo tu mamá. Me sorprendió que haya sido la única enfermera. Cuántas noches sin dormir, puedo imaginar, entre la lluvia, el viento, truenos y relámpagos. Y la rezadora….., me dieron ganas de saber más de la rezadora. Me muestras igual lo poco y nada que se del Chiloé vivido en carne y hueso y desde el útero. Continúa escribiendo Natalia. -Valioso aporte de tu parte. -Te felicito-.
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05 de mayo
!Hola Lore!
Muchísimas gracias por visitar mi columna y comentarla, eres muy amable y generosa en tus palabras.
La vida en el campo es de mucho sacrificio hay que ser valiente, el clima en general en mi isla es muy cambiante, a veces en un mismo día nos visitan las cuatro estaciones. Hace mucho frío después que llueve, hay que hacer fuego para calentar las casas y hasta ahora el precio de la leña ha subido demasiado y está escaseando. Mi vida de niña en esa pista rural en mi amado Quetalmahue, fue muy linda, acompañada del entorno propio y natural de los paisajes chilotes. Cabras, cangrejos, bosques, peces, amigos y vecinos con lo que el convivir se hacía dulce y placentero.
Mi madre era la única enfermera a cargo y salía a visitar enfermos en su caballo y regresaba tarde, a veces de noche a casa y bueno yo y mi hermano quedábamos al cuidado de una nanita.
Pero es lindo recordar y atesorar la infancia, quizás tú también lo puedas hacer, todos tenemos esa aquella infancia para rememorar historias de nuestro pasado. Me gustaría leerte también.
La tía Cecilia, era mi vecina y si bien no somos familia, en mi tierra de alguna u otra forma le llamamos tíos o tías a nuestros vecinos de más edad. Ella era rezadora asistía a los entierros y a los velorios a las misas también de difuntos, es un oficio que ya va quedando en el olvido. Pero ella hacía muy bien y con felicidad. Aún vive pero ya no reconoce a nadie. Te envío un abrazo grande desde mi orilla marina.
06 de mayo
Muchísimas gracias una vez más Natalia, por compartirme fragmentos de esa niñez qué tanto atesoras. También lo creo que es importante recordar. Si me animo a escribir algo, te lo compartiré, aunque no me resulte tan lindo y poético.
Otro abrazo enorme para ti junto con mis mejores deseos.
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07 de mayo
¡Anímate Lore!, estaré por aquí y seguiré compartiendo mi poesía, abrazo sur, desde mi mar.
Cariños!!
11 de mayo
Fascinante Quetalmahue…me 3ncanto .muchas gracias por estos espacios
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12 de mayo
Hola, muchas gracias por tu lectura y comentario. Saludos desde Ancud!