Los beneficios que la gestión cultural implícita brinda no se limita al compartir un código en común, sino que extiende la cultura a través del interés que se pueda provocar en nuestra red de contactos, es decir, que sea compartida por un gran número de usuarios, lo cual el tradicional branding nunca contará.
Si escuchamos que nuestras preferencias cotidianas sobre qué comer, beber, vestir, etc., son manipuladas diariamente a través de los medios de comunicación no nos extraña. Si seguimos en el mismo ejercicio y señalamos que éstas han evolucionado, posesionándose en un mayor mercado gracias a las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación), tampoco nos causa conmoción. Así, el reconocimiento de estas instalaciones de preferencias como publicidad «sobre línea» [i] y «bajo línea» [ii] no posee problemas.
Al proseguir el ejercicio y cambiar nuestra consulta hacia la posibilidad de desarrollar propaganda cultural en medios de comunicación, la respuesta no es tan evidente, nublándose nuestra certeza. Sin embargo, es muy desarrollada y gracias a las TICs, posee un mayor contacto con las personas.
Si observamos en Facebook, existen muchas instituciones culturales (formales e informales) que poseen perfil, página y/o grupo en esta red social. De esta forma, la gestión cultural se realiza de forma explícita con los usuarios.
Sin embargo, existe una forma más desarrollada de gestión cultural y que es realizada en forma implícita por parte de los usuario, lo cual es observable a través de aplicaciones de test.
En las Aplicaciones de test nos encontramos con preguntas como ¿Qué dios griego eres?, ¿Qué jugador del Real Madrid eres?, ¿Qué tanto sabes de Minecraft?, Qué tan Otaku Eres?, entre otros. Así, la gestión cultural es casi imperceptible, desarrollada por un mayor número de personas y cercana. Los beneficios que la gestión cultural implícita brinda no se limita al compartir un código en común, sino que extiende la cultura a través del interés que se pueda provocar en nuestra red de contactos, es decir, que sea compartida por un gran número de usuarios, lo cual el tradicional branding nunca contará.
La tarea para los gestores de cultura es realizar mayor número de actividades o nuevas aplicaciones para hacer atractiva la propaganda cultural. Además, poseen el desafío de incorporar las tácticas ocupadas como gestión cultural implícita para obtener mayor número de seguidores, de dicha manera generar una mayor cercanía con los temas relacionados con cultura y un mayor grado de pertenencia en su gestión y promoción.
[i] Publicidad sobre línea: forma directa de utilizar publicidad en medios convencionales (televisión, radio y prensa) y que nos anuncian la imagen que debemos preferir a través de spots, patrocinios, microespacios temáticos, etc.
[ii] Publicidad bajo línea: forma indirecta, pero dirigidas a segmentos de mercados muy específicos a través de emplazamiento publicitario y anuncios (exteriores, cerrados, punto de venta y Online).
Comentarios
21 de julio
Se supone que al generar temas en FB ¿estoy gestionando cultura? no lo había visto de dicha forma.
+1
21 de julio
Gracias Mauricio por escribir. Exacto, lo hacemos a diario y muchas veces más por una finalidad de diversión o simplemente por compartir un tema a fin que poseemos con nuestro grupo de contacto, sin embargo, nos transformamos en gestores culturales y, por tanto, entregamos temas que son nuevos para otros, contribuyendo a su conocimiento. Nuevamente, gracias por opinar.